Moda
«Alta costura», la película que todo amante de la moda debería ver
Una mujer pasa de ser ladrona a ser costurera de una de las marcas de ropa más reconocidas del mundo.

La moda llegó a la pantalla gigante de la mano de Alta costura, una película francesa que no solo resalta la labor de las petites-mains, como se conocen en Francia a las costureras de talleres que crean lujosas prendas, sino que también destaca las segundas oportunidades que merecemos en la vida.
La cinta fue dirigida por la francesa Sylvie Ohayon, quien en 2014 había dirigido Papa Was a Rolling Stone. Las protagonistas de la historia son Esther y Jade, interpretadas por Nathalie Baye, reconocida actriz de Francia, y Lyna Khoudri, actriz franco-argelina que ha ganado varios reconocimientos.
Esther es jefa del taller de la maison Dior y trabaja en su última colección de alta costura antes de jubilarse. Por su parte, Jade es una joven inmigrante árabe, quien lleva una vida infeliz y cuya madre sufre de depresión.
Debido a que la joven no tiene suficientes recursos económicos para cuidar de ella y de su progenitora y que de cierta forma es juzgada por ser inmigrante, decide ser ladrona y robar a los usuarios del metro en París.
Un día, la mujer de 20 años le roba el bolso a la jefa del taller de la maison de Dior. Sin embargo, este hurto resulta diferente para Jade, pues al ver los diseños de Esther se llena de remordimiento y hace todo lo posible para entregarlo de vuelta. Ella descubre dónde trabaja su víctima, por lo que va hasta allí y le devuelve sus pertenencias.
Así como la joven sintió algo excepcional cuando robó a la señora, Esther también percibió algo insólito en el momento en el que ella le entregó su bolso, motivo por el cual le ofrece un trabajo de aprendiz como costurera del taller para el que trabaja. Y es que además está segura de que tiene un talento excepcional para esta labor.
“Con estas manos, podrías hacer cosas bonitas”, le dijo la mujer a Jade, haciendo referencia a que podría estar haciendo arte en el taller y no robando en las estaciones de metro.
Sin lugar a dudas, Ohayon quería que Alta costura creara conciencia sobre las segundas oportunidades que merecemos en la vida; no obstante, la directora y escritora francesa también escribió la historia como un pequeño reconocimiento a las petites-mains, quienes son fundamentales para la creación de prendas de moda de lujo, aunque muchos no se percaten.
“Quería filmar a las costureras en su trabajo y mostrar que detrás de toda esa opulencia hay gente normal que sabe hacer magia”, señaló Sylvie Ohayon en el comunicado de prensa de la película.