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Las hormonas y la piel

, 9/2/2010

La salud y la apariencia de la piel están determinadas en buena parte por las hormonas que secreta el organismo.

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¿Qué papel realizan las hormonas en la piel?
Son decisivas y los cambios que producen en ciertas etapas de la vida de cada mujer son determinantes. Mientras que, por ejemplo, la disminución de estrógenos influye en el grosor de la piel, también la hidratación, la pigmentación y la grasa que posee este órgano se ven afectados por esta merma.

¿Qué hacen los estrógenos?
Coadyuvan en la renovación de las células y estimulan la síntesis de colágeno y elastina, los principales componentes de una piel lozana. Por eso, la estructura de las capas de la piel, especialmente de la epidermis, se ve afectada por la disminución de los estrógenos.

¿Cómo actúa la hormona tiroidea?
Lo hace en dos sentidos: si se da una falta de ésta, la piel se torna gruesa y, por el contrario, si ocurre una secreción excesiva de hormona tiroidea, la epidermis se adelgaza, se vuelve frágil. Asimismo, cuando la persona está sometida a estrés libera hormonas corticoides que hacen que la piel pierda luminosidad.

Mencione la influencia de las hormonas
a los 20 años…

Como se sabe, éstas estimulan el funcionamiento de las glándulas sebáceas que traen exceso de grasa al cutis, aparecen impurezas y brillos en éste y, en ocasiones, el desbalance hormonal es mayor y se produce el acné. Por eso, hay que limpiar bien el rostro con fórmulas desengrasantes que no resequen la piel, es decir, que la limpien sin agredirla.

A los 30 años…
La acción de las hormonas y el paso del tiempo hacen que la piel empiece a perder grosor y turgencia. De manera simultánea, la renovación celular empieza a hacerse más lenta, lo que hace que las células deterioradas queden en la superficie por más tiempo. Coincide por lo general esta etapa con los efectos de la baja hormonal propia del periodo de posparto.

¿Cómo influyen durante el embarazo?
Mientras que durante esta etapa las mujeres gozan de pieles suaves y lozanas, esta apariencia cambia drásticamente después del parto debido a la baja de estrógenos, que hace que la piel se vuelva seca, que aparezcan manchas, que los tejidos pierdan firmeza.

A los 40 años…
A medida que los estrógenos disminuyen la piel se reseca. Por un lado, es menos eficiente para retener el agua, y por otro, la película hidrolipídica que la recubre se va deteriorando por la falta de lípidos. Igualmente, las agresiones externas de los rayos UV agravan aun más este daño, la síntesis de fibras de colágeno y elastina se deteriora y la piel pierde elasticidad y firmeza.

A los 50 años…
En esta década la producción de hormonas de los ovarios (estrógenos y progesterona) empieza a disminuir hasta dejar de funcionar, debido a la menopausia. Con la sensible baja de los estrógenos la piel se adelgaza, pierde elasticidad, se vuelve seca y flácida y, por supuesto, las arrugas se agudizan. También pierde luminosidad debido a la disminución de la renovación celular y aparecen manchas como consecuencia del daño solar acumulativo.

¿Cómo defenderse de estos daños?
Hidratando la piel a diario con productos que ayuden, además, a restablecer los lípidos de la capa externa. Las cremas que contienen fitoestrógenos suplen en la epidermis la baja hormonal del organismo, mientras que las que favorecen la síntesis de colágeno y elastina contribuyen a redensificarla. Lo demás son los láser de diversa naturaleza que se aplican con destreza a reconstituir la piel y a preservarla de su deterioro.