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Cosas que hacemos mejor que ellos

RevistaFucsia.com, 12/4/2012

Nos mantenemos en una eterna ‘competencia’ con ellos, nos comparamos y nos retamos todo el tiempo. No se trata de vivir agarrados con perros y gatos, es cuestión de hacer alarde por lo menos un poco de nuestras ventajas, porque las hay.

Thinstock - Foto:

Comparadas con los hombres, las mujeres somos mejores negociadoras y colaboradoras. Nos motiva el hecho de generar situaciones en las que todos ganen, algo que ellos no harían ni a palo; pues en su guerra personal se trata del macho que tenga el mayor poder. Es por esto que siempre nos salimos con la nuestra y como plus, no solo nos beneficiamos nosotras sino a los demás del equipo. Lo que nos hace unas verdaderas triunfadoras en el ámbito laboral.

Aunque sea cierto que podemos enloquecer durante un día de compras, después de todo somos expertas en hacer rendir el dinero. De pronto sea por nuestro afán de controlar todo, hasta lo mucho o poco que nos podemos gastar, pero las deudas en tarjetas de crédito siempre son menores que las de ellos. Tendemos a pagar las cuentas de manera más puntual y somos más ahorrativas.

Está comprobado que un hombre puede enamorarse fácilmente después de tres citas, nosotras por el contrario esperamos por lo menos a la sexta para decidir si continuamos saliendo o no nos conviene del todo. Ellos se basan en aspectos superficiales, nosotras en los pros y contras de todo.

Hacer amistades para siempre es uno de nuestros mayores fuertes. Aunque exista el rumor de que las mujeres no son buenas amigas, y aunque puede que sea cierto en algunos casos, la mayoría valoramos una verdadera amistad cuando llega a nuestras vidas. Somos expertas en construir relaciones sólidas, una ventaja evidente ante ellos.

Es un hecho que nuestro disco duro guarda más información que el de ellos. Recordamos detalles con mayor precisión, como el color de camiseta que tenía él el fin de semana pasado, el cóctel preferido de su mejor amigo... los superamos cuando de recordar fotografías, objetos y sucesos se refiere.

La tolerancia está en nuestras venas. Puede que en algunos momentos se nos rebote la histeria y queramos destruir el mundo con nuestras propias manos, pero la realidad es que, ante las pequeñas cosas que van sumando gotas al vaso, somos mucho más relajadas que ellos. Cuando deja los jeans tirados en el baño por una semana, sabemos respirar profundo y olvidar el incidente. Eso si, no nos retes si te pedimos el favor de que no lo hagas más, dejándolos tirados por toda la casa.