Es un problema muy frecuente, pero te damos las claves para aprender a controlarlo.
Seguro has notado que durante el día sientes que tu cuerpo te pide alimento y buscas la necesidad de comprar galletas, paquetes de papas o bebidas dulces y gaseosas “por el antojo”.
Sin embargo, con el paso de los días te das cuenta que las ganas aumentan e incluso has visto los efectos en tu peso y en tu aspecto físico, y aún así no puedes detenerte.
El trabajo, la presión, los problemas familiares y en general el estrés puedes ser los culpables y es normal, pero te mostramos algunas herramientas para que puedas manejar la situación de una mejor manera.
Los expertos aseguran que todo se encuentra en tu cerebro. Cuando siente estrés, busca la forma de distraerse, de aliviarse, y lo más fácil a veces es hacer que sientas hambre o solo el deseo de masticar algún alimento. Sin embargo, los antojos más frecuentes están llenos de grasas saturadas, sodio y azúcar.
Es por esto que algunos médicos recomiendan los llamados ‘alimentos que engañan’ con los cuales puedes saciar tu ansiedad sin que esto genere problemas en tu salud.