ganadora

Mujer Colombiana 2009

, 9/9/2009

En una reñida competencia con otras nueve colombianas, Isabela Santo Domingo fue elegida por nuestros lectores como ‘Mujer FUCSIA 2009’.

isabella santo domingo. - Foto:

Así, con el desparpajo y franqueza que la caracterizan, Isabella desnudó su alma. Habló de sus sueños, sus proyectos, su pasado, su presente y el futuro que espera. Y hasta de, quién creyera, los miedos que la aquejan.

¿Por qué cree que fue postulada a la ‘Mujer FUCSIA’?
Yo creo que es el reconocimiento a una carrera, que yo pienso que hace varios años se está extinguiendo, porque ya quisiera sentar cabeza y hacer otras cosas, pero entre más trato de retirarme, más me llaman la atención cosas que no había hecho antes.

¿Qué hizo este año para que fuera candidata?
Creo que es una combinación de cosas, porque no sólo te postulan por lo que hiciste en un año, sino que es un reconocimiento a toda una labor. Lo más importante fue haber vendido los derechos de mi primer libro, "Los caballeros las prefieren brutas", a Sony Pictures International Television, y en este momento están filmando una serie para el canal Sony, protagonizada por Valerie Domínguez. Fue todo un logro convencer a una compañía tan importante como Sony, que nunca había hecho nada en Colombia, para que a raíz de este proyecto se metiera a producir y que le trajera trabajo a tanto compatriota.

¿Cuál es el mensaje final de Los caballeros las prefieren brutas?
Que no existen las mujeres brutas, sino que algunas mujeres fingen mejor que otras que lo son. Es un libro jocoso, un libro que no pretende dañar a nadie, es una opinión para algunos, no tan humilde, sobre la tan llamada batalla de los sexos, es la única guerra donde uno termina durmiendo con el enemigo.

¿Por qué la llama la batalla de los sexos?, ¿por qué todos batallamos contra el sexo, si a todos nos gusta tanto?
No me refiero a esa batalla, porque entonces sería una violación. Hablo del sexo con sentimiento, hablo de esa segregación, de esa corriente malsana y maligna que algunos seguimos sin saber realmente qué representa; somos las feministas radicales por un lado, los machistas acérrimos por el otro y resulta que nadie está parando o deteniéndose en el medio. Hombres y mujeres competimos, en vez de compartir.

Estuvo casada, tiene una niña que se llama Daniela… ¿por qué en su medio es tan difícil tener un matrimonio estable?
Pienso que las expectativas lo dañan todo, no solamente en mi medio, sino en las relaciones en general. Cuando se tienen demasiadas expectativas, uno termina peleando porque la otra persona no dijo lo que tú querías que dijera, porque no sonó como a ti te sonó que lo tenía que decir, porque no lo dijo en el momento en que tú querías que lo dijera. Yo pienso que en el medio de nosotros no es que las relaciones no funcionen, es que los fracasos son mucho más estruendosos y visibles.

Cuando decidió escribir el libro, ¿fue porque en el fondo tenía una queja? ¿Cuál es?
La queja no es sólo para las mujeres que trabajamos en lo mío, yo he hecho muchas cosas, pero la queja es para la mujer independiente y hablo de la que es brillante para manejar una carrera profesional, pero bruta para manejar su aspecto sentimental. Que en lo personal emplean la misma dinámica que en lo laboral y terminan compitiendo con la pareja por estupideces, tales como “que tu carro es mejor, que tú duermes de ese lado de la cama, que si yo pago lo mismo que tú”… Nos hemos vuelto agresivas en vez de conciliadoras, entonces, eso fue lo que quise explorar y resultó ser una verdadera revelación; y por eso, he vendido en Colombia 70 mil libros y en el resto del continente 350 mil.

¿Cuándo había escrito?
Toda mi vida. Fui directora del periódico del colegio, periodista en el Diario El Caribe, luego en El Heraldo, en la revista Weekend, en la revista Nueva, Viernes Cultural, El Espectador, El Tiempo, Soho, Diners; me invente la revista Shock, los Premios Shock. Mi vida siempre ha sido escribir.

¿Escribió todo el libro?
Sí, y lo que me pareció más interesante de la experiencia como tal, fue que cuando me tocó editar y Alfonso Carvajal, mi editor, que no estaba muy convencido de hacerlo, voló a Cartagena, me conoció y me entendió; y cuando me leyó, dijo, es como una conversación contigo, editarte a ti es súper difícil, porque tú escribes como hablas y esa es parte de tu gracia; entonces me encontró un estilo, o por lo menos me lo respetó.

El otro libro, ¿cuál es?
AM/FM. ¿Felizmente mantenidas o asalariadas de mierda? Este libro no habla de la batalla de sexos, sino de la que se está dando todos los días de nuestra vida, entre nuestro gremio de mujeres, que es la paga de mujeres contra otras mujeres. Es un título provocador, pero de lo que yo hablo es de la falta de solidaridad de género, que es la gran ventaja que tienen los hombres. Cuando una mujer asciende en una compañía, las otras lo primero que piensan es “a quién se lo dio”, y nunca que es inteligente, berraca, que se lo merece, o ¡felicitaciones!

¿Y el otro libro?
Sexorcismo. No es un manual del Kama Sutra, yo no le estoy dando cátedra a nadie, porque yo nunca me he querido vender como la gran gurú del sexo o de las relaciones interpersonales. Es un libro que te libera de muchas cosas, explica algunas otras, como por ejemplo, por qué las mujeres hemos entendido el tema del sexo y por qué lo trascendemos al punto de que muchas no lo disfrutan y les da cargo de conciencia; al contrario de los hombres para quienes el sexo es sexo, y ya. También hablo de que hay una gran diferencia entre buscar amor a través del sexo y tener sexo por amor.
El hombre puede tener sexo sin estar enamorado.

¿Y la mujer?
Últimamente, sí; pero lo asumen mal. Lo que pasa es que las mujeres siempre tienen expectativas de por medio. Yo no estoy diciendo que se levanten la falda y salgan como locas a “darlo”, claro que no; lo que estoy diciendo es que hay que ser más selectiva, hay que entender que si en el fondo de nuestra cabeza, la intención es que él se enamore de mí, que nos volvamos una pareja, la forma de conseguirlo no es a través del sexo, no es demostrar que somos unas leonas en la cama, con esas no se casan, se casan con la que pueda dar testimonio juramentado de sus debilidades en la cama.

¿Viene algún libro en camino?
Sí, y se va a llamar Luna, la suerte está echada; pero a dormir, es mi primera novela.

¿Se siente más cómoda en radio, televisión, escribiendo en revistas o libros de humor?
Escribiendo ciento por ciento. Estoy contenta porque no trabajo para nadie, digo lo que pienso, los libros me han liberado. Digo lo que me da la gana sin censura, ya no soy parte del sistema, ya no trato de agradarle al jefe, no me importa el rating. Hago las cosas porque las siento genuinas, auténticas y me salen del corazón; de todo lo que hago, escribir me permite la libertad de ser yo.

¿Tiene hoy una pareja?
Terminé con mi pareja hace tres meses, era una relación a larga distancia, lamentablemente, me di cuenta de que hay muchas cosas que me siguen atando a mi país, cosas que quiero hacer todavía, y no sé si es el momento, pero yo no me pinto sola, quiero otro hijo.

Hoy, ¿cómo debe ser una mujer “normal”?
Que no joda, por joder. La mujer no ha entendido que los hombres son mucho más elementales y más simples de lo que nosotras los vemos, la mujer se complica por todo y termina dañándolo. La mujer ideal es la que no piensa por los demás. La mujer se pasa toda su vida buscando su pareja ideal y debería trabajar por convertirse en la pareja ideal.

Un consejo a las parejas, para que no muera, no el amor, sino el deseo sexual en un matrimonio…
Yo, en mi libro Sexorcismo, tengo 200 propuestas, que van desde matrimonio a término fijo, me encanta el concepto, yo sé que no existe. A los hombres los crían para que diferencien entre lo que es la esposa y la mamá de sus hijos y la novia y la amante. El hombre latinoamericano no entiende que la mujer con la que se casan, que parió sus hijos, es la misma mujer con la pueden viajar, tomar un trago, tener una noche de pasión. Lo peor es que ellas se están resignando a eso. Cuando llegan los hijos, es muy importante tener claro que ellos se van, pero que una pareja bien administrada, se queda.