editor invitado

Moda y rock n’ roll

, 19/10/2011

Juanita Ávila es la editora invitada de esta edición de FUCSIA. Su pasión por la música le imprime un sello único a su trabajo y a su personalidad. En su historia de moda, lo oriental y las flores son los protagonistas.

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Las Barbies, su mamá y la música. Esos son los tres referentes que encaminaron a Juanita Ávila en el mundo de la moda. Confiesa que aún es fanática de estas muñecas y que tiene pendiente comprar la de Cher y la de Joan Jett. Hoy en día las colecciona y las deja tal como están, pero cuando era chiquita le gustaba comprarles diferentes conjuntos para mezclar la ropa y crear nuevos looks. Es más, cuenta que “le echó tijera” y cosió varios pantalones y chaquetas de Ken, para adaptárselos a la Barbie, porque le gustaban más los estampados.

Dice que esa pasión viene de su madre, Carmenza Hernández, con quien comparte el gusto por los zapatos, los desfiles, las revistas y “todo lo que alimente visualmente el alma”. En el clóset de Juanita están los 40 pares de botas que heredó de su mamá, las mismas con las que ella sale retratada en la mayoría de sus fotos de infancia. Comparten espacio con su colección de botas tejanas, las que le dan ese sello personal a sus pintas actuales. Las primeras se las vio al cantante Axl Rose, quien aún sigue siendo una de sus inspiraciones en lo que a estilo se refiere.

Y es que a Juanita toda la indumentaria y la ropa roquera siempre la han influenciado, en especial las bandas glam metal. De niña, sus programas preferidos eran: Plaza Sésamo, Los magníficos y Los 10 mejores de la música, el programa que presentaba Lina Botero en los años 80. “Mi gusto por la música me llevó a coleccionar camisetas de bandas de metal, taches y spikes, y pienso que no hay nada más cómodo que un pantalón de cuero”.

Estaba claro que el futuro profesional de Juanita se inclinaba hacía lo creativo, por eso, a la hora de elegir carrera se inclinó por el arte y se inscribió en la Universidad de los Andes. Allí estudió dos semestres antes de viajar a la Universidad Complutense de Madrid, donde siguió el mismo programa por un año. Se graduó de Publicidad en la Jorge Tadeo Lozano, pero antes de recibir el cartón ya se había vinculado a otra de sus grandes pasiones: las revistas. Comenzó escribiendo para Rolling Stone (Colombia), y fue ahí mismo cuando se topó con el arte del estilismo y la producción. Recuerda que un día la productora le pidió ayuda para el primer editorial de moda que iba a hacer la revista. Eran unas fotos de las mejores bandas de rock nacionales del momento y, aunque las fotos quedaron bien para ser la primera vez, cometieron la “primiparada” de pensar que podían hacer todo al tiempo y en un mismo día. “Terminamos agotados, con mucha ropa para la lavandería y zapatos para remontar. No sabíamos bien qué estábamos haciendo, pero fue una experiencia muy buena para todos”. De ahí en adelante estuvo presente en todas las fotos para la publicación y empezó a colaborar con la revista Shock, y a hacer producciones para campañas de publicidad y catálogos.

Cuando Rolling Stone cerró su sede en Colombia a Juanita la llamaron para trabajar en la revista Donjuán. Uno de los motivos por los cuales aceptó de inmediato fue por que sabía que iba a trabajar con el Mono Casas, pues siempre lo había admirado y era cliente de sus almacenes. “Me propuse absorber cuanto pudiera de él, y ha sido el mejor aprendizaje en mi carrera como styler y productora. Su visión de la moda y todo lo estético es excepcional”.

Hoy, Juanita es la editora y coordinadora de tendencias de la revista digital KienyKe.com y colabora para FUSCIA y Shock. A ella, lo que más le gusta de su trabajo es pensar en las pequeñas historias que va a contar en cinco o seis fotos. “Es increíble crear un escenario, un ambiente y unos personajes, para hacerlos perdurar para siempre en las fotos”. Para eso se inspira leyendo revistas –las compra de forma compulsiva– y navegando en cuanto blog y página Web llegue a su computador.

El editorial
Para Juanita los días previos a la producción son fundamentales. Toma fotos de referencia y archiva la información que va recogiendo. “Si hay fallas en la preproducción, las fotos seguro tendrán algo chueco”, dice. Para esta edición, tuvo una base clara desde el comienzo: la tendencia de colores. No quería que fuera el típico editorial de moda colorida que tiene como escenario la playa o el trópico de siempre. “En un comienzo quise hacer algo glamuroso con elementos que gritaran sensualidad”, y finalmente todo dio un giro hacia lo oriental. Hay flores presentes en la ropa, los accesorios y las uñas, y está lleno de colores y texturas exóticas.

Juanita no se queda quieta, a donde llega trata de absorber la estética que la rodea. Sabe tanto de moda como de música y eso se refleja en su trabajo y en su personalidad de roquera refinada.

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