La etiqueta de los tríos sexuales

Arnoldo Mutis , 20/7/2014

Hombres y mujeres fantasean con invitar a un tercero al lecho en que tienen intimidad con sus parejas. ¿Vale la pena hacer el sueño realidad? Aquí, unas reglas básicas para asumir este placentero pero también riesgoso experimento.

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Nuestros antepasados más fogosos deben revolcarse de la furia o desternillarse de la risa en sus tumbas al oír que en el más acá algunos van diciendo por ahí que los tríos sexuales son una innovación de la modernidad o que están in. Siempre hubo represión, pero también la suficiente lujuria, para satisfacer una de las fantasías más recurrentes de la libido tanto masculina como femenina: unirse en los goces carnales no con uno sino con dos amantes a la vez.

Por estos días, por ejemplo, la exposición L’amour courtois (El amor cortés), en París, revela cómo aquella era una práctica conocida en la Edad Media. En el siglo XIX aquel fue uno de los símbolos de la bohemia decadente de Occidente, guiada por el faro de avanzada que iluminaba desde Francia y por eso la expresión gala ménage à trois sirvió para denominar el acuerdo entre tres personas que tienen sexo de vivir bajo el mismo techo, una osadía en una sociedad tradicionalmente monógama. Hoy, el término se ha extendido para designar al trío sexual, que como explica Joan Price, una profesora estadounidense autora de varios libros sobre sexo, se trata de una relación entre tres amantes, sin convivencia, en cualquiera de las combinaciones de género posibles y a menudo con una pareja que tiene una relación sentimental de por medio.

Hace poco, la prensa inglesa registró la aparición de 3nder, una nueva aplicación para concertar este tipo de encuentros, un indicio de que la inquietud por ellos tiende al alza. Sin embargo, entre los sexólogos y demás expertos, las opiniones varían acerca de la conveniencia del sexo tripartita. Unos abogan por la libertad de explorar, mientras otros advierten sobre sus efectos contraproducentes. Si la decisión es atreverse, hay que tener en cuenta que existe una especie de “etiqueta” para estos retozos, los cuales, contrario a lo que predica el estereotipo, suscitan la misma curiosidad tanto entre las mujeres como en los hombres.


Las reglas de un trío exitoso

1. Sea sutil. No le lance a su pareja intempestivamente la propuesta de hacer un trío. Explore el terreno, poniendo sobre el tapete primero el tema de las fantasías sexuales, lo cual conducirá necesariamente al delicado asunto. Si se logra una convergencia de pareceres, la charla aterrizará en la posibilidad de pasar a la práctica, recomienda Reid Mihalko, quien imparte clases sobre la materia en Pleasure Chest, una sex shop de Los Ángeles.

2. “Pareja busca amante para trío”. Reid Mihalko asegura que los clubes de swingers (de intercambio de parejas) y ciertos bares gay o straight son ideales para encontrar personas dispuestas a unirse a una pareja en la cama. Ubicados él o la afortunada, habrá también que abordarla con tacto, invitándola a un trago, a charlar en la mesa, etc. Pero existe también una modalidad llamada express, por la cual se le lanza sin preámbulos la pregunta: “¿Y cuántos tríos has tenido últimamente?”.

3. Establezca las reglas. Joan Rice aconseja marcar límites de antemano y respetarlos. Hay que aclarar, antes de ponerse en acción, si a la mujer le molesta que su pareja le practique sexo oral o tenga coito con otra, o si el hombre permite que ella haga lo mismo con otro, de acuerdo con la mezcla de sexos que elijan.

4. Amante prevenido… Un trío suele ser gratificante, pero como lo recordó hace poco la exactriz de cine porno Aurora Snow en The Daily Beast, también puede ser agotador física y emocionalmente. Además, hay que estar preparado para situaciones complicadas, pues es posible que dispare inseguridades y ataques de celos que amenazan con acabar con las relaciones de pareja, al igual que sentimientos de culpa luego de consumados los hechos.

5. Rompa el hielo.
Mihalko les dice a ellos que deben pronunciar la palabra “trío” lo menos posible, pues no contribuye a que ellas se sientan emocionalmente seguras. Así, una vez cómodos y sentados en un sofá, los tres charlarán y luego empezarán a besarse, hasta que el más lanzado pronuncie las frases mágicas: “¿Por qué no jugamos y nos conocemos un poco?”, lo cual implícitamente significa “vamos a la cama”.

6. Tome la temperatura. Lumpkin aconseja probar si los dos compañeros se sienten satisfechos con preguntas como: “¿Te gusta esto?” o “¿Se siente bien así?”, salpicadas con cierto lenguaje licencioso.

7. Ojo con la penetración. Los expertos recomiendan el coito en los tríos solo cuando todos los integrantes se sienten cómodos. Debido a que ello automáticamente crea un lazo entre el hombre y la mujer, el tercero o tercera pueden verse excluidos y heridos en sus sentimientos.

8. Sexo seguro. Reid Mihalko insta a utilizar condones cada vez que se pase del sexo oral a la penetración o viceversa, y cuando se practique coito con una pareja u otra. Incluso, se puede asignar un color de preservativo para cada una. Todo con el fin de evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual, pues muchas veces los tríos involucran a personas poco o nada conocidas.

9. No pierda el norte. Aunque no hay que olvidar que se trata de sexo entre tres, dice Rice, es buena idea darle siempre más importancia a la persona con la que se tiene la relación amorosa.

10. Nada de porno. Los tríos son un gran leitmotiv de la pornografía, pero muestran visiones fantasiosas y ajenas a la realidad. Lo ideal es guiarse por los propios deseos y destrezas en la cama.

11. No caiga en excesos. Jincey Lumpkin, fundadora de la marca Juicy Pink Box y conocida como “el ícono sexual de Nueva York”, sugiere que los tres tampoco tienen que estar involucrados en actividad erótica en toda la sesión o dirigiéndola. “No es cuestión de decir a cada rato: ‘¡Hey, tú, agarra este seno y yo tomo el otro!”. Ver a los otros darse placer es otra forma de obtenerlo.

12. Alcohol cero. Es mejor llegar lúcido a esta experiencia inusual para lograr el mejor desempeño y evitar escenas de celos, malentendidos y remordimientos, anota Joan Rice.

13. Sea generoso y creativo
. Use las manos y la boca para complacer a las dos parejas. Intercambie posiciones, caricias y besos con una y otra. Si ellas o ellos lo ignoran, tranquilo: “Mastúrbese y volverá a ser el centro de atención muy pronto”, concluye Rice.