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Regreso al glamour

, 9/8/2011

Definitivamente, esta temporada marca un retorno a la elegancia y sofisticación. Una tendencia que busca a una mujer muy femenina, pero sin arandelas ni exceso de dulzura.

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Personajes como Lady Gaga, quien abrió el desfile de Thierry Mugler, intentan hacer de la moda un show con sus extravagancias. Logran que la prensa hable, pero, definitivamente, ninguna de sus locuras tiene audiencia entre las mujeres de carne y hueso. Las colecciones en general estaban enfocadas en la belleza, la simplicidad y la elegancia. Un mensaje sencillo, directo y fácil de interpretar para cualquier fémina.

Esta temporada estuvo llena de incidentes, como el del diseñador Christophe Decarnin, que nunca apareció para su desfile de Balmain y el escándalo de John Galliano, con su salida de la Casa Dior. El exceso de presión que soporta un diseñador que debe crear de cuatro a seis colecciones al año, está acabando con los mejores de la industria. Vacíos difíciles de llenar. Se rumora que Hayder Ackermann, nacido en Colombia y adoptado por una pareja francesa, sería uno de los candidatos para suceder a Galliano. En este clima enrarecido los diseñadores norteamericanos son lo que han sacado la cara. Jack McCollough y Lorenzo Hernández, de Proenza Schouler, son las estrellas del momento junto con Kate y Laura Muleavy, de Rodarte. Los primeros por sus estampados inspirados en las mantas de los navajos y en sus tejidos de macramé. Rodarte, por su lado, trabajó los estampados inspirados en los campos de trigo. La frescura y la originalidad vienen ahora de este lado del Atlántico. Pero ellos no son los únicos.
 
Michel Kors va a cumplir su trigésimo aniversario, y personajes como Prabal Gurung y Joseph Altuzarra ya no pasan inadvertidos. Tomó un tiempo para que Norteamérica estuviera a la altura de Europa, pues hace unos años sólo se veían copias del trabajo del Viejo Mundo. Hoy, por cuenta de la tecnología que entrega la información en tiempo real, esto ya no es posible. No le extrañaría a nadie que alguno de ellos fuera escogido por las venerables Casas francesas Balmain y Dior para sustituir tanto a Decarnin como a Galliano.

Las formas angulosas de las temporadas pasadas desaparecen para darle paso a hombros redondeados, faldas más largas con un sabor retro, como se vio en los estampados de Louis Vuitton y en las hombreras que utilizó Miuccia Prada en su colección para Miu Miu. Lo masculino seguirá por un rato más con los zapatos Oxford, los suéteres grandes y pesados y las chaquetas tipo motociclista. Cierto tipo de estampados, como el Príncipe de Gales, el gallineto y el raya de tiza se transforman en accesorios. Los pantalones típicos del otoño tienen competencia, pues las faldas se niegan a desparecer. Éstas vienen en todo tipo de estilos, con prenses, rotondas con la parte baja transparente o en capas.

El negro es el rey como lo fue el blanco en la temporada pasada. El color no desaparece del todo, pero los neutros son los que dominan el espectro. El rojo, sin embargo, será el color de la estación que se avecina. El abrigo la prenda clave cuando llega el frío del invierno será el encargado de dar el toque de color. Se verán abrigos en aguamarina, azul rey, mostaza y naranja, entre muchos otros tonos vivaces. Vale la pena tomarse el tiempo de escoger uno que cause impacto por el corte y el color, ya que con tanto negro será difícil hacerse notar. Celine sacó algunos de los más lindos. Siluetas simples y con un espíritu joven.