“La barba es el ícono de la practicidad masculina”

Revista FUCSIA, 22/2/2016

Para Pablo Barreto, creador de la agencia Footnote Content Lab, la barba no necesariamente es sinónimo de virilidad, en su caso, pesó más la practicidad de no tener que pensar en afeitarse.

Foto: Daniella Benedetti - Foto:

“¿El boom de la barba acabará algún día?”, fue la pregunta que lanzó el pasado 5 de septiembre un titular del diario The Telegraph, con motivo del día mundial para honrar la abundancia de vello facial (sí, esa celebración existe, y tiene lugar el primer sábado del noveno mes del año). En el artículo, los analistas explicaban que la moda de dejarla crecer era la respuesta a un fenómeno aparentemente imperante llamado “crisis de la masculinidad”: “Esta es la única manera en que un hombre puede hacer alarde de su virilidad, sin que lo metan a la cárcel por exhibicionismo indecente”, bromeaban. Señalaban también que los hipsters barbudos están en ascenso desde 2013 y que superaron a los metrosexuales carilimpios, algo evidente en el desplome de los productos varoniles para el cuidado de la piel.

Pablo Barreto no pensó en dejar su barba en libertad para verse más macho. “Tomé esa decisión hace cuatro años por pura cuestión de practicidad. Eso y vestirme de negro son las piedras filosofales de mi vida en este momento”. Desde que le apostó a independizarse, al crear su propia agencia de diseño y contenido, en la que, en sus palabras, se dedica a “romper con los modelos estáticos en términos de comunicación”, reconoce los minutos preciosos que gana por no pensar en la afeitada diaria: “Es todo un ritual que requiere un pre y un post, y para mí la prioridad es tener tiempo para cumplir mis sueños. En cuanto a mi clóset, por lo mismo, solo los domingos uso algo de color”.

Pese a que Pablo es un fiel creyente de que en una persona pueden habitar tanto lo femenino como lo masculino, sí cree que hay diferencias naturales entre ambos sexos que no pueden esconderse, y su barba se lo recuerda. Sin embargo, no le parece que ésta pelee con la sensibilidad que adquirió debido a que creció rodeado de mujeres: “Era todo un matriarcado. Además de mi mamá, estaban mis tías con sus respectivas hijas… y ellas pensaban que yo iba a ser una niña más”, confiesa. De hecho, en su elección de permitirle al pelo en su cara multiplicarse a su antojo hay mucho de vanidad. “Me parece fabuloso que se haya rescatado ese elemento de la masculinidad que estaba en desuso para que forme parte de nuestra estética. La mujer cuenta con muchas herramientas para expresar su belleza; en cambio, la forma en que el hombre lo ha hecho, solía ser muy sencilla y parca. Pero ahora la moda nos propone más”.