opinión

10 años de moda y estilo

, 13/9/2010

Vitrina de la industria de moda, de los talentos y personajes que se destacan, FUCSIA nos enorgullece.

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FUCSIA apareció por vez primera en el año 2000, en medio de una grave crisis económica. Pero, como de las dificultades surgen las oportunidades, nació como la primera revista de moda hecha totalmente en Colombia. Conformábamos un equipo muy pequeño, no sabíamos de producción, no había fotógrafos especializados en moda, solamente en publicidad. Cinco personas fueron clave en este inicio: Pilar Luna, Catalina Betancourt, Macala Devis, Javier Anaya y Jonathan Gelber.

Pilar Luna fue la primera editora de la revista y Javier Anaya el jefe de redacción. Catalina, editora de moda, había estudiado moda en España y trabajado con varias revistas, y, gracias a ella, las páginas sobre este tema cobraron vida. Macala, quien estudió en el Corcoran College of Art de Washington D.C. e hizo un máster en diseño gráfico en Yale University en Connecticut, creó la diagramación que hoy compite con la de cualquier revista extranjera. Jonathan, fotógrafo norteamericano, había vivido en Italia muchos años y estaba de paso por Colombia; con él recorrimos el país y el mundo.

No menos importante en este proceso ha sido María Cristina Lamus, quien en ese momento era editora general de Semana Destinos y ahora lo es de FUCSIA. Con ellos, se inició esta aventura, íbamos a competir con Vogue, Elle y Harper’s Bazaar: las grandes revistas de moda del mundo. Diez años después, hemos obtenido respeto y nombre, no sólo en Colombia, sino en el exterior. La revista ha ganado muchos premios en el ámbito nacional y latinoamericano y hoy es la publicación de moda más vendida en Colombia y Ecuador. Está registrada en la Cámara Sindical de la Moda en París y recibe invitaciones de los grandes diseñadores, tanto en París como en Milán y Nueva York, para asistir a los desfiles. Cuando pienso en la imagen de FUCSIA en el extranjero, me sorprende la reacción de los que la ven, porque les impresiona su calidad.

De las páginas de la revista han surgido grandes nombres de la moda como Silvia Tcherassi, Amelia Toro, Beatriz Camacho, Francesca Miranda, Olga Piedrahíta, Isabel Henao, Adriana Santacruz, y muchos más. La vida de FUCSIA está llena de anécdotas, como el día que Martha Lucía Ramírez, en ese entonces Ministra de Defensa, se puso a llorar en una sesión fotográfica. O cuando hicimos la primera portada de Noemí Sanín, quien estudiaba en Boston y no se había lanzado de lleno a la política. También, el fracasado intento de hacer una portada con Sofía Vergara en Miami. Había posado para nosotros en la primera portada de su vida, cuando era una muchacha desconocida que saltaba en una playa, en un comercial de Pepsi, y después, ya famosa, nos dejó plantados.

Pero, como “no hay mal que por bien no venga”, esa vez hicimos una de las portadas más lindas de FUCSIA con Carolina Castro, bella y glamurosa modelo colombiana. Sus primeras fotos las hicimos en las Bahamas, cuando apenas tenía 15 años, y ella terminó modelando para los grandes diseñadores de Nueva York y París. Otros personajes inolvidables que han pasado por la revista son Lina Moreno de Uribe, Mujer FUCSIA 2008, Shakira, André Agassi, Karl Lagerfeld, Carolina Herrera. FUCSIA hizo una portada de Ana María Orozco, bonita, cuando personificaba a ‘Betty la fea’ y, no menos importante, la primera portada de una mujer de raza negra, Vanessa Mendoza, en una revista colombiana.

Desde el inicio, FUCSIA ‘se matriculó’ en causas filantrópicas en favor de las mujeres de escasos recursos y de los niños. No se trata de hacer una lista de favorecidos, la verdadera generosidad es anónima. Pero hemos querido dar un ejemplo de solidaridad y crear conciencia acerca de ésta.

Hoy el equipo ha crecido, Juan Carlos Giraldo es subdirector de FUCSIA, Ana María Londoño y Manuela Espinal, editoras de Moda y Belleza, respectivamente. El hacer una edición de impecable estilo idiomático se lo debemos a Alfonso Acosta, corrector de estilo, y el hacer posible la revista, a todos los colaboradores en la parte administrativa, comercial y de producción, quienes merecen una mención especial. Y aunque hoy ocupo una oficina más grande, cuando tengo un momento para detenerme y mirar a través de la ventana, me acuerdo de los días en que unos pocos hacíamos todo en una oficina ‘ciega’, en la que no había ventanales.

Po: Lila Ochoa
Directora Revista FUCSIA