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La sociedad de los trinos suicidas

Fucsia.co, 30/9/2014

Colombia vio convertida en tendencia de redes sociales el ataque a Gerónimo Ángel, un niño concursante en La Voz Kids. No es diferente ese matoneo al que se hace en salones de clase como el de Sergio Urrego, que lo llevó al vacío.

Foto: Gerónimo Ángel - Foto:

¿Somos una sociedad que ridiculiza la pasión?, ¿que ridiculiza el esfuerzo y la dedicación?, ¿qué discrimina a quien tiene una personalidad definida y la defiende? ¿Hacemos bullying a un niño amado y apoyado por sus padres?

El matoneo a Gerónimo Ángel, un concursante del programa del Canal Caracol, La Voz Kids, hijo del futbolista Juan Pablo Ángel, llega exactamente 2 meses después de que un adolescente, Sergio Urrego, se suicidara en un centro comercial en Bogotá por el bullying del que fue víctima por su orientación sexual.  

Algunos usuarios de redes sociales se volcaron a atacar a Gerónimo con frases denigrantes que no vale la pena repetir, como si alguien que usa camiseta de colores, botas con taches, ha estudiado canto y baile tuviera también rotulada su orientación sexual. Lo que sí evidencia a gritos este niño es que es un cosmopolita criado en cuatro países, que habla perfectamente dos idiomas y tiene una formación académica que ya quisieran tener sus atacantes.

También, lo que sí deja ver Gerónimo es que tiene la personalidad suficiente para hacer lo que no hacen muchos. En un país donde ser clásico es la norma, donde los hombres que usan color rosa son mirados mal, donde pocos se atreven a llevar un accesorio que quizás les gustaría usar, un chico se atreve a seguir los estándares de la moda mundial y combinar un par de botas con taches estilo grunge, con una camiseta fucsia y un pantalón sport, es juzgado, ridiculizado y denigrado por gente que se escuda en la masa de las redes sociales, en la popularización del comentario sin sanción, en el valor que da ser uno más escondido en millones de voces. A ver si al dar la cara y enfrentar a quienes juzgan frente a frente tendrían el mismo valor para exponerse a ser juzgados como ellos mismos lo hacen sin misericordia.

Además, desde cuándo decir ‘homosexual’ o ‘gay’ es una ofensa. ¿Por qué no ofendemos entonces así a quiénes son heterosexuales? Es el afán social de creernos superiores por hacer parte del estándar, de la masa. Si la mayoría es heterosexual, el que no lo es o no lo parece, es discriminado, visto como un bicho raro. Bien lo dijo el caricaturista Vladdo en un tuit “Hoy, prácticamente todo asesino, abusador, corrupto, mafioso, hampón proviene de parejas hetero. Es decir: eso no garantiza nada”.

Somos una sociedad de doble moral que se da golpes de pecho por un joven suicida que no pudo con el peso de la opresión y el juicio pero que, a su vez, se lanza a las redes para hacer lo mismo que pudieron hacer algunos directivos y compañeros de Sergio: ver la diferencia y atacar. Un trino para muchos es inofensivo, pero para otros es el empujón al vacío. No es diferente quien critica en un trino con esa intención, que quienes se burlaron de Sergio Urrego.

¿Por qué queremos ser todos iguales, trabajar en oficinas, vestir de saco y corbata? Si Gerónimo quiere usar camisetas coloridas, bailar ballet y cantar, que lo haga, porque lo único que necesitamos es gente feliz, niños que crezcan con pasión y amen lo que hacen para ver si gracias a ellos, a chicos como Gerónimo, algún día, alguien, en alguna generación y en algún tiempo, puede vivir sin miedos, sin angustias, sin el deseo de botarse desde la baranda para acabar con el peso de ser diferentes.


@soymanzanadulce