Beneficios de la meditación

Revista FUCSIA, 19/8/2014

No es únicamente una práctica espiritual o una manera de ayudar a distender el cuerpo, es también una oportunidad de brindarle salud al organismo. Para conocer mejor cómo funciona, consultamos a la doctora Liliana Pérez.

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La meditación es un ejercicio de armonización a través de la respiración, mediante el cual se logran niveles de concentración. Cuando se está concentrado, el sistema nervioso central cambia las ondas que maneja el cerebro de beta a alfa, que son las que se manifiestan cuando se está dormido.

Durante la meditación, la frecuencia alfa es mucho mayor, es decir, el cuerpo descansa más que al dormir.

Cuando nos tomamos el tiempo para suspender nuestras actividades y meditar, estamos alimentando al cuerpo a través de una respiración adecuada, pausada y consciente, pues optimizamos la ingesta de oxígeno: la circulación es más eficiente y permite que los nutrientes de las células sean mejor absorbidos; mientras que cuando estamos acelerados, el cuerpo se agota rápidamente y la cantidad de oxígeno que aspira es menos efectiva.

A nivel glandular

Con la respiración, la meditación busca activar centros energéticos asociados a glándulas y funciones específicas del cuerpo, a través de los llamados chakras.

1. El primer chakra: está asociado a los genitales, donde hay mayores reservas de energía, vitalidad y fuerza.

2. El segundo chakra: personas que padecen enfermedades relacionadas con los ovarios y los testículos se pueden aliviar con la activación de este chakra, que también se asocia al amor.

3. El tercer chakra: es el llamado plexo solar, está entre el ombligo y la boca del estómago y regula los procesos digestivos y principalmente el páncreas, que se afectan mucho con los altos niveles de estrés. Trabajar el fluido de oxígeno a esa zona puede beneficiar a personas con problemas de diabetes o azúcar en la sangre y disminuir los niveles de ácido clorhídrico que causan la gastritis.

4. El cuarto chakra: es el del corazón y el de la glándula del timo, que activa todo el sistema de defensa. Se asocia a los procesos emocionales (por eso en momentos de estrés duele el esternón). Si se oxigena mejor el timo se optimizan las defensas y la posibilidad de mejorar emocionalmente.

5. El quinto chakra: está en la garganta, afecta la tiroides y al activarse y oxigenarse alivia problemas como el hipo e hipertiroidismo. Se cree que está asociado a la comunicación y a la posibilidad de drenar emociones negativas que persisten, como el clásico “nudo en la garganta”.

6. El sexto chakra: está en el entrecejo, se conecta con la glándula pituitaria y está asociada al saber, abrir la mente y al percibir.

7. El séptimo chakra: es el último chakra y se conecta con la glándula pineal, se asocia a la comunicación espiritual.


Meditación, igual a oxigenación

Una mejor oxigenación del cerebro logra que el umbral del dolor en el organismo cambie. Por eso, la meditación es muy favorable para personas con enfermedades terminales y pacientes que sufren de depresión.

Al meditar se secreta una mayor cantidad de melatonina, por eso esta práctica es útil para combatir el insomnio.

Oxigenar el cerebro a través de la meditación previene enfermedades de desgaste cerebral propias de la tercera edad.

La meditación aumenta la capacidad de oxigenar, se abren los pulmones. Por eso cuando un deportista de alto rendimiento medita genera una mayor resistencia física y disminuye el grado de desgaste y esfuerzo del corazón.

Según el libro Medicina y espíritu, de Augusto Castro, médico de la Universidad Nacional, la meditación ayuda a redefinir los problemas, a generar flexibilidad en el carácter, a propiciar la originalidad, la motivación, la tolerancia a la ambigüedad y el desarrollo de una mayor fluidez en las actividades diarias y cotidianas.


Efectos de la meditación

Según la médica bioenergética Liliana Pérez, la meditación ayuda a generar un equilibrio entre los sistemas simpático y parasimpático. El primero es el que aloja las funciones “inconscientes”, de reflejo e impulso, como el ritmo cardiaco, la presión arterial y las secreciones glandulares que generan respuestas frente al estrés, mientras que el sistema parasimpático contrarresta esas funciones. La meditación tranquiliza el sistema simpático y fortalece el parasimpático, por eso, una de las consecuencias de meditar con frecuencia es un mayor autocontrol en situaciones de aparente riesgo o angustia.

Sistema cardiovascular: controla la presión arterial, pues al suspender la actividad y darle prioridad a la quietud y a la respiración, el ritmo cardiaco es más pausado, lo que permite distender los músculos y evitar que el corazón se agote bombeando más sangre de la necesaria. También reduce los niveles altos de colesterol.

Sistema inmunológico:
el sistema inmunológico funciona mejor si el cuerpo está libre de estrés y tensiones. Por eso, el estado de meditación acelera los mecanismos de defensa que se activan cuando el cuerpo está descansado o dormido, ayuda a aumentar la eficacia de los procesos metabólicos de las células y estimula la producción de glóbulos blancos.

Sistema digestivo: cuando estamos estresados, el sistema digestivo es el que más sufre las consecuencias: durante la tensión este se cierra cuando recibe un mensaje primitivo de huida y lucha, y el torrente sanguíneo corre hacia los brazos. La meditación y la distensión de los músculos del abdomen ayudan a evitar que se genere una mayor cantidad de sustancias gástricas.

Sistema nervioso:
en tanto que la meditación permite que el cuerpo se oxigene, el sistema límbico disminuye la producción de hormonas y fluidos corporales asociados a la tensión, por eso reduce la ansiedad y la depresión.