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Diario de lujo

, 5/6/2009

Ana María Londoño, editora de moda de FUCSIA, fue invitada por Sisley a experimentar lo mejor de sus productos.

Hubert e Isabelle D’Ornano crearon a Sisley, una marca de cosméticos de lujo, en la que las plantas y los aceites esenciales eran los verdaderos protagonistas. - Foto:

Antes de compartir mi viaje de dos días a este destino en el sur de Francia, pienso que es oportuno contarles un poco sobre la historia de estos productos. Hace 32 años, cuando nadie hablaba de extractos naturales, Hubert e Isabelle D’Ornano crearon a Sisley, una marca de cosméticos de lujo, en la que las plantas y los aceites esenciales eran los verdaderos protagonistas. Basándose en la idea de que “las plantas son el petróleo del futuro”, se convirtieron en visionarios de la época. Así fue que, en 1976, se rodearon de los mejores químicos y empezaron a trabajar en el desarrollo e investigación de estas cremas.

Además de los componentes de la naturaleza que las caracteriza, uno de los ingredientes primordiales de estas exclusivas recetas no es otro que la calidad. Para alcanzarla, se utilizan las más finas plantas y las mejores formas de extracción. Por esto mismo, usar una crema Sisley, más que un procedimiento rutinario de belleza, se convierte en una experiencia de lujo.

Encabezando este viaje está la mismísima Isabelle D’Ornano, una mujer que no le teme a los años, y que quiere envejecer orgullosa de mostrar que ha vivido. No cree en las cirugías, pues, según ella, hacen que la mujer no soporte no estar siempre perfecta. Es el alma de la compañía, la que imprime el sello del lujo. Sigue paso a paso todo lo que sucede. Cree en la tradición, en el tiempo y en la familia. Ella nos recibe, no como a un cliente, sino como a un amigo de la familia.

Lunes
 
Después de muchas horas de viaje arribamos a Saint-Tropez. Un lugar mágico, conocido por ser el “destino de lujo” de Europa. La arquitectura es sencilla y la gente amable, sus calles estrechas y llenas de mercados encantadores. Llegamos al hotel Byblos, un lugar excepcional, en donde nos esperaba una maravillosa tarde de spa.
Fueron dos horas y media de consentimiento total. Primero, un tratamiento facial y luego uno corporal; todo en una cabina independiente, aromatizada y minimalista. Un espacio concebido para relajarse bajo los estándares de Sisley. Por eso, son únicas y no se ofrece en ellas otro producto o tratamiento diferente. Hay spa en todo el mundo, en Bogota en Bellísima y en La Riviera del centro comercial el Retiro.

Martes 

Después de amanecer en este bellísimo hotel al borde del mar, salimos a caminar por el mercado de los martes. Es un mercadito de frutas, artesanías, especies, ropa, flores y miles de cosas más. Algunas compras obligadas son los canastos para la playa, las sandalias típicas o tropeziennes, hechas de cuero, a mano y ajustadas al pie como si fueran hechas a la medida.

Más tarde, un almuerzo en el Club 55, un restaurante en la playa, y tal vez el más famoso de la zona. Los dueños son gente de la región que, en 1955, durante una filmación de una película con Brigitte Bardot, se encargaron de alimentar al equipo por dos meses.

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