Entrevista

“El arte debe volver a darle valor al cuerpo femenino”

Fucsia.co, 1/12/2013

María José Arjona es considerada la artísta performática más importante de Colombia. Esta bogotana que vive en Nueva York, ha llevado su trabajo a Italia, Alemania, Austria, entre otros países. Fucsia.co habló con ella.

María José Arjona - Foto:

María José Arjona tuvo que salir corriendo de su más reciente performance ‘Pero si yo soy el tigre’. En una bodega en el centro de Bogotá, cerca de la Asab, donde se graduó como artista plástica, estaría durante casi un mes. Pero el robo de unos maletines y la presencia casi cotidiana de un par de observadores la llevó a cancelar. Antes de regresar a Nueva York, donde reside, habló con Fucsia.co, sobre su mirada acerca del papel de la mujer en el arte nacional.

1.    Después de siglos en los que el artista era exclusivamente masculino, como casi todo en la vida pública, la incursión de la mujer, ¿qué le ha aportado en particular al arte?


Desde el performance, la mujer le entrega al espectador una mirada diferente por el mismo cuerpo desde el que habla, que defiende y denuncia. Vuelve el arte más democrático y plantea otras politicas mucho más sensibles.  

Hoy día, entre los artistas más importantes está Doris Salcedo, quien marca la pauta en un país donde la mayoría de artistas importantes de su generación eran hombres
. Salcedo le ha dado al arte politico o social una visión más plural y sensible. Que diferentes mujeres hayan podido entrar a dialogar desde el campo del arte en Colombia, ha permitido vernos no solamente desde el conflicto, sino más bien desde la memoria, desde la trasnformación del conflicto en estéticas y estrategias que van más allá de la represetación del la realidad, para dejarnos reinventarla.  La forma como Doris Salcedo genera su propuesta como artista está cruzada de una fuerza bastante femenina. La grieta ( Shibboleth) en el Tate Modern de Londres, fue una obra invasiva,  e incisiva, al mismo tiempo generando una relacion difícil entre el espacio y el espectador. La obra proponía una fragmentación que parte de la diferencia entre dos seres huamnos que se encuentran sin tener nada en común (el Tercer Mundo/ Europa ). Salcedo hace alusión a la segregación, a la emigración, y a esa diferencia abismal entre unos pueblos y otros.

 Al finalizar la exhibición, para tapar la grieta, vaciaron cemento en su interior, y así quedó una cicatriz que durará para siempre en el espacio (cicatriz que tambien perdura entre diferentes pueblos del mundo).

2. ¿Qué significa para usted ser llamada la performer más importante de Colombia?
 
Es peculiar. He trabajado mucho y de lo que se dice, mucho es cierto, porque hay una gran cantidad de trabajo detrás. Me siento honrada y halagada, pero soy humilde. Hay mujeres que hacen grandes cosas en el país, también en el campo del performance. He trabajado, por ejemplo, con  María Teresa Hincapié. Ella es la más destacada performer del país y por fortuna fue maestra mía. María Teresa ganó varios Salones Nacionales de Artistas, en un medio dominado por hombres.

3.    Hábleme de otra mujer muy importante en su carrera, Marina Abramovic.

He tenido la fortuna de encontrar a estas personas que coincidencialmente son mujeres, ambas muy importantes en el arte mundial. Años después de Maria Teresa, vino Marina y su obra influenció la mía desde el principio. Lo primero que vi de Abramovic fue Ritmo Cero, en unas fotocopias en donde la imagen era  muy oscura. Cuando finalmente puede ver la foto del performance, dije: “Yo quiero hacer esto”. Quería usar el cuerpo, pero no para generar narrativas tan concretas y lineales como las del teatro, tampoco como en la danza; quería decir muchas cosas sin hablar, pero sí expresándome con el cuerpo.

El encuentro con Marina, desde el inicio de mi carrera, en donde estudié su trabajo detenidamente, pasando por el MoMA, hasta tenerla como espectador en uno de mis performances, cierra para mí un círculo, un ciclo de vida.

Aunque tengo una obra totalmente diferente a la de Marina y a la de Maria Teresa, encontrarse con este tipo de maestras es maravilloso y pocas personas lo pueden contar. Me siento profundamente afortunada y agradecida.  

4.  ¿Cómo ha jugado en su carrera en el exterior se mujer y se colombiana?

Siento que siempre he llevado el nombre de Colombia, siempre digo que soy colombiana. Es cierto que mi carrera se ha hecho en gran parte en el exterior, pero tristemente hay que hacerlo para que aquí reconozcamos, después de muchos años, el valor del trabajo. Pero en mi trabajo ambas cosas, el ser mujer o ser colombiana, no han sido elementos que compliquen o alivien el recorrido. Son adjetivos secundarios, pues en mi obra la identidad no se establece a partir de estas dos palabras.

Un elemento positivo del perfromance es que me da la posibilidad de viajar, y eso hace más fácil el contacto con curadores, críticos, escritores de muchos lugares del mundo.. Creo que en todos los casos, y sobre todo en artistas reconocidos, el valor recae justamente en la calidad de lo que hacen; y luego viene todo un reconocimiento al lugar de origen y otros aspectos.




Hoy, a diferencia de cuando sali del país, ser colombiano y ser mujer son puntos  positivos y no negativos. Nuevamente, desde que Doris Salcedo se volvió la figura que se volvió en el ambito del arte internacional, cuando uno dice soy colombiano y artista, hay otro reconocimiento diferente aparte de Botero; hay una mirada que gracias a Doris, nos llevó mas allá del narcotráfico y de la pintura.

También me interesa, gracias a este nuevo estatus que ha adquirido durante los últimos años el arte colombiano, divulgar nombres nuevos y trato de hacer contactos entre artistas y curadores internacionales que conozco. He hecho este tipo de conexiones entre artistas colombianos y curadores italianos. Hay que apoyar nuevos nombres y facilitar esa misma posibilidad de exponer en el exterior.  Es vital en el desarrollo de la carrera de todos los artistas.  Eso es lo que puedo aportar, aprovechando este gran momento que vive Colombia.  Siento que también hace parte de la reciprocidad que le debo a la vida.

5.  ¿Puede ser una exageración si digo que, como mujer, el cuerpo y la mente son más fuertes para lograr el éxito en sus performances?

Somos más pacientes. Biológica y físicamente, la configuración es diferente, sobre todo cuando hablamos de larga duración. Aunque hay hombres que hacen obras muy largas, las mujeres son muy sensibles en relación con el tiempo. La edad y los cambios son más definitivos… cada mes, luego el embarazo. Hay un contacto con el tiempo más claro, y todo eso tiene que ver con el dolor, un dolor que sirve para afirmar, a través de esa misma resistencia, la vida. El cuerpo femenino es claramente vital y agenciador de vida, y lo que me preocupa como artista es hablar de la fuerza que traspasa el dolor, el horror. Todo lo que limite el poder que encarna el cuerpo es motivo de resistecia para mí. El dolor es solo una de esas facetas.

Vires, uno de mis ciclos performaticos, expuesto en NC arte en el 2010, hablaba sobre la liberación. El cuerpo estaba sujeto a una serie de cinturones de cuero que se cerraban con unos candados. Al abrir cada uno de estos candados, se encontraban una puntas de acero  que hacian unas marcas en el cuerpo. Yo quería que la gente viera la rapidez con la que el cuerpo sana cualquier herida. Cuando se abrían los candados, veías un hueco en la piel, pero al segundo, solo se veía un punto rojo.  Más allá del dolor, era la afirmación de la vida.

Para hablar de resistencia hay que hablar de disciplina, del rigor.  Cualquier cosa que no sea rápida hoy día, da ‘jartera’. Las obras de larga duración establecen una resistencia clara con todo este afán, y eso sí es muy femenino. No es que la gente no tenga tiempo, es que no tiene paciencia porque estan conectados al iPad, computador, Facebook, Twitter, etc.... entonces cuando ves algo que te hace parar, es incómodo al principio, pero si te dejas llevar a la parte meditativa es muy interesante y bastante transformador. Cuando superas ese momento de pereza o cansacio, te vuelves sensible al tiempo y como resultado a la vida, y eso es muy femenino.



6. ¿Ha tenido instantes de agobio en los que quiere abandonar la obra?

En la obra  que se presentó en Medellin durante el Salon Nacional de Artitas, titulada Tiempo/Medio, después de 20 horas de trabajo seguidas, mi cuerpo llegó a un límite. Trabajar 24 horas seguidas es diferente a trabajar 3 meses seguidos, 8 horas diarias sin parar. Al final del día vas a casa, comes, duermes y vuelves.

Pero esta vez estaba esperando cuál iba a ser mi umbral, si me iba a cansar, si se me iban a dormir las piernas. A las 3.30 a.m. no había nadie y llevaba 20 horas y dije: “Esta obra no va para ningún lado”, pero luego caí en cuenta: “Es mi cabeza, estoy cansada y el cerebro empieza a darte razones para terminar”. Esta idea cruzó mi cabeza por varios minutos. Pensé también: “Si no hay público, podía parar y retomar cuando llegue alguien”. La parte racional cuando el cansacio se presenta, es el umbral mas complejo de cruzar.  Sabía que era mi cabeza haciéndome un truco y logré callar ese diálogo interno para continuar. Para mí es importante que la obra siga con o sin público.

El público es muy sensible, nunca subestimo a mi audiencia. El espacio neutraliza el estatus, siento que alguien entra, porque siento la energía del cuerpo; puede ser mi mamá, el presidente o el señor de los tintos. La gente se da cuenta de esa construcción energética. Al final, si estoy cansada es bello, hace parte de esa resistencia. No se trata de presentar una obra estéticamente placentera, se trata de presentar una obra que solo puede experimentarse a través del paso del tiempo.

7. ¿Qué hace falta para que la mujer siga ganando espacio en el arte?

Tenemos que volver el cuerpo de la mujer un espacio muy diferente al que comercialmente se está explotando. Muchas cosas que están pasando en el arte tienden a volverse y verse muy  semejantes a todo eso que apoyan la publicidad y los medios. El trabajo de las mujeres en el arte es entregarle nuevamente al cuerpo el valor, que como agente de vida y sabiduría se merece en todos los campos. El arte es solo una herramienta para decir algo. En vez de usar la misma estrategia que estamos criticando, démosle un valor, reinventémoslo y reestructurémoslo. Un sitio donde el cuerpo y la mujer se valoren por razones totalmente diferentes de la belleza física.

8.    ¿Es decir que el arte puede llevar a un equilibrio esa hipersexualización comercial del cuerpo femenino?

En este aspecto la obra de Doris Salcedo es muy importante en el arte mundial, porque habla de una mujer inteligente, delicada, que tiene voz, que investiga, que promueve otras lecturas sobre el país.  Es una mujer que habla de las desgracias y el horror de la historia nacional, pero que lejos de utilizar su imagen personal, le nteresa que la obra lo haga en su nombre. Y en mi caso personal, aunque me interesa todo lo estético, todo el glamour, o esa belleza, se ven doblegados después del paso del tiempo. Todo lo que aprentemente puede ser bello desvanece y se va viendo otro cuerpo, un cuerpo que pasa por un proceso de resistencia, se van desdibujando el peso, la forma y queda el espíritu, la entrega, la disciplina, el conocimiento sobre lo que quiero.
 
Galería de imágenes del trabajo de María José Arjona

Este artículo hace parte del especial El lado femenino del 2013