¿Soltera por decisión o en pareja por presión?

, 20/4/2015

La cultura del noviazgo ha creado una realidad distorsionada sobre los beneficios sociales y personales de estar en pareja. ¿Vives una soltería plenamente feliz o estás metida en una relación sin querer estarlo?

Muchos estudios han ahondado hasta el cansancio en los temas de pareja, cómo ser feliz, cómo encontrar al hombre o mujer ideal, cómo mantener la pasión e, incluso, sobre los mil beneficios de tener pareja. (Lea también ¿soltera o sola?)
Pero esta saturación de situaciones, en ocasiones cliché, se han convertido para muchos en una más de las divisiones e inequidad entre géneros. No es difícil pensar que la soltería femenina siempre arrastra con prejuicios como "algo malo debe tener para estar sola", "es demasiado exigente", "trabaja demasiado", "no es muy agraciada", etc. (Lea también Las neosolteras, el placer de no estar en pareja).


Foto: Ingimage


Este fenómeno se presenta menos en los hombres, pero encarna un problema más complejo: una presión social que parece celebrarle estar con cierto tipo de mujeres -y mejor si son varias a la vez-, y que por ende rechaza, o mejor, desconfía del hombre que no se adapta a ese estándar.
Emma Renold, sociólogo de la Universidad de Cardiff y autora de Girls, Boys and Junior sexualities ('Niñas, niños y sexualidades jóvenes'), propone en su estudio algunas de las causas que nos lleva desde pequeños a adquirir estos modelos de relacionamiento. 


Foto: Ingimage

Otros estudios apuntan a esquemas como: 
1. La cultura del noviazgo: replicar patrones de comportamiento aprendidos de casa, la televisión o el internet crea en los niños –y luego desarrolla en los adultos- una ilusión de que estar acompañado con una pareja es una señal de popularidad y éxito. 
2. Inequidad en los roles: nuevamente la influencia de los nuevos medios de consumo o de expresiones culturales como la literatura y la música pueden provocar una realidad distorsionada. Cuando una mujer desde niña es determinada por usar color rosa, ser siempre fiel, esperar a que la corte; o en el caso del hombre a ser proveedor, infiel y mujeriego, los patrones tienden a replicarse en la juventud y madurez.
3. Beneficios inventados: es claro que el hecho de estar en pareja proporciona ciertas ventajas. La que más alegan quienes están con un/a susodicho/a reclaman la estabilidad como un efecto positivo de andar de a dos. Algunos de esos beneficios son también disfrutables en la soltería cuando se da por decisión y no por frustración. (Pank: las tías chéveres, solteras y sin hijos)
4. El primer paso: aunque en estos tiempos modernos las mujeres cada vez más y con la seguridad que corresponde dan el primer paso en una relación, aún existen barreras sociales y culturales que rechazan las iniciativas femeninas. Un número significativo de hombres prefrieron seguir adoptando ese rol. “Mientras que pensar que una mujer intente ir más allá  es visto como algo negativo, para los hombres este hipotético acercamiento es valorado de forma positiva”.
5.  Decisión o presión: Finalmente, está la decisión de estar sola o la presión de estar en pareja. Preguntarse las necesidades reales de cada uno y evaluar los sentimientos que se tiene con la pareja puede ser un buen inicio para resolver este dilema.