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Aborto en Colombia: nueve años de una despenalización a medias

Cindy Morales, 13/5/2015

Este jueves se cumplen 9 años de la despenalización del aborto en Colombia para tres casos específicos y 10 de la presentación del proyecto, una década que no deja un resultado esperanzador. Esta conmemoración busca ampliar la ley e incluirla en la agenda del postconflicto.

Foto: escritosenlacalle.com - Foto:

“Las mujeres tejen lo que la guerra destruye”, fue una de las frases que encierra el nuevo capítulo con el que se pretende que los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en Colombia sean incluidos en la agenda del posconflicto.

La cita es de Mónica Roa, quien junto a la organización Women’s Link Worlwide delineó lo que es hoy es conocido como la sentencia C355 de 2006, por la cual se despenalizó el aborto en Colombia en tres casos específicos: cuando está en riesgo la salud física y mental de la madre, cuando el embarazo es resultado de violación o incesto y cuando existe una grave malformación del feto que haga inviable su vida.

Roa fue la encargada de abrir el conversatorio sobre derechos reproductivos, democracia y postconflicto que tuvo la participación de Lucía Mazarrasa Alvear, de la Plataforma de Mujeres ante el Congreso de España: y de Cathi Albertyn, profesora de la Universidad de Witwatersand de Johannesburgo, Sudáfrica.

La objeción de conciencia es uno de los obstáculos que enfrentan las mujeres que quieren interrumpir su embarazo. Foto: Ingimage

Las panelistas internacionales hablaron de sus experiencias con el apartheid sudafricano y la dictadura española y plantearon que a la luz del proceso de paz que vive Colombia, "la sociedad, el Estado y el Gobierno deben saber que uno de los pasos para entender y practicar la democracia es la inclusión de las mujeres y el respeto por sus derechos de decisión".

Roa, citando un artículo de la revista Foreing Policy, aseguró que el indicador más potente de la paz y de que "esta sea sostenible no es otro más sino el estatus de la mujer en la sociedad".

Yo decido

"Yo decido, la sociedad respeta, el gobierno garantiza y la iglesia no se mete", ese fue, según Mazarrasa, el mensaje más fuerte y contunente que desde España sei nteriorizó para alcanzar sus metas en el tema de derechos de la mujer.

Tanto ella como la sudafricana coincidieron en que la "universalidad de los problemas de las mujeres es el punto de encuentro óptimo para que todas se unan". Albertyn fue más enfática e indicó que si en Colombia se llegaran a "generar puentes en torno a los puntos comunes ese sería el camino para tomar el liderazgo".

Preguntadas por FUCSIA sobre la inclusión de los hombres en proyectos prommujer, ambas aseguraron que es necesario tener a todas las partes de la sociedad civil involucrados en los temas de derechos, pero Mazarrasa recalcó que en particular los hombres deben procurar acercarse a esos temas.

"Los hombres deben trabajar con nosotras, juntarse. Hay un cambio en el tema de la masculindad tradicional y la masculinidad igualitaria, y los hombres tienen un cambio pendiente en ese sentido", indicó.

Una década de lucha

Hace 10 años era común ver en los diarios y la televisión el registro de mujeres que morían en ‘clínicas’ de dudoso perfil debido la práctica de abortos clandestinos en condiciones insalubres.

Una década después de la presentación del proyecto de despanalización del aborto, y nueve años desde su aprobación, el balance parece no ser desesperanzador pero tampoco favorable.

Datos suministrados a FUCSIA por Profamila y realizados por el Guttmacher Institute en 2011, muestra que a pesar de la sentencia el 99.9% los abortos que ocurren actualmente suceden por fuera de la ley. “Es posible que estos abortos, en manos de proveedores no capacitados, sean realizados en condiciones inseguras que conduzcan a complicaciones y tengan consecuencias que afectan la salud”, indica el documento.

La activista Mónica Roa, principal impulsora de la ley de despenalización. Foto: Semana.com

En resumen, la sentencia permitió el aborto en el papel, pero no ha se ha podido traducir a la práctica. Las razones de esto pueden ser variadas: la falta de información de las mujeres sobre el proceso de aborto, vergüenza a la hora de presentarse en una institución prestadora de salud para practicarse un aborto, objeción de conciencia por parte del médico, entre otras. (Lea también ¿Penalizar o liberalizar el aborto?)

“Hay evidencia que documenta muchos casos de mujeres que encuentran obstáculos institucionales y burocráticos para obtener una Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS), las cuales están obligadas a proporcionarla”, indican las cifras del Guttmacher Institute.

El peor escenario lo viven las mujeres que son pobres y viven en áreas rurales, quienes tienen mayor probabilidad de recurrir a ritos tradicionales o a auto-inducirse un aborto por otros medios.

Pese a que el avance puede no ser tan notorio, Women’s Link Worlwide plantea en la conmemoración del noveno año, que realiza este jueves, un espacio para seguir expandiendo los derechos sexuales y reproductivos de la mujer en el marco del posconflicto.

Algunas cifras sobre construcción de paz y derechos sexuales esbozan mejor su relación:

1. Entre el 30 y el 40% de las combatientes de las Farc son mujeres. Muchas de ellas vieron en la guerrilla una oportunidad de huir de la violencia intrafamilias. Otras han abandonado el grupo guerrillero lo han hecho porque allí también encontraron abuso y violencia sexual.

2. Cerca del 52% de las familias se contruyen a partir de embarazos no deseados, o a partir del deseo de mujeres adolescentes que ven en el embarazo una oportunidad de escapar de contextos de violencia en sus casas

3. Más de 10 mil niños esperan que el ICBF les brinde una oportunidad de tener una familia. Familias diversas que quieren adoptar enfrentan barreras legales para hacerlo.

4. Mujeres que deciden ser madres en La Guajira enfrentan riesgos por falta de comida, agua y atención en salud.

5. Las mujeres que viven en zonas de fumigación sufren abortos espontáneos o graves malformaciones fetales.

6. La violencia física de las parejas es un factor para que las mujeres pierdan sus embarazos.