servicios

Lemaitre Catering

, 5/5/2010

Una compañía de tres cabezas, experimentada en el campo de la gastronomía, que se dedica también a proveer la comida de las celebraciones de matrimonio.

- Foto:

Los hermanos Andrés, Ernesto y Juan Camilo Lemaître arrancaron en el 2004, a partir de un negocio de repostería que proveía a algunas cadenas de restaurantes del ámbito corporativo, una nueva propuesta de catering para matrimonios: “Empezaron a pedirnos la comida de algunas celebraciones y esta demanda fue creciendo tanto, que a comienzos del 2008 ampliamos nuestro portafolio, al punto de que hoy ofrecemos, además del catering, la mantelería, la decoración y hasta el arreglo floral de la iglesia, a través de proveedores nuestros que ponemos a disposición de los novios”.

El desarrollo de Lemaître Catering hizo necesario que se incorporara a la empresa una directora comercial, Mariana Villlegas, quien pondera las bondades de esta propuesta: “Nos ha ido muy bien porque la gente busca ahora algo menos complicado. Manejamos toda clase de escenarios, entre éstos, fincas, lo que permite trabajar de una manera menos convencional la comida. Ofrecemos, por ejemplo, estaciones de cebiches y de otro tipo de platos, de tal manera que la comida se introduce desde el principio en el ambiente de la fiesta. Hace poco atendimos un matrimonio con temática mexicana, entonces, dimos al comienzo cocteles tradicionales y pasabocas, luego una sopa de tortilla como plato fuerte, al final una mesa de postres típicos, y en la noche, cuando los invitados estaban suficientemente achipados, nachos y tacos, para cerrar con broche de oro”.

Juan Camilo Lemaître dice que el negocio de su empresa está en la comida, pero como es inherente a ésta el servicio, y ellos llevan ya seis años en el mercado, organizando de 10 a 12 eventos semanales, crearon el departamento de servicio al cliente en el que está involucrada una ejecutiva que se encarga de afinar esta parte vital del negocio: “En cada evento está presente uno de nosotros, pero nos apoyamos en un personal responsable. A ellos les confío la tarea de evitar que el día de su matrimonio el cliente me esté llamando a solicitarme algo. Si ese cliente no me llama, significa que todo marcha a la perfección.”