Las mujeres: inventoras del futuro

No es nuevo cuestionarse por la participación de las mujeres en el diseño y creación de innovaciones, todos y todas somos conscientes de que existe una brecha, una brecha importante, diría yo. Desde el desarrollo de las primeras civilizaciones, las mujeres han sido excluidas de los campos de la ciencia y la tecnología y sus aportes no han sido visibilizados. Sin embargo, la historia nos demuestra que nosotras hemos estado presentes en el desarrollo de tecnologías desde hace mucho tiempo.

En 2021 las mujeres sólo representaban el 17% de las personas designadas en calidad de inventores en las solicitudes internacionales de patentes, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). ¿A qué se debe? En parte a una menor incidencia de mujeres en las áreas de ciencias, tecnologías, ingeniería y matemática (STEM, por sus siglas en inglés) pero eso no acaba ahí, ¿sabías que el proceso de obtención de patentes requiere de una inversión bastante grande en tiempo, esfuerzo y dinero?

“Un camino largo”

Es cierto que cualquier proceso de invención comienza por una idea, pero para llegar a patentarla es un camino largo. Lo primero es que no debe estar a disposición del público ni descrita en una patente anterior. En el proceso, la presentación de patentes puede incluir costos no previstos que se relacionan con la asesoría de expertos, hasta algunas veces con abogados por temas de legislación.

Como lo puedes ver, esto requiere de un acompañamiento estratégico que involucra también el bolsillo de las personas. Te preguntarás por qué lo menciono…

El Instituto de Investigación Política sobre la Mujer en el informe ‘Equidad en la innovación: mujeres inventoras y patentes’ presenta una perspectiva muy relevante y de fondo: los obstáculos financieros para solicitar una patente son probablemente mayores para las mujeres que para los hombres, ya que las mujeres suelen tener menos recursos financieros, teniendo en cuenta también que la brecha salarial en el mundo estarpia alrededor del 20 %, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), lo cual se debe a “desigualdades históricas y estructurales en las relaciones de poder entre mujeres y hombres”.

Mayor participación de mujeres

Según esta misma organización, de mantenerse el ritmo actual, se requerirán 275 años para eliminar la brecha salarial entre hombres y mujeres a nivel mundial. Sin duda es un asunto trascendental y es algo que se viene analizando en distintos espacios de discusión. Hace poco tuve la oportunidad de participar como panelista en un summit sobre mujeres y la conclusión fue clara, es indispensable aumentar la participación de las mujeres en cargos ejecutivos dentro de las empresas de distintos sectores, especialmente el de tecnología.

A pesar de que el panorama no es el mejor, contamos con distintos casos inspiradores de mujeres que se han destacado por aportar soluciones innovadoras a problemas reales, mejorando la vida de millones de personas. Una de las más influyentes en este campo fue Hedy Lamarr, actriz y científica austríaca que, en la década de 1940, inventó la tecnología que permitió la comunicación por radio en el campo de batalla.

También Grace Hopper fue pionera en la programación informática y creadora del primer compilador, un programa que traduce el lenguaje humano a lenguaje de computadora. ¡El talento local no se queda atrás! En 2014, la colombiana Gladis Miriam Aparicio Rojas fue destacada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) como la mejor inventora del año por usar el hilo de araña para aumentar la vida útil de las baterías y hacerlas menos contaminantes.

Así podemos sumar muchas historias de vida de mujeres que le han dado un giro a nuestra historia. Estoy convencida de que con su visión habrá más inventoras del futuro, quienes serán fundamentales para el desarrollo de tecnologías más inclusivas y sostenibles, garantizando que se consideren todos los problemas y perspectivas en el mundo de la innovación. Hay que seguir trabajando para eliminar las trabas estructurales que hacen que el camino para las mujeres en la ciencia y la tecnología sea mucho más complicado que para los hombres. Lo he dicho muchas veces y hoy lo repito, ¡necesitamos más mujeres en STEM!