Relaciones

Se fue sin dar explicaciones, ¿qué hacer?

, 18/10/2011

Tu relación marchaba perfectamente, ya sentías amor por él y aunque había algunos altibajos, todo fluía amablemente y de repente un día él decidió que no quería estar más a tu lado; cualquier explicación o un simple “creo que no debemos estar más tiempo juntos”, fueron sus palabras y se marchó sin que pudieras entender qué fue lo que pasó.

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Terminar una relación sentimental siempre resulta ser un paso difícil de dar, porque cuando hay o hubo cariño lo último que uno quiere es herir a la persona diciéndole que ya no quiere estar más con ella, por los motivos que sean. Encarar la situación de la ruptura suele ser muy complicado, por eso muchos prefieren simplemente marcharse para ahorrarse las horas de conversación que implica concluir una relación de pareja.

Esta salida, aunque muy conveniente para el que se quiere ir, suele herir profundamente al otro pues deja la sensación de que no existe respeto por las opiniones y sentimientos y que además fuera imposible entablar una conversación civilizada.

De acuerdo con la teoría del apego desarrollada por Cindy Hazan y Phillip Shaver en la década de los ochentas, el proceso amoroso puede ser entendido desde los patrones de apego que se forman en la infancia y se mantienen a lo largo del ciclo vital. El apego es un patrón relacional relativamente estable que acaba conformándose en uno de tres tipos fundamentales: seguro, ansioso y evasivo.

El apego evasivo es aquel que se asocia con relaciones desconfiadas y distantes. Se caracteriza por una mínima autonomía emocional, miedo a la intimidad, dificultad para establecer relaciones o para hacerlas duraderas, baja capacidad de mantener intimidad, dificultad para expresar afecto, ideas pesimistas sobre el amor, entre otras. La evasión es el tipo de comportamiento que tu ex pareja está asumiendo, ello tiene raíces en la infancia y es muy difícil manejarlo si él no sabe que tiene ese problema o si no le interesa tratarlo.

Ahora bien, por mucho que haya dolido su partida, por más que te sientas desorientada y confundida, debes comprender lo siguiente:

No eres tú la que tiene problemas de intimidad
Es indispensable que comprendas que es él quien tiene una dificultad para, si le dio miedo involucrarse demasiado, si siente culpa por algo que hizo o dejó de hacer, si no quiere ser sincero contigo, es cuestión únicamente de él porque está claro que no quiere tu ayuda para superar esos inconvenientes. Si has mostrado ser una persona abierta al diálogo, comprensiva y tolerante con las características de los demás, no es tu culpa que él no es capaz de comunicar sus sentimientos con sinceridad y claridad.

La tortura no es una salida
Quedarte horas pensando qué hiciste bien o mal, en qué fallaste solo te causará un dolor innecesario. El fracaso de una relación nunca se debe a una sola persona y no tiene caso que revivas uno a uno los momentos junto a él tratando de encontrar respuestas, es muy posible que no sea culpa tuya sino que la ruptura se deba a temas más personales de él que decidió no comunicarte.

 Aunque estés muy triste, es importante que aprendas a relativizar, cada cosa tiene su ciclo aunque tú no vayas a la misma velocidad y por eso no entiendas por qué terminó. Por otra parte, también debes ponerte a pensar qué tan valerosa para ti es una persona que te abandona de esa manera y renuncia a la cualidad del diálogo propia de la adultez.

Es el momento para evaluar
Siempre es bueno mantener presente en la vida que cada proceso que se vive y se concluye es una oportunidad para evaluar y reflexionar sobre uno mismo, las metas cumplidas y las proyecciones a futuro. La culminación de una relación amorosa, de la manera que haya sido, es también un buen momento para evaluar qué te dejó esa relación para tu vida, qué aprendiste, qué conductas quieres replicar en otras relaciones y qué otras no, qué quieres exigir para el próximo que quiera tener una relación contigo, etc.

Recuerda que en todas las relaciones amorosas el pasado es un condicionante cardinal, de la manera como asumas tus relaciones pasadas dependerá en gran parte el éxito de tus relaciones futuras. Si te llenas de odio una vez han terminado contigo, no tendrás para ofrecer más que rencor para tu próxima pareja.