personajes

El tiempo, otro de sus aliados

Revista Fucsia.com, 15/4/2009

A estas mujeres los años les han sumado belleza, estilo y carácter. En esta edición destacamos personajes que han hecho del tiempo su mejor aliado.

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Rosa María Escallón
La de los juguetes

Entrar a las tiendas de Imaginarium en el mundo y en Colombia es toda una aventura. Estos espacios donde se venden juguetes, ofrecen sobre todo una experiencia que se puede ver, oír, tocar, sentir, gozar… Rosa María Escallón es la responsable de traer a Imaginarium a nuestro país.

Hace 12 años, por los viajes frecuentes que hacía con su esposo a España, se encontró con la marca Imaginarium, allí siempre compraba los mejores regalos para sus dos hijos, pero además ella se enamoró de esta cadena de juguetes española y, por eso, decidió atreverse a dejarle una tarjeta a la vendedora de la tienda con los datos de su hotel, diciéndole que se la pasara a quien considerara pertinente, pues ella estaba interesada en tener la franquicia en Colombia, fue así como en un par de días se consolidó esta propuesta y gracias al respaldo del presidente mundial de Imaginarium, ocho meses después la tienda abría su primer punto de venta en la 90 con 16 en Bogotá.
Hoy, Rosa María, una mujer decidida, sensible, emprendedora, valora representar a una marca que está en 39 países del mundo y que aquí tiene cuatro tiendas en Bogotá y otras en Cali, Bucaramanga y además está incursionando en los aeropuertos.
Imaginarium para ella es una propuesta que aporta valores a los niños, fomentando la creatividad, la imaginación, la alegría y el crecimiento intelectual, pero sobre todo, que vincula a padres e hijos con el juego.

Mercedes Baquero
La creativa

Después de representar a Cundinamarca en el Concurso Nacional de Belleza en 1957, su vida empezó a transcurrir como la de una muchacha de su generación. Se casó con Gerardo De Francisco, se radicó en Cali, donde se dedicó a criar a sus tres hijos. Todo transcurría dentro de lo normal hasta que, en 1973, su primo Jorge Esguerra, quien hacía parte del equipo creativo de Yves Saint Laurent, llegó a visitarla. En una conversación ambos recordaron que en su infancia él se distinguía por ser un gran dibujante y ella por su creatividad y buen gusto. De esa tertulia nació un taller de costura que fue todo un hito en el Valle del Cauca. De allí salieron verdaderas obras de arte y los primeros desfiles de moda en la ciudad. En ese momento, el maestro vio que su pupila ya podía volar sola y regresó a Europa. Ya independiente Merceditas obtuvo el Premio Nacional de Enka en 1975, y al año siguiente fue la encargada de diseñar los uniformes para Ecuatoriana de Aviación y Aerocondor. Regresó al concurso de Cartagena vistiendo a su hija Margarita Rosa. Cuando La Mencha alcanzó el estrellato, su mamá se convirtió en su vestuarista. De la cabeza de Mercedes salieron series como Puerta grande, Café, Hombres, La potra zaina, La madre, La caponera y los realities que ha presentado Margarita. Hoy, alejada del ajetreo de la televisión atiende a sus clientas y vive la plenitud que le brinda ser esposa y madre, pero sobre todo, abuela.

Myriam Camhi
La de la dulce pasión

Alrededor de la elaboración de pastelería fina discurre la vida de esta mujer cuyo nombre evoca la dulzura.

De esos años intensos que determinaron que lo suyo fuera brindarle a la gente la pausa dulce de un postre o un ponqué, Myriam Camhi recuerda el ajetreo de su cocina, cuando sus amigas le encargaban el toque dulce para sus reuniones. De eso hace ya 25 años, y esta valluna sólo recuerda el momento en que el negocio ‘invadió’ su casa al punto de que tuvo que establecerse en el primer local donde el nombre de Myriam Camhi se hizo visible al público y lo cautivó con sus deliciosas e innovadoras recetas.
Hoy son cuatro las sucursales en Bogotá de esta pastelería que ha ido diversificando su oferta de postres y que ofrece al lado de estos platos fuertes, canapés, una carta de helados y otra de vinos, que sirve un delicioso desayuno y abre todos los días, inclusive domingos y festivos.

Para Myriam Camhi, abuela de ocho nietos, resulta muy satisfactorio acompañar con sus recetas de dulce los momentos más alegres de la vida de la gente en los bautizos, cumpleaños, matrimonios y otras ocasiones especiasles. Por eso, sigue al frente de su negocio con la certeza de haber escogido una actividad que la gratifica y que sigue teniendo para ella el sabor dulce que acompañó a sus primeros postres.

Mary Srour
La de la moda

Hace 30 años, no sólo se casó esta mujer, sino que con el apoyo de su esposo decidieron crear una marca que hoy todos aquellos que busquen moda, diseño y nuevas tendencias, la identifican, se trata de Salomón-Azulu, una empresa familiar que cuenta con puntos de venta en las principales ciudades del país.
Mary Srour se define como una mujer comprometida con sus proyectos y hoy está dedicada al diseño y a la producción en Salomón-Azulu, es decir, su responsabilidad está detrás de bambalina.

Con su familia ha hecho una empresa valiosa y exitosa, por eso, desde su esposo hasta sus hijos trabajan en ella y este es uno de los elementos que más importancia tiene para esta mujer quien no duda en afirmar que su mayor logro en la vida es haber conformado la familia que tiene.

Mary recuerda que Salomón nació con la idea de traer productos de diseño que no se conseguían en el país y luego comenzó a mezclarlos con diseños propios. Hoy, ella rescata que lo mejor de trabajar en la moda es el dinamismo que ésta genera y la sensibilidad encendida que se mantiene en todo momento.

A esta empresaria ser disciplinada le ha permitido lograr lo que toda mujer busca, es decir, tener éxito en su trabajo y mantener el liderazgo en su hogar. Quizá por eso concluye que la fórmula del éxito es el amor.

Clemencia Gutiérrez de Samper
La del Yoga

Convertir la disciplina del yoga en la mejor forma de enfrentar la cotidianidad, es lo que ha logrado Clemencia Gutiérrez de Samper.

Felizmente casada, tiene dos hijas, de 29 y 26 años. Estudió Economía y trabajó como profesora de Macroeconomía en la Universidad de los Andes y como funcionaria de Ecopetrol, entre otros cargos ocupados. Practica hatha yoga y estudió para ser instructora en esta disciplina, que realiza desde hace cerca de diez años y que espera prolongar durante el resto de su vida: “Aparte del trabajo físico que supone la práctica de las posturas o asanas del cuerpo, con el yoga trabajo las energías, las emociones, los pensamientos, la sensibilidad, la forma de actuar, de comer, en fin, todos los aspectos de mi vida. El yoga es para mí una forma de vivir, y mi interés real es transmitirles a tantas mujeres que no lo conocen o que creen que su práctica es difícil y exigente, mi convicción de que les puede ayudar a encontrar un equilibrio en su cuerpo físico, un balance emocional y una claridad mental. El término yoga viene de la raíz sánscrita yuj, “unir”, y el sufijo ghyan, “completar”. Por esto, dice Hermógenes en su libro Iniciación al yoga, que esta es la más perfecta terapia para integrarnos, unificarnos e implantar el orden, la coherencia, la salud, la fuerza, la paz, en nuestra vida, normalmente inquieta, fragmentada, tensa, inarmónica y frágil”.

Olga Clemencia Villegas de Estrada
La del protocolo

Esta manizaleña con raíces infinitamente profundas en Medellín es un verdadero referente cuando de protocolo, etiqueta, glamour, buen gusto y refinamiento se habla en Colombia.

A eso se suma que desde muy joven se destacó por su belleza clásica que se complementa con el encanto propio de la mujeres bien educadas en Antioquia la Grande y el Viejo Caldas, esas que se distinguen por una conversación llena de gracia aderezada con maneras sutiles y delicadas. Todo eso la hizo asidua de los grandes salones donde siempre fue ejemplo de elegancia. Con el pasar de los años, y ya radicada en Medellín, Cleme, como la llaman cariñosamente sus amigos, siguió siendo eso: una mujer casi perfecta. A tal punto, que grandes, medianas y pequeñas empresas recurren a ella como fuente de consulta en esos asuntos que ella domina: protocolo, etiqueta, buenas maneras...

Además, el común de la gente encuentra siempre un consejo en la columna que Olga Clemencia publica en las páginas del semanario Vivir en El Poblado, de Medellín, en la que responde de manera práctica y fácil, preguntas que hacen los lectores sobre cómo sobrevivir en el agitado mundo social del siglo XXI.
De su físico y su belleza no hay que hablar. Basta mirarla para saber que a algunas personas los años le aumentan su belleza, en ella se confirma la regla de los buenos vinos.