Sexo

La evolución del deseo

, 20/3/2012

¿Por qué algunas mujeres encuentran supremamente sencillo conseguir pareja, mientras hay otras que por más que lo intentan siempre atraen al tipo equivocado? La apariencia física no parece dar respuesta a esta situación que vemos en todos los círculos sociales. ¿Tiene la evolución darwiniana algo que ver a este respecto?

La conducta de emparejamiento de los seres humanos parece caprichosa e impredecible, “nadie elige de quién se enamora”, dicen por ahí. Por la misma razón siempre  han causado curiosidad comportamientos como: la elección por parte de hombres y mujeres de una pareja que los maltrata física o psicológicamente, y la búsqueda de conflictos al interior de la pareja que generan espirales de culpa.

Por otra parte, se encuentran también las reacciones negativas ante el planteamiento de un estilo de vida que incluya una misma pareja para toda la vida. A pesar de las promesas de amor eterno, alrededor de la mitad de matrimonios termina en divorcio, y muchas parejas confrontan sentimientos como el dolor, el rechazo, la desconfianza, entre muchos otros.

Muchos se sienten frustrados de no poder cumplir la promesa de amor eterno que se hizo en otro momento de la relación, pero la verdad es que, cuando se trata de una relación de pareja, el conflicto es la regla, no la excepción.

La perspectiva de Darwin

Charles Darwin observó el comportamiento de cientos de especies para comprender la manera como interactuaban entre sí. En algún punto de su investigación llamó su atención el hecho de que algunas especies habían desarrollado características que parecían estorbar su vida cotidiana, como plumajes complicados, cornamenta grande, y otros rasgos que parecían entorpecer la convivencia.

Con el tiempo notó que esas transformaciones correspondían con estrategias para lograr el éxito reproductor individual, lo cual suponía una ventaja en la competencia por obtener una pareja deseable y en la continuación de la línea genética de esa especie. La teoría darwiniana da luces acerca de los comportamientos que asumen los seres humanos en dos sentidos: la preferencia por una pareja y la lucha por ella.

La teoría de la evolución del deseo

El acercamiento del evolucionismo ofrece una gran cantidad de entendimiento para la psicología, de hecho, muchos piensan que es una herramienta indispensable para comprender la psicología porque los mecanismos de procesamiento de información humanos son la principal característica de adaptación.

David Buss es un profesor catedrático, experto en psicología social de la Universidad de Texas en Austin. Es particularmente conocido por sus estudios en el comportamiento de los seres humanos en el ámbito sexual y en el análisis de la psicología evolucionista. En su libro “La evolución del deseo”, Buss da cuenta de las preferencias  y otras conductas generales sexuales del hombre y de la mujer, desde el punto de vista evolutivo darwiniano.

Según Buss, las estrategias para elegir pareja son una solución adaptativa a los problemas de emparejamiento, algunas son más frecuentes porque han supuesto soluciones exitosas a lo largo de la evolución humana; por esta razón, luego de tener una cierta experiencia en las artes de la conquista, es posible comenzar a detectar ciertos patrones repetitivos utilizados por las personas. Las estrategias sexuales son fundamentales para sobrevivir a la lucha por emparejarse, sean conscientes o no.

El deseo sexual es un instinto básico, muy poderoso ya que está relacionado con la necesidad primordial de la reproducción. En los seres humanos no existen señales explícitas para determinar cuándo es un momento apropiado para procrear, como ocurre en el resto de especies, por lo tanto el deseo es continuo y hace más compleja la acción de emparejamiento.

Haciendo un ejercicio de introspección más profundo es posible también detectar la repetición de conductas propias en relaciones diferentes, sabiendo de antemano que han de funcionar también con el nuevo individuo.

Aunque esta teoría no arroja luces acerca de las diferencias en el deseo sexual entre hombres y mujeres, deja muy en claro que, igual que pasaba miles de años atrás, las preferencias para elegir un potencial compañero redundan en una mayor selectividad por parte de las mujeres, posiblemente porque siempre existe la posibilidad de quedar embarazada.

Por su parte los hombres realizan una menor selectividad y prefieren la variabilidad; a la hora de encontrar una pareja siguen buscando mejores características genéticas, como la belleza y la capacidad mental, para transmitir sus genes con mayor eficacia. Adicionalmente, ambos sexos están dispuestos a correr grandes riesgos y a hacer mayores sacrificios por la pareja, cuando han decidido que sea ésta la que va a durar más tiempo y es con la que han de reproducirse.