La mujer ya ofreció sus declaraciones y dice estar libre de toda culpa. Esto es lo que pasó.
Un escándalo de corrupción está sacudiendo nuevamente a Venezuela. Se trata, según la Fiscalía del país vecino, de un entramado orquestado por sociedades mercantiles para “legitimar capitales por medio de la adquisición de criptoactivos, bienes, inversiones en el sector inmobiliario, entre otros.
Para este nuevo caso de corrupción, las autoridades venezolanas señalan que se utilizaron a un grupo de mujeres captadoras para legitimar los capitales. Las sospechas comenzaron a levantarse luego de que varias mujeres que no tenían dinero, de buenas a primeras aparecieron dándose un estilo de vida bastante costoso. “Ni siquiera los príncipes del Golfo se dan esta vida”, aseguran.
A las mujeres capturadas y que vincularon a miembros de la petrolera PDVSA se les llamó las muñecas de la mafia. Entre los nombres que figuran están los de Ximena Cagide, Olvany Gaspari, Railin Yepez y Yuravic Ravelo.
El talento para crear piezas de alta costura para importantes personalidades, al parecer, no fueron suficientes para una diseñadora Cartagenera que presuntamente estaría también vinculada con las muñecas de la mafia. Así lo reveló el periódico El Universal de la capital de Bolívar.
Se trata de la diseñadora Blanca Arroyo quien recopila en sus redes sociales a por lo menos 100 mil seguidores. Ella es seguida por varias personalidades de la farándula nacioanl. Un portal venezolano es el que vincula a la diseñadora con Johana Torres, una de las capturadas por el escándalo de corrupción de la petrolera.
Hay algo que se tiene claro y es que desde hace muchos años se ha estado dando un saqueo en contra de la estatal venezolana. William Tarek Saab, fiscal del país vecino, ratificó que una de las principales capturadas es Johanna Torres.
Esta mujer compartía constantemente en sus redes soicales los lujos y las excentricidades con las que disfrutaba la vida. La justicia de dicho país la señala de conformar una estructura delictiva conformada por varios testaferros, damas de compañía, lobistas, entre otros.
Una de las cosas que llamó la atención y por las que las autoridades pusieron sus ojos en ella es porque esta no estaba trabajando como para darse los lujos que demostraba en las redes sociales. En su cuenta de Instagram, por ejemplo, compartia las fotos de los excentricos viajes que hacía al extranjero. Además tenía una vida llena de lujos, compraba ropa de marcas costosas y se la pasaba en yates.
De acuerdo con lo que pudieron indagar los medios de comunicación, esta mujer tenía varias propiedades en diferentes países. Tenía mansiones en Venezuela y Estados Unidos, por si fuera poco era la propietaria de un avión Beech Aircraft.
Un video en el que se ve a la señalada con la diseñadora es lo que tienen las autoridades venezolanas en la mira y por lo que creen que la diseñadora puede hacer parte de esta red. La diseñadora ya respondió ante los señalamientos y asegura que su trabajo es vestir a las mujeres y no “andar chismoseando de dónde sacan la plata”. También dijo que ella no tiene nada que ver con los hechos denunciados sobre la estatal PDVSA.
“Respete, yo no tengo nada que ver con eso. Respeto el dinero o los ingresos de cada persona, jamás pregunto nada. Yo trabajo y cuento con lo que tengo en mi bolsillo. El que está esperando que otro le pague es el que está pendiente de lo que otro tiene. Jamás nadie puede decir que me dio o me pagó algo. ¡Jamás! Soy independiente desde que tengo 20 años y he trabajado incansablemente, y todo el mundo lo sabe. Si tengo para un café, me lo tomo; si no tengo... no”, escribió la diseñadora en sus redes sociales.