Énfasis barroco

Como se puede colegir de las fotografías que acompañan a este texto, no era fácil lograr un escenario significativo con elementos tan diversos a la mano y con una paleta de colores que va de los rojos y vinotintos a los azules oscuros y morados. Pero el grupo que montó esta decoración, llamado Los Cinco, se caracteriza porque toma elementos del entorno y objetos que los novios quisieran ver presentes en su celebración y que forman parte de su casa, para convertirlos en accesorios clave de la decoración del evento.
Como quiera que la idea no es gastar ingentes sumas en hacer una puesta en escena que sorprenda, sino lograr a partir de recursos innovadores el mismo cometido, lo primero que llama la atención sobre el mantel color crudo son unos caminos de mesa hechos de fieltro verde y morado, sobre los que se recortaron dibujos de flores que forman un ‘calado’, lo que le da un aspecto muy original y bonito a la mesa.
Luego vienen los platos de base, color cobre, intercalados con una vajilla de La Chamba, que incluye un plato grande y una cazuela que descansa sobre un haz de grandes hojas verdes. La servilleta es color vinotinto. Para complementar el arreglo, hay flores de colores intensos en toda la mesa: rosas rojas, cartuchos rosados, pensamientos y algunas puntas de boca de dragón blanca conforman el centro de mesa, que sobresale de un florero de vidrio verde oscuro. Hay, asimismo, una rama de flores moradas sobre el fieltro verde y unos pequeños frasquitos de forma trapezoidal con tapa de corcho, de los cuales emerge una boca de dragón morada.
Las sillas Chivari, doradas, de cojines blancos, llevan como único adorno atado a su espaldar una cinta de brocado profusamente bordada, que va amarrada con un lazo tradicional. Todo ha sido ‘craneado’ para que los invitados a esta celebración se sientan en un ambiente fuera de lo común. Los Cinco cumplieron su ¡tarea con derroche de imaginación y buen gusto!