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Guía para sentirte sexy

, 10/10/2010

Las mujeres disfrutan cada vez menos del sexo, por la errónea idea de que si no cumplen el mito de la mujer 10 no son deseables.

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Por Arnoldo Mutis
 
En su nuevo libro Satisfacción. Las mujeres, el sexo y la búsqueda de la intimidad, Anita H. Clayton proclama la regla básica para sentirse sexy: “Te diré lo que les digo a mis pacientes: quiero que contemples y eventualmente poseas un concepto de ti misma tan sensual como un icono sexual, en efecto, la única persona que debería simbolizar el sexo para ti, eres tú”. Clayton lo dice porque luego de más de treinta años de experiencia en su consulta en Charlottesville, Virginia, ha aprendido que las mujeres ahora no disfrutan el sexo tanto como les gustaría, o al menos como antes. Por los relatos de sus pacientes, asegura que a sus congéneres les hace falta algo en su vida íntima: “Están interesadas, pero no logran excitarse; o logran excitarse, pero no tienen ni el deseo ni la energía para llegar hasta el final”. Y es allí donde concluye que la gran mayoría están descontentas consigo mismas, lo que les hace prácticamente imposible estar seguras de su propio atractivo.

Satisfacción, publicado en Colombia por Norma, es uno de los poco frecuentes libros que se escriben sobre sexualidad femenina, dice la propia Clayton, y en él, ella lo que expone, a través de historias reales, es el tratamiento con que ha ayudado a centenares de mujeres a reconstruir su comprensión de ellas mismas. A partir de ahí, concluyó también que lo que más le impide al género femenino activar su poder de seducción son los castrantes clichés que anima la sociedad de consumo al respecto. Es decir, impera un conflicto entre la mujer en technicolor, de la televisión, las pasarelas y las revistas, versus las mujeres reales, que son la mayoría, y por lo general no cumplen con los requisitos del modelo de belleza en boga.

“La sexualidad no es algo visible en ti”, les dice la siquiatra a las pacientes que manifiestan sentir que su imagen es un desastre, por lo cual, no se perciben deseables. “Si crees que tu sexualidad tiene que ver con tu apariencia, empiezas a fijarte en características superficiales y te obsesionas con alterarlas”, anota la especialista.
Antes que tantas cirugías para tener “la silueta 10”, Anita Clayton afirma que el primer paso para resultar atrayente es “no alejar la mirada de ti misma”, no sólo por fuera, sino por dentro, “con curiosidad, asombro y aceptación”.

De su consultorio, sus pacientes salen con tareas, que consisten básicamente en pensar sobre un tema que ella les propone, que no es una camisa de fuerza, y ponerlo en el papel. Escribir y leer esas impresiones permite ver los factores físicos, emocionales, culturales y médicos que influyen en los deseos y comportamientos sexuales, resume la doctora, profesora, además, de la Universidad de Virginia.

Otra manera de no sentirse bendecido por Eros es dejarse llevar por la vergüenza, que suele ser más dominante que el sexo. “Ningún aspecto del ser humano está más cargado de denigración y deshonra que el impulso de conectarse íntimamente con otra persona”, explica Clayton. Al respecto, el cuestionamiento que ella hace en su tratamiento es cómo, en vez de celebrar esa fuerza de la vida que a la larga es el sexo, las mujeres piensan mal y sufren cuando las estremece algún indicio de atracción. Critica, además, cómo las han enseñado a negar el sexo que llevan entre las piernas, a ver con malos ojos el placer que les prodiga y a controlar rigurosamente sus efusiones y a perfumarlo. Le parece absurdo el infierno en que se le convierte a una mujer manchar de sangre la ropa durante la menstruación y evitar que los demás lo noten.

Otro ingrediente que ha hecho exitoso el método de la doctora Clayton, es hacer conscientes a las mujeres de las diferencias que guardan con los hombres en cuanto a la líbido. Mientras que a ellos les basta con excitarse y experimentar una erección para liarse con alguien, “con las mujeres puede pasar cualquier cosa: el simple hecho de que una mujer sienta algo de excitación no significa que vaya a montarse en un tranvía llamado deseo”, expresa Clayton.

Sexy en 12 pasos
Otra autora estadounidense especializada en sexualidad femenina, la sicóloga Sheenah Hankin, decanta en su libro Complete Confidence varias pautas para sentirse sexy, que van en la misma línea de Clayton: conocerse y apreciarse a sí mismas:

1. No te dés palo
La vía expedita para sentirse sexy es la seguridad y la confianza, y para ello no sirve enfocarse siempre en las cosas negativas de sí mismas, como les sucede a muchas, sino en las positivas. Así, quedan proscritas las bromas sobre sus senos grandes o chicos, o sobre su trasero generoso. “Los más casuales y desprevenidos comentarios burlones sobre la imagen propia, se alojan en el cerebro como verdades, y tu terminas creyéndote realmente ridícula”, dictamina la doctora Hankin.
Muchas veces, esa inconformidad es un efecto reflejo de otra cosa que realmente le molesta, como el modo de ser de su pareja o el exceso de trabajo. “Identificar la verdadera fuente de su angustia puede ayudarla a deshacerse del odio a sí misma y atacar el verdadero mal”.

2. Aprende a que se la coman con los ojos
A menudo se cree que lo que a ellos más les gusta de las mujeres es el cuerpo, pero no es cierto. “Los hombres admiran el paquete completo”, dice Sheenah Hankin. Para hacerte consciente de tu cuerpo, esta experta recomienda estar desnuda todo el tiempo que se pueda, viendo televisión en casa, dormida o al salir de la ducha, para aprender a sentirte cómoda con él. “Además, ello la hará sentirte menos inhibida cuando estés con un hombre”, aconseja.

3. A paso firme
El sex-appeal también se construye con la expresión corporal. Para comenzar, cuidar la postura y el andar es básico: párate derecha, mantén tu cuello erguido, echa los hombros hacia atrás y hacia abajo y deja que tus manos se columpien alternadamente a tus costados mientras pones un pie ligeramente frente al otro. Eso sí, tómate tu tiempo, y camina sin afanes, porque esto mata la pasión.

4. Sé  coqueta
En ciertas situaciones sociales donde podrían dedicarse a seducir, no son pocas las mujeres que lo que hacen es autocoronarse como el ‘patito feo’ de la fiesta. Para ello, Hankin recomienda poner tu atención en alguna posible conquista, elogiar su pinta o su reloj. “Coquetear alejará su atención de ti misma y cuando el objeto de tu deseo te devuelva el cumplido, te sentirás más atractiva y confiada”, asevera.

5. No te compares con la competencia
Si algo destruye la personalidad es compararse con las demás. “Sentirse amenazada por la supuesta perfección de otra mujer, hace más difícil para ti  apreciar y sacarle provecho a tus propios atributos”, advierte Hankin.
Al respecto, será importante tener en cuenta también que los hombres no quieren a una top model, como lo muestra el hecho de que por lo general las mujeres que se perciben como sexys no son necesariamente las más bellas. Aprende de ello, pues te enseñará a apreciar mejor tu originalidad.
Eso necesariamente conduce a ser feliz con lo que tienes y lo que es ahora.

6. No “rajes”
“Despotricar del físico de las otras, en realidad te hiere a ti misma”, recuerda la doctora Hankin, pues con esa misma vara te medirás a ti misma.

7. No pidas ‘feed back’ negativo
Es cuando tu das la pauta para que te cataloguen con comentarios como: “Dime la verdad, ¿se me notan los gorditos?” Es otra buena manera de apabullar la autoestima, y por tanto, la atracción. Además, es preciso no mostrar las inseguridades, pues ello te hará parecer vana.

8. Acepta los piropos
Cuando te elogien, desecae la costumbre de responder con una remilgada refutación. Se radical, dice la experta, y responde con un simple “gracias”, que, por aquello de la inteligencia emocional, automáticamente te hará creer que el cumplido es exacto y justo.

9. Fínjelo hasta que lo sientas
Así como los actores se sumergen hasta el fondo en el temperamento de sus personajes, para sentirte sexy, tendrás en principio que actuar como si lo fueras. “Si haces un esfuerzo consciente por actuar confiada en tí misma, finalmente comenzarás a creerlo”, sugiere Hankin.

10. No te veas perdedora
Cruzar los brazos, encorvarte o comerte las cutículas, es el equivalente a cargar un letrero que dijera: “Me siento totalmente fuera de lugar”.

11. Luce siempre fantástica
Muchas mujeres se acostumbran a que si no están en público se visten con cierta ropa de descanso, como la funesta sudadera, que las hace ver terribles. Craso error. “Incluso para dormir y acompañadas por sí mismas, hay que vestirse bien, porque ello refuerza que tu cuerpo es especial y merece cubrirse con lo mejor”, recomienda Hankin.

12. Sexy hasta la médula
La anterior recomendación vale también para la ropa interior. “Lo que  vistes cerca de tu piel afecta la manera en que tu te sientes”, dice la sicóloga. Así que, bota los calzones matapasión, y que tus brasieres y pantys de todos los días siempre sean especiales.