¿Sufres de bulimia o anorexia...sexual?
Luisa Torres Tobar, 26/1/2015
Se trata de un excesivo y compulsivo deseo por intimiar o, por el contrario, se evita a toda costa tener conductas que puedan incitar un encuentro. La sexóloga Luisa Torres nos explica de qué se trata.
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Por: Luisa Torres Tobar, sexóloga
La anorexia y bulimia sexual son términos obtenidos de la psiquiatría que los sexólogos están utilizando últimamente para referirse a trastornos sexuales. A continuación explicaré de qué se tratan estos dos trastornos que afectan diariamente a individuos y parejas. Si crees que puedes padecer algún trastorno, consulta a tu médico.
La bulimia sexual está relacionada con mantener conductas compulsivas en la dimensión sexual. Son personas que llevan a cabo encuentros sexuales esporádicos compulsivamente, acompañados de altos niveles de ansiedad. Por lo general, son personas que no se caracterizan por tener compromisos sentimentales, pues es común que este tipo de trastorno se relacione con el miedo a la intimidad.
Si la persona que padece el trastorno no tiene pareja, puede tener una práctica masturbatoria compulsiva. El fin de esta conducta no está enfocado a la búsqueda del placer sino que es una forma de aliviar la ansiedad que les genera, aunque después se sienten culpables y con mayor angustia por perder el control, lo que termina en un circulo sin fin. El tratamiento para esta disfunción en terapia sexual debe ir acompañado de terapia psicológica ya que tiene un carácter fuerte de conductas compulsivas y se desarrolla más como un trastorno obsesivo compulsivo.
Por otro lado, la anorexia sexual está relacionada con la falta de deseo sexual. Las personas que lo padecen suelen rechazar las relaciones sexuales y la masturbación. Si tienen algún encuentro sexual son incapaces de disfrutar y estos encuentros vienen acompañados de malestar emocional ya sea culpa, enfado, rabia, entre otras emociones.
Aunque existen factores fisiológicos que influyen en el bajo deseo sexual, como la falta de estrógenos en la mujer o la testosterona en los hombres, la mayoría de los casos de anorexia sexual tiene que ver con la historia sexual del paciente, es decir, que este trastorno es de carácter psicológico. La falta de deseo se puede producir de varias maneras: una mala educación sexual donde se desvaloriza o mitifica la sexualidad, o una educación sexual sumamente religiosa y represiva, lo que produce a largo plazo en las personas miedo, culpa o vergüenza ante el desempeño sexual. También puede producirse después de eventos traumáticos o abusos sexuales.
Las personas que padecen falta de deseo, pueden tener conductas evitativas ante cualquier señal sexual que pueda producir algún encuentro sexual, entonces descuidan su apariencia física, se dedican de manera obsesiva al cuidado de lo hijos, casa, trabajo, etc. Evitan contacto corporal como besos, abrazos, caricias con la pareja, pues se vuelven personas poco afectuosas por miedo a “provocar” o “insinuar”.
El tratamiento para este trastorno en terapia sexual se basa en hacer consciente su propia sexualidad y desmitificar la educación sexual recibida para que puedan experimentar esta energía y expresarla sin miedo, culpas o vergüenza.
La anorexia y bulimia sexual son términos obtenidos de la psiquiatría que los sexólogos están utilizando últimamente para referirse a trastornos sexuales. A continuación explicaré de qué se tratan estos dos trastornos que afectan diariamente a individuos y parejas. Si crees que puedes padecer algún trastorno, consulta a tu médico.
La bulimia sexual está relacionada con mantener conductas compulsivas en la dimensión sexual. Son personas que llevan a cabo encuentros sexuales esporádicos compulsivamente, acompañados de altos niveles de ansiedad. Por lo general, son personas que no se caracterizan por tener compromisos sentimentales, pues es común que este tipo de trastorno se relacione con el miedo a la intimidad.
Si la persona que padece el trastorno no tiene pareja, puede tener una práctica masturbatoria compulsiva. El fin de esta conducta no está enfocado a la búsqueda del placer sino que es una forma de aliviar la ansiedad que les genera, aunque después se sienten culpables y con mayor angustia por perder el control, lo que termina en un circulo sin fin. El tratamiento para esta disfunción en terapia sexual debe ir acompañado de terapia psicológica ya que tiene un carácter fuerte de conductas compulsivas y se desarrolla más como un trastorno obsesivo compulsivo.
Por otro lado, la anorexia sexual está relacionada con la falta de deseo sexual. Las personas que lo padecen suelen rechazar las relaciones sexuales y la masturbación. Si tienen algún encuentro sexual son incapaces de disfrutar y estos encuentros vienen acompañados de malestar emocional ya sea culpa, enfado, rabia, entre otras emociones.
Aunque existen factores fisiológicos que influyen en el bajo deseo sexual, como la falta de estrógenos en la mujer o la testosterona en los hombres, la mayoría de los casos de anorexia sexual tiene que ver con la historia sexual del paciente, es decir, que este trastorno es de carácter psicológico. La falta de deseo se puede producir de varias maneras: una mala educación sexual donde se desvaloriza o mitifica la sexualidad, o una educación sexual sumamente religiosa y represiva, lo que produce a largo plazo en las personas miedo, culpa o vergüenza ante el desempeño sexual. También puede producirse después de eventos traumáticos o abusos sexuales.
Las personas que padecen falta de deseo, pueden tener conductas evitativas ante cualquier señal sexual que pueda producir algún encuentro sexual, entonces descuidan su apariencia física, se dedican de manera obsesiva al cuidado de lo hijos, casa, trabajo, etc. Evitan contacto corporal como besos, abrazos, caricias con la pareja, pues se vuelven personas poco afectuosas por miedo a “provocar” o “insinuar”.
El tratamiento para este trastorno en terapia sexual se basa en hacer consciente su propia sexualidad y desmitificar la educación sexual recibida para que puedan experimentar esta energía y expresarla sin miedo, culpas o vergüenza.
