Un homenaje a la memoria y al sabor de la Costa Caribe, Casa Magdalena transforma la tradición en alta cocina y convierte cada cena en un viaje sensorial donde la cultura samaria se celebra en la mesa, en la música y en cada detalle.
En el pleno corazón de Santa Marta, Casa Magdalena se convierte en mucho más que un restaurante: es un viaje emocional y gastronómico hacia la mesa de la abuela, reinterpretado con el lenguaje de la alta cocina.
Sus dueños han logrado algo único: transformar los sabores cotidianos de la infancia y de la cultura samaria en una propuesta elegante, creativa y que evoca con cada bocado memorias de la infancia costeña.
La nueva carta es un homenaje a la tradición, cada plato es un relato en sí mismo, una memoria que se transforma en experiencia contemporánea. Sin duda, esa casa de esquina imponente, color terracota, en el Centro Histórico, es una parada obligada para quienes quieran descubrir a Santa Marta desde su esencia más íntima y deliciosa.
En una cena de 16 tiempos, tuvimos la oportunidad de vivir este viaje gastronómico. Este recorrido comenzó desde una delicada, pero tradicional arepa de queso, con tartar de lomo, hasta un gratín de camarones en salsa de queso azul, confitura de tomate, parmesano y mozarela, cada bocado equilibraba nostalgia y sofisticación. Por supuesto, las influencias árabes que permearon la Costa Caribe colombiana también hacen parte de esta nueva carta con platos como el kebab de la casa, suero de hierbabuena y pepino con aceite picante y pan pita.
El arroz cremoso de mariscos con chorizo de pescado artesanal fue pura celebración del mar Caribe en un solo plato, pero para los amantes a las carnes está el Ribeye cocinado al sartén estilo francés, terminado con mantequilla de `caribella´, mientras que el cierre, con un cremoso de Kola con galleta de leche Klim, logró evocar la niñez costeña con un guiño inesperadamente elegante.
La experiencia en Casa Magdalena no solo se vive en el paladar, también en el ambiente. Mientras los comensales disfrutan del servicio, una orquesta en vivo llena el espacio de energía con ritmos caribeños como la salsa y el merengue. La música envuelve la velada y convierte cada cena en una celebración.
Casa Magdalena no es solo un restaurante, es un destino. Un lugar donde la cultura samaria cobra vida en cada receta, en cada experiencia pensada para quienes saben que el lujo está en los detalles y que el placer está en los sabores que nos recuerdan nuestra historia.