Los secretos del amor duradero

Revista FUCSIA, 18/9/2014

Para los que no creen que este exista, una serie de estudios han demostrado que su pesimismo podría ser infundado y que una relación satisfactoria para toda la vida sí es posible. ¿Cómo conseguirla? Los expertos ofrecen algunas claves.

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Que “nada dura para siempre” y que “todo lo que sube tiene que caer”, son lemas de la sabiduría popular asociados al amor, o más bien a su final. Esta teoría de que “estar juntos” hasta que “la muerte los separe”, simplemente idealista, parece apoyada en las cifras mundiales: en Europa la tasa de divorcio de varios países se acerca al 70 por ciento y en Estados Unidos más de la mitad de los matrimonios se acaban. El mejor pronóstico consistiría entonces en aceptar la monotonía, en esperar con resignación el inevitable desvanecimiento de la chispa, y que en su lugar aparezca la cálida compañía amistosa de la pareja.

Pero, si el romance suele considerarse el ingrediente esencial a la hora de casarse o comprometerse, al menos en la cultura occidental, suena contradictorio que se asuma su irremediable deceso. Así lo plantea un estudio presentado por la Universidad de Stony Brook: el amor romántico, con la intensidad, el compromiso y el interés sexual que implica, puede perdurar en el tiempo. Un elemento que quedaría por fuera de la ecuación es la obsesión caracterizada por la ansiedad típica de la etapa inicial del enamoramiento.

 Lo demás no tendría por qué morir. “Diversas teorías han sugerido que la autoestima cumple un papel importante en las relaciones y específicamente en este tipo de amor. Por el contrario, individuos clasificados como inseguros son menos efectivos en proveer a sus parejas estabilidad, experimentan menor satisfacción y mayores conflictos. Esos factores pueden incrementar los sentimientos de desconfianza”, señala el mencionado trabajo.

La doctora Bianca Acevedo, investigadora neurocientífica del Departamento de Salud de Nueva York y responsable de estos hallazgos, ha concluido que no se trata de un mito. “Así lo demuestra la evidencia. Al examinar décadas de reportes he encontrado que muchas de las parejas analizadas resultaron tener altos niveles de amor, asociados con la satisfacción marital en vínculos prolongados”, comentó la experta a FUCSIA. “En otros dos estudios determinamos que aproximadamente el 40 por ciento de individuos que mantenían relaciones largas estaban intensamente enamorados de sus esposos”.

Además examinó las conexiones neuronales de 10 mujeres y 7 hombres que, en promedio, se acercaban a los 25 años de casados, mientras observaban imágenes de su ser amado, y los patrones de activación cerebral en áreas ricas en dopamina, conocida como la hormona del placer, eran bastante similares a los que se ven en quienes acaban de enamorarse.

“Basados en estas investigaciones sabemos que participar en actividades nuevas que impliquen un desafío, sin ser estresantes, avivan el amor. El sexo es clave. Activa el sistema de recompensas y libera un coctel de químicos que son buenos para nosotros. Lo que en últimas es único de las parejas que he estudiado es que tienen todo esto: la calma y la seguridad de una relación larga mezclada con emoción y placer. Cada uno se interesa en el otro, lo valora y lo considera su mejor amigo”. Aunque para la doctora Acevedo el amor perdurable que resiste el paso de los años sí existe, no es fácil alcanzarlo: “Tener salud mental es un buen comienzo. La comunicación, pensar en el esposo de una manera positiva, hacer cosas que lo hagan feliz y por supuesto, el humor, son esenciales. Puede no sonar sexy pero tomar decisiones acertadas también ayuda. Por ejemplo, ser conscientes de las fallas del cónyuge y en lugar de usarlas en su contra, aprovechar el autoconocimiento para ayudarlo a cumplir sus sueños. De hecho hay toda una línea de investigación que demuestra cómo aquellos que se impulsan mutuamente a alcanzar sus ideales, mantienen un mayor bienestar individual y de pareja”.

Otro estudio realizado recientemente a través de Internet, en el que participaron más de 2000 personas, identificó dos herramientas necesarias para mantener el amor: conocer muy bien al compañero de vida, incluso detalles que podrían parecer insignificantes como los aderezos que escogería para una pizza, y encontrar en este habilidades de cierto tipo como saber manejar las finanzas y lograr la estabilidad laboral. Y es que a las emociones habría que añadirles un aspecto más práctico y mundano, pues las relaciones se desarrollan en un ambiente real y cotidiano.

Pese a los lineamientos de los expertos, es difícil predecir si un vínculo está destinado a durar. Acevedo opina que es más complicado que anticipar el clima: “Sabemos que alrededor del 50 por ciento de los matrimonios terminan en divorcio”. Por su parte, Kate Figes, autora del libro Couples: How We Make Love Last, explicó a esta revista que es casi imposible diagnosticarlo, debido a que las personas pueden cambiar radicalmente. “Pero si aceptan que las relaciones son un trabajo progresivo y duro en lugar de confiarle exclusivamente todo a la fuerza del ‘amor’, tendrán un mejor pronóstico”.


Para que la llama no se apague
Aunque el amor puede durar por siempre, es usual que cambie, así como nosotros lo hacemos con el paso de los años”, reflexiona Kate Figes en su libro Couples: How We Make Love Last. En su análisis de parejas, la autora ha encontrado cuáles aspectos hacen la diferencia y ayudan a mantener vivo el romance.

  • Tener expectativas realistas. Aceptar y amar al otro sin tratar de moldearlo como alguien diferente. “Uno de los mitos más peligrosos es el del ‘alma gemela’, que se apega a la idea de que hay alguien exactamente a tu medida. Lo que importa es la manera en que se manejen las diferencias”, opina. Por eso aconseja disfrutar lo que el ser amado tiene para ofrecer en lugar de que se ajuste a la medida esperada.

  • Saber hablar. Es necesario aprender a discutir saludablemente sin ironías, gritos o humillaciones hirientes. Lo mejor es conversar honestamente, escucharse mutuamente y “que cada uno pueda expresar sus deseos y necesidades. No hay que esperar que la pareja nos lea la mente”. La experta recomienda hacer negociaciones acerca de algunas cosas; verbigracia, cómo repartir las tareas del hogar.

  • Respetar la autonomía. Que haya espacios para que cada quien desarrolle su individualidad. “No es bueno hacerlo todo juntos. ¿De qué hablarán después?”.

  • Dejar momentos para el sexo. Hay que sacarle tiempo a la intimidad, pero entendiendo que no siempre tiene que vivirse “la versión de las películas”. La sexualidad se practica de diferentes maneras, en unas etapas con arrebatamiento y en otras con una reposada conexión.

  • Aceptar que equivocarse es de humanos. Toda persona comete errores y tiene fallas. Esperar que el otro sea exactamente lo que uno necesita es la receta segura para el desastre. “Saber perdonar las pequeñeces ayuda a entrenarnos en dialogar y perdonar las cosas grandes”.


Los especialistas también hablan de fórmulas que incluyen invertir tiempo en la familia política y, ante todo, reír juntos.