Home /

Bienestar

/

Artículo

decisión

Grito de independencia

, 16/11/2009

Tomar la decisión de irte de la casa es apenas el primer paso para asumir la experiencia de vivir sola. Acepta consejos para no morir en el intento.

Dejarás de vivir en la casa de las puertas abiertas - Foto:

Si llevas un buen tiempo pensando en independizarte porque quieres un espacio para ti en el que no tenga cabida la intromisión de tus hermanos, tíos, abuelos, padres o todo aquel que llega de visita, entonces prepárate para asumir tanto las ventajas como las desventajas de esa decisión.

La soledad tiene sus aspectos positivos y más aún si estás pasando por una de esas etapas en las que sientes que necesitas cambiar tu rutina y delimitar tus espacios. Aunque parezca paradójico, una interesante oportunidad para dar el paso es la ruptura de una relación pues, en ocasiones, olvidar a la persona es muy difícil cuando toda la familia está diciendo que no llores más o preguntado qué pasó; por qué terminaron; si no hay posibilidad de que vuelvan, en fin... todas esos interrogantes que quieres evadir.

Ahora bien, si lo que quieres es salir de tu casa a como de lugar, es necesario que primero analices si lo estás pensando porque estás furiosa con tus padres o porque no puedes hacer tu voluntad. Recuerda que vivir sola trae consigo una serie de responsabilidades para las que debes estar preparada.

Lo chévere
*Dejarás de vivir en la casa de las puertas abiertas. Es decir, nadie creerá que puede entrar a tu cuarto sin preguntar primero si puede pasar.
* No tendrás que informar ni mucho menos rendir cuentas de tu horario de llegada.
* Cero explicaciones por lo que haces o dejas de hacer; por la hora a la que te levantas; por rumbear entre semana; por no ir al trabajo; o por pasar un fin de semana en pijama y sin mover un sólo dedo.
* El desorden y la alimentación serán únicamente tu problema. De ti dependerá el día que decidas limpiar y más aún si quieres o no preparar tu comida.
* La decoración de toda la casa estará a tu cargo y podrás imprimirle tu estilo sin que sea necesario tener en cuenta la opinión de los demás. 
* Podrás invitar a tu pareja cuantas veces quieras sin recibir comentarios molestos sobre por qué él se la pasa en tu casa todo el tiempo o si piensa dormir contigo.
*Si trabajas desde casa te será mucho más fácil concentrarte porque absolutamente nadie puede interrumpirte.
*No tendrás que compartir con nadie tus objetos personales.

Lo no tan chévere
*Nadie te esperará para preguntarte cómo te fue o si tuviste un buen día. La soledad comenzará desde el mismo instante en que cruces la puerta y si bien algunas personas disfrutan ese estado, otras tienden a deprimirse.
* Todos, todos, todos los gastos correrán por tu cuenta. Eso incluye pedir un domicilio y contar con dinero en efectivo porque hasta para cosas tan simples como esas, ya no tendrás a nadie a primera mano.
* Nadie te recogerá el desorden, organizará tu armario, te guardará comida, te llevará un postre de regalo o te sorprenderá con el desayuno. 
* Enfrentarás sola desde un simple resfriado hasta el más doloroso de los cólicos. Así que ahora tendrás que preparar tu misma esa ‘aguita’ de canela que tu mamá te llevaba a la cama. 
* Si dejas la llave y no tienes una réplica te quedarás por fuera.

Estos son sólo algunos de los muchos pros y contras que trae consigo ese interés de dar tu grito de independencia. Lo realmente importante es que analices muy bien lo que quieres y tus posibilidades económicas antes de apresurarte a salir de casa por simple capricho.

Entradas relacionadas