1. No se necesitan los genitales para sentirlo: personas que tienen daños en ciertas partes de su organismo que no les permite tener un adecuado funcionamiento de sus genitales, han podido llegar al orgasmo si se les acarician zonas como una ceja. “En la ciencia se han encontrado, por ejemplo, orgasmos de rodilla. Lo más curioso que me encontré fue un reporte en el que una mujer aseguraba tener un orgasmo cada vez que se cepillaba los dientes. Esto sucede porque desarrollan zonas muy sensibles donde no tienen su lesión.
2.  Se han encontrado señales de masturbación en el útero: a través de un ultrasonido en el que se ve al feto tomándose el pene y haciendo movimientos similares a una masturbación.
3. Se puede tener un orgasmo cuando la persona está…muerta: la sede principal del orgasmo es a lo largo de la médula espinal, en la ruta de los nervios sacros. Si se estimula el punto preciso a través de un electrodo. Se logra en personas con muerte cerebral. 
4. El orgasmo puede curar el hipo: un hombre con un ataque de hipo incurable encontró en el orgasmo la única solución a su problema, que luego fue registrado en un artículo médico.
5. En el pasado los médicos prescribían orgasmos para favorecer la fertilidad: se le conocía como teoría prosucción, en la que se creía que un buen orgasmo podía succionar con fuerza el semen y enviarlo al fondo del útero para la fertilización. Este concepto fue desmentido en los años 50.