¿Debemos 'desprincesar' a las niñas?

De Cenicienta a Valiente hay un largo camino, un camino recorrido por mujeres reales, que a lo largo de la historia han ido conquistando de forma paulatina y decidida nuevos espacios de participación en la sociedad, alejados de los estereotipos machistas que predominaron durante siglos.

Es por eso que de aquella ama de casa, atada a su destino y envidiada por su belleza (que se convierte más adelante en su llave de salvación), no queda mucho. Hoy es más fácil reconocer en miles de mujeres a Valiente, esa chica de aspecto desenfadado que se opone a ser lo que los otros quieren que sea.

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Pero, más allá del cambio que han sufrido los personajes animados, producto de las batallas libradas por mujeres durante los últimos cincuenta años, es indiscutible la influencia que tuvieron las princesas tradicionales de Disney en nuestra infancia y como siguen siendo un referente para las niñas que crecen con una idea distorsionada de la belleza y de los roles de género.

Esta discusión llevó a las psicólogas orientadoras Lorena Cataldo y Jendery Jaldin de la Oficina de Protección de Derechos de la Infancia de la Municipalidad de Iquique, Chile, a crear un Taller de ‘desprincesamiento‘, a través del cual se enseñó a las niñas entre los nueve y los 15 años a reflexionar sobre la mujer y a cuestionar los imaginarios transmitidos en las películas de Disney.

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"Buscamos entregarles herramientas para que crezcan como niñas libres de prejuicios, empoderadas, con la convicción de que son capaces de cambiar el mundo y de que no necesitan tener a un hombre al lado para ello", dijo Yury Bustamante, coordinador de la Oficina de Protección de Derechos del municipio chileno.

Durante las seis sesiones del taller que busca repetirse, se les impartieron clases sobre temas como autodefensa, autocuidado, autoestima y derechos de las mujeres. Y aunque el tema fue ampliamente debatido en redes sociales, en donde recibió tanto críticas como aplausos, el ejercicio abre una discusión profunda sobre los estereotipos que están ayudando a definir la personalidad de los niños y las niñas.

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Y así como Disney ha creado una nueva imagen de heroína, Barbie también ha hecho su mayor cambio en 57 años de historia: crear muñecas con diferentes tipos de cuerpo que desafían los cánones de belleza.

Con todo esto, sería injusto culpar únicamente a la industria del cine o de la juguetería de las desigualdades de género, o negarle a las niñas la oportunidad de ver y emocionarse con las mismas películas con las que nosotras crecimos, la cuestión es cómo desde la educación temprana podemos fomentar el sentido crítico en los más pequeños, de manera que no nos limitemos a lo que ven, sino al cómo lo ven.