Aunque trillado, el lema es “menos es más” en materia de maquillaje: sombras que apenas si se noten, algo de pestañina, brillo en los labios, polvos translúcidos y un poco de rubor.
Una mujer embarazada nunca pasa inadvertida. Ella lo sabe y, aunque su figura puede distar mucho de complacer los cánones de la estética ortodoxa, sabe que su estado la hace bonita de por sí. A esto debe contribuir el maquillaje que elija para asumir la sobriedad que debe caracterizar a su condición.
Aunque trillado, el lema es “menos es más” en materia de maquillaje: sombras que apenas si se noten, algo de pestañina, brillo en los labios, polvos translúcidos y un poco de rubor.
Correctores de imperfecciones
Parece una lista de supermercado: granos, bolsitas, ojeras, arruguitas, manchas, rastros de cansancio en la piel. Todos ellos aparecen en mayor o menor grado durante el embarazo, y para disimularlos existen tantos recursos como necesidades de mejorar la apariencia de la cara y de la piel.
Obviamente, hay que utilizar los indispensables y hacerlo con mucho tino, pues la idea es que reflejen la cara satisfecha y ‘sin tacha’ de una mujer embarazada.
Hay que decir, además, que el arreglo personal tiene que estar a tono con el del cutis, y que siempre es mejor en la mujer embarazada mantener una apariencia sobria en lugar de llamar la atención por estar literalmente sepultada bajo el maquillaje. Se trata de corregir imperfecciones, no de camuflarse bajo capas de éste.