Parece que a las mamás no se les puede ‘perdonar’ todo.
Cuando se es madre, es claro que a ninguna mujer le entregan un manual de instrucciones al mismo tiempo en el que nace su vida (ni durante el resto de su vida). Cada familia y madre viven el día a día en medio de la responsabilidad de su papel creyendo que toman las mejores decisiones para el bienestar y el futuro de sus hijos.
Pero cuidado, la frase “porque soy su mamá” no siempre debe justificar algunos comportamientos que tienen nuestras progenitoras y que, de manera inconsciente, pueden generar más daño de lo que podría pensarse.
La palabra ‘tóxico’ ha definido la agenda en los últimos años cuando se trata de la construcción poco sana de relaciones y esto también incluye a la familia. Te contamos.
El amor de madre es inigualable y desmedido, así es cómo podemos definir a casi cualquier madre con la que nos topemos en el mundo. Pero como en todo, hay un límite.
El ser muy consentidora hará que tus hijos piensen que todo en la vida es fácil e incluso que te necesitan para superar los problemas en la vida. Hay que encontrar el balance perfecto entre ser una mamá amorosa y disciplinada.
Cuando tu hijo no logra un objetivo, no es buena idea regañarlo por ello, podrá desmotivarse y tendrá miedo de intentar nuevos desafíos y tareas a lo largo de su vida por el miedo al fracaso. De los fracasos se aprende y siempre es bueno seguir intentado, es el ideal que debes fundamentar en tus hijos.
Ser muy consentidora es malo y eso prueba que los extremos nunca han sido buenos. Llegar a querer controlar a tus hijos de una manera en la que necesitas saber cada detalles de su vida y estar a su lado de manera permanente hará que los hijos desarrollen una personalidad dependiente y llena de inseguridades.
Es importante que cada persona descubra nuevos detalles de su vida a partir de los errores y las experiencias.
Por mucho que te esfuerces, buscar a toda costa tener unos hijos perfectos no será el camino para que tus hijos logren ser personas exitosas y felices.
No todas las personas son iguales y no todo psueden dar lo mismo, así que si le exiges a tus hijos competencias y habilidades que quizá no puedan o quieran desarrollar solo hará que piensen que no son capaces de lograr algo por sí mismos en la vida.