entrevista

Taliana Vargas, La cara de la ‘Generación Y’

José Gabriel Ortiz, 17/11/2009

Esta samaria que adora viajar, ensayar, aprender y no quedarse quieta, es el fiel ejemplo de una generación para la que la inquietud es una forma de vida.

Taliana Vargas. - Foto:

En dos años su vida ha cambiado radicalmente. De vivir en Washington como una estudiante de idiomas más, pasó a ser Señorita Colombia, Virreina Universal de la Belleza, modelo de varias marcas, presentadora y actriz. Ahora tiene 21 y no ha hecho nada de lo mucho que espera lograr. Confiesa que ama la actuación, pero que la seducen la cocina, las causas sociales, la música, el baile, los idiomas y, más que nada, sentirse libre. Así que no se encasilla en nada.

Señorita Colombia. Virreina Universal de la Belleza, pero, ¿quién es Taliana Vargas?
Una niña de 21 años, que era común y corriente antes del reinado de belleza, soy la mayor de cinco hermanos, lo que me lleva a ser una mujer que siempre está pensando en la familia, soy soñadora, todo me parece maravilloso, todo lo disfruto.

¿Cuántos hermanos tiene de su papá biológico, como dice; y de su mamá?
Somos cuatro hermanos del matrimonio, mis padres se separaron y mi mamá se volvió a casar con un italo-griego que tiene un hijo de un matrimonio anterior al que consideramos como un hermano más. De esa unión nació Sofía hace cuatro años. Mi papá, por su parte, no se volvió a casar y tengo una relación muy buena con él, mas no con su novia, que no la quiero para nada.

¿Las hijas son muy celosas con los padres?
Sí. Yo creo que los celos son un sentimiento natural del ser humano, pero uno tiene que saber hasta dónde se deja llevar por ellos.

¿Dónde viven su mamá y su padrastro?
En Nueva Delhi con mis hermanos, porque él está trabajando para Unicef en Comunicación para el Desarrollo de India.

Pertenece a la famosa ‘Generación Y’. Para usted, ¿qué es la ‘Generación Y’?
Es una generación que nació libre, hacemos lo que queremos, lo que soñamos, no le tenemos miedo a decir lo que pensamos, lo que sentimos.

¿Y qué representa ser de la ‘Generación Y’?
Es hacer parte de la generación que rompe esquemas, que se libera de todo este mundo conservador que vivían los abuelos, que viven los papás. Mi mamá, que es mi ejemplo, es una mujer muy joven, libre, que vivió y se expresó como mujer, sin ser de esta generación, y lo que soy se lo debo a ella. Mi mamá es la mujer más bella física y espiritualmente que yo he visto sobre el planeta.

¿Qué ha estudiado?
A los 19 años, antes del reinado, había hecho dos años de College en Estados Unidos, estaba estudiando idiomas por mi amor por las culturas, para entender los pensamientos de la gente, esa capacidad que hay en Estados Unidos de tolerar las diferencias culturales.

¿Dónde vivía cuando la nombraron Señorita Magdalena y quién la nombró?
En Washington, y Martha, una tía mía que es del Comité de Belleza del Magdalena. Desde que tengo uso de razón, además me decía: “Tú vas a ser Señorita Magdalena”, lo cual me parecía fantástico, llamó a mi mamá, le dijo que necesitaban a su reina para Cartagena y, de una, acepté. Mi padrastro, a quien considero mi papá, puso el grito en el cielo, como buen italiano, no tenía idea de lo que era un reinado, para él era una locura cancelar la universidad para venirme a Colombia a un reinado de belleza. Al final, me dijo: “Pues si te vas, tú verás cómo, aquí no hay pasajes, ni un peso para un reinado, aquí solamente hay plata para la educación y para viajar”. Me decidí y, con apoyo total del Comité de Belleza del Magdalena, vine y participé en el concurso, fui muy feliz y gané.

¿Qué tuvo que hacer para llegar así de bella a Colombia?
Siempre he hecho mucho deporte, en esa época estaba en el equipo de natación, soy hiperactiva, no estaba gorda, pero para esas tallas perfectas del reinado tuve que adelgazar un poquito, pero no era juiciosa, ni disciplinada, para mí no era importante tener el bronceado perfecto, ni tener la cintura de 60. Llegué a Miss Colombia y vi estos cuerpos de mujeres matándose en el gimnasio, bronceados perfectos, dietas rigurosas, y yo dije no he pasado por esas y no lo pienso hacer; aquí estoy y contenta.

¿Dónde fue más tensionante la situación y el manejo: en Señorita Colombia o en Miss Universo?
Ni en Miss Colombia ni en Miss Universo. En Vietnam todo fue fantástico, no tuve tensión alguna.

¿Para qué es el casting que está haciendo en RCN?
Ya fui elegida para ser la protagonista de una novela, dirigida por Mario Rivero. Vamos a volver a la idiosincrasia colombiana, va a ser una novela de humor, con un elenco de 36 personas y ya muy pronto vamos a comenzar con las grabaciones. La creación del personaje ha sido importantísima para mí, porque es una mujer que tiene cosas mías, pero también otras que nunca haría. Yo tuve un poco de miedo porque la gente cree que por ser “la reinita” se merece todo, pero yo me gané esto en una competencia muy fuerte con actrices muy famosas.

En el reinado estaba ennoviada con un canadiense, ¿qué pasó con esta relación?
Se acabó por la distancia, por la diferencia de vidas, él me conoció siendo una estudiante, él era piloto, me visitaba, todo era muy tranquilo, pero comencé este agite, a vivir un poco más y me di cuenta de que dejó de ser mi alma gemela y tomamos rumbos diferentes. No somos amigos, pero es una persona que aprecio mucho, y ya, se acabó la historia.

Ahora sale con una persona mayor, casado, separado, con una hija, ¿cómo es esa relación?
Nunca pensé que iba a tener algo serio con Álvaro, lo conocía desde hace tiempo, pero yo lo veía mucho mayor y después de unos meses de conocernos y de saber de la vida de cada uno fue que comenzamos a hablar. Me encontré un hombre muy bueno, sereno, tranquilo, brillante, comprensivo; éramos transparentes y se dio una relación que al comienzo no era oculta, sino más bien de bajo perfil, porque no sabíamos para dónde íbamos; era una locura. Ya llevamos un año.

¿Cuántos años tiene la hija de Álvaro?
Tiene 8 años, es la niña más bella, es divina, tengo una muy buena relación con ella. Es divina, le dice a la gente que “la novia de mi papá es modeladora”.

Álvaro, un hombre maduro, ejecutivo, con una mujer bellísima, encantadora y pila, ¿le ha hablado de organizarse?
No. No hay la necesidad de formalizar las cosas, él me conoció siendo libre y si en algún instante se le llega a pasar por la cabeza cortarme mi libertad, al otro día ya no existe en mi vida. Él me aceptó así, me quiere así y, por eso, no hay planes de nada serio por ahora, por que yo no quiero. Y es una persona que adoro, que es muy especial en mi vida y estoy muy contenta, pero es un tema que no se toca, no se habla, no existe.

Hoy, ¿con quién vive?
Yo vivo sola en mi apartamento, Álvaro vive en el suyo. A mí me tocó aprender a ser mujer antes de tiempo, saber qué era pagar servicios, qué eran impuestos, qué es hacer un mercado; quería vivir eso.

¿Cuál es su compromiso con el cáncer de seno?
En la ‘Generación Y’ somos sensibles sobre los daños que hay en la humanidad, y el cáncer de seno es algo que nos afecta a todas las mujeres, todas tenemos que estar conscientes de que existe, de cómo prevenirlo, cómo cuidarse, entonces yo no lidero una campaña, sino que con Avon pude participar en la Pasarela Rosa; también estuve muy involucrada con la campaña que hace Leonisa, en fin, con varias empresas que se unen a esta campaña contra el cáncer de seno.

Proyectos a corto plazo…
La actuación en la novela de RCN, tendrán a Taliana por largo rato, vine a trabajar y me voy a quedar por un tiempo, a disfrutar todas las experiencias que me regala mi país.

Y terminada la actuación, ¿qué?
Quisiera estudiar afuera. Algo que me pasa, es que me gustan muchas cosas, me encanta la cocina, amo el baile, la actuación, el modelaje, los idiomas. Si me preguntan qué quiero estudiar y no sé qué contestar. En un año, cuando termine la novela, vamos a ver qué necesito reforzar, dónde necesito estudiar más, y esa será la carrera. Así que “Arrivederci Roma”, y te quiero mucho José Gabriel.