amor

Chiquinquirá Blandon

, 9/9/2009

Es sicóloga especializada en Trabajo Clínico y desde hace 14 años dirige la Clínica del Amor en Medellín. Esta es su visión del amor.

Chiquinrá Blandón. - Foto:

Chiquinquirá Blandón podría contradecir Obsesión, ese famoso vallenato de Sergio Amarís y las Estrellas Vallenatas que dice: “(…) hiciste (a Dios) médicos pa’todos los males, pero, ¿por qué no creaste uno que pueda curar un mal de amores? (…)”. Además de ser sicóloga especializada en ayudar a superar penas de amor, también tiene en Medellín una clínica dedicada a ese menester, por la que han pasado miles de ‘despechados’. Así nació hace 14 años la Clínica del Amor.

Todo empezó por una experiencia propia. “He tenido un mecanismo que me ha servido en los momentos de mucho dolor, y es escribir sobre lo que siento. Hace unos años pasé en mi relación de pareja por un momento de mucho dolor y escribí para mí el Manual para desenamorarse, en un intento de autocuración. Lo publiqué y tuvo una gran acogida”. Al ver la respuesta afirmativa de la gente, decidió enfocar su trabajo clínico a dar respuesta efectiva e inmediata al dolor que se experimenta ante una ruptura, una crisis por infidelidad, por celos o por cualquier otro tipo de conflicto, para, posteriormente, encontrar un método que permitiera ir a la raíz de ese dolor. Así nació la Clínica del Amor.
Los motivos más frecuentes por los que ingresan pacientes a la clínica de la doctora Blandón son para terminar una relación o para hacer funcionar una relación que no está yendo bien. Son recibidos por expertos que, según el estado en que lleguen, toman diferentes medidas. Los que llegan en crisis, reciben consultas sicológicas o siquiátricas hasta ser estabilizados e iniciar una terapia para empezar a tratar el problema.

Chiquinquirá no duda un segundo en afirmar que su gran amor es Juan Manuel Vásquez, con quien lleva casada 26 años y tiene dos hijas, Manuela y Mariana. “Hay tres condiciones recomendadas por los teóricos: la pasión (desearse y satisfacerse sexualmente); la intimidad (vincularse afectivamente mediante una comunicación abierta, franca y empática sobre lo que se quiere y cómo se quiere); y comprometerse”, concluye.
Se deben seguir tres pasos fundamentales para olvidar: controlar la mente (evitar darle vueltas en la cabeza al motivo de tristeza); aceptar nuestro estado de ánimo, los sentimientos negativos (ira, miedo, tristeza); y, por último, hacer actos de amor por uno mismo. Tener conductas de autocuidado (mimarse, consentirse, etc.), y evitar conductas de perseguir, rogar, suplicar.