personaje

Diego Guarnizo

, 9/2/2010

Este director de arte, que trabaja para la televisión, aceptó la invitación de FUCSIA para crear una historia de moda.

Diego Giuarnizo. - Foto:

Desde un comienzo, la historia de Diego Guarnizo como director de arte en el campo de la televisión estuvo ligada a la vida de sus personajes, que él empezó a imaginar a través de la investigación de usos y costumbres de una determinada época, algo que le diera los elementos para mirar más allá de lo aparente.

Aunque Diego estudió Publicidad, muy pronto su vida tomó un giro que lo hizo descubrir su verdadera vocación. El director Kepa Amuchastegui lo llamó a participar en la serie La casa de las dos palmas, de RCN Televisión. Iván Martelo, director de arte de la producción, necesitaba una ‘mano derecha’ y fue así como Diego se inició en el asunto del vestuario. Fue durante cinco años asistente del barranquillero, ya fallecido, y al cabo de ese lapso la teleaudiencia lo reconoció como su sucesor.

Diego afirma que la dirección de arte nació en Colombia más como una práctica que como una disciplina aprendida: “A comienzos de los 90 me llamó la programadora Cenpro para diseñar el vestuario de La otra mitad del sol, trabajo que me valió el premio Simón Bolívar en 1991. Luego asumí la dirección de arte de la telenovela Perro amor, lo que implicaba dirigir todo lo que ‘se ve’ en una producción, con énfasis en la estética: escenografía, ambientación, utilería, vestuario y maquillaje, y que en términos reales exigía preguntarse dónde viven los personajes, qué usan, qué toman, qué los caracteriza. Gané con esta serie mi segundo Simón Bolívar como director de arte”.

Desde afuera
Hace una década, con el surgimiento de los canales privados, Germán Lizarralde, compañero de trabajo de Diego en algunas series, le propuso que montaran una empresa de outsourcing, proyecto que hicieron realidad en el año 2000: “Fue una idea muy chévere, porque además de que esta modalidad de trabajo les gustó a los canales, a partir de la creación de Guarnizo y Lizarralde algunos oficios como los de ambientadores y utileros adquirieron estatus y generaron empleo”.

Pero, ¿qué es lo que hace gratificante su trabajo?, le preguntamos a este tolimense que después de más de veinte años de vivir en Bogotá aún deja escapar el típico acento de su tierra: “Lo más agradecido de la dirección de arte es el paralelismo que existe entre la investigación y los personajes reales. Nuestro trabajo supone una gran responsabilidad, porque la palabra de la teleaudiencia es, como dicen, ‘la palabra de Dios’. Mi gran compensación es saber que ésta se identifica con una u otra serie o telenovela. Además, en este campo se crea moda, se da una pauta para la estética que busca la gente y se influye de tal manera en sus gustos que, por ejemplo, los pantalones de don Braulio en Las muñecas de la mafia se los quieren poner muchos”.

Actividades paralelas
Diego Guarnizo es también asistente de la Presidencia del Concurso Nacional de Belleza: “Raimundo Angulo me enseñó que a partir de la belleza, un concepto que parece frívolo, se puede ayudar a mucha gente. Mi trabajo consiste básicamente en hacer la dirección de arte de los tres eventos más importantes del concurso para televisión, pero lo estimulante es que lo hacemos con un trasfondo social”.

El Taller de Diseño Guarnizo y Lizarralde nació del departamento de vestuario de varias series de televisión, y se quedó corto: “Entonces decidimos hacer prendas de vestir, nos volvimos prácticos. El taller tiene cuatro años y ha incursionado en el campo del diseño con éxito. Siento la moda como algo inherente a mi vida y ser editor invitado de FUCSIA para crear una historia de moda me encanta. Lo único que me falta en este lugar fascinante, la Biblioteca Pública Virgilio Barco, son las cámaras de video”.