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Pornografía, la nueva diversión de muchas mujeres

Arnoldo Mutis García, 9/8/2011

El mito de que las imágenes explícitas de sexo son un gusto exclusivo de los hombres, se derrumba. Gracias al auge de Internet, ellas la disfrutan hoy tanto como ellos.

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El fenómeno apenas empieza a salir a la luz, pero los expertos ya aseguran que les dará mucho trabajo en los próximos años: las mujeres están viendo cada vez más pornografía y a muchas se les está haciendo difícil parar. 

La situación era impensable hace un cuarto de siglo, cuando se creía que la contemplación de imágenes explícitas de desnudez o sexo era cuestión de hombres, para quienes fue creada específicamente esta expresión del erotismo. Como se recuerda, porno proviene etimológicamente de prostitución y la pornografía surgió en el siglo XVIII como respuesta a la facilidad que tienen los varones de excitarse con estímulos visuales. Hoy está demostrado que las mujeres también se excitan viendo y un nuevo mundo parece haberse abierto ante sus ojos, gracias al fácil acceso y anonimato que les brinda la Internet. 

El negocio más exitoso de la Red es el sexo. De hecho, constituye el tema más solicitado en los buscadores y según el Sexual Recovery Institute de Estados Unidos hay disponibles más de un millón 300 mil páginas para adultos. Las ganancias de la industria de la pornografía en la Web superan la suma de los ingresos de las ocho principales empresas de tecnología como Google, Microsoft, Apple y Yahoo, entre otras. 

En ello, el género femenino está poniendo algo más que un grano de arena: de acuerdo con Quit Porn Addiction, el principal servicio de consejería sobre la adicción a la pornografía de Gran Bretaña, seis de cada diez mujeres relatan que ven pornografía on line. Nielsen/NetRatings, por su parte, reporta que uno de cada tres visitantes a sitios triple X es mujer. Además, un estudio de Internet Filter Review, realizado en el 2006, descubrió que 17 por ciento de las consultadas se describieron como adictas a este entretenimiento. 

Si hace dos años unas diez mujeres acudían cada año a Quit Porn Addiction, preocupadas por su enganche a las imágenes calientes, hoy el promedio se ha disparado a 70. Y ellas no solo están dándose paseos gratis por el universo erótico de la Red, sino que además están pagando por ver. Así, la división de video de la revista porno Hustler informa que las mujeres conforman 56 por ciento de los clientes de sus tiendas. 

Los estudios realizados hasta ahora indican que hay poca diferencia en la manera en que hombres y mujeres se aficionan a la pornografía. En general ambos sexos siguen el mismo patrón de exposición inicial (casi siempre por curiosidad), adicción y deseo creciente de ver imágenes cada vez más duras o variadas. Informes de Quit Porn Addiction relatan también que los usuarios de pornografía en Internet dicen experimentar una especie de trance que los hace sentirse ajenos al mundo y con un sentido de poder que no tienen en la vida real. “El PC se convierte en una zona erógena. Cuanto más se trata de mantener fuera de la mente a la pornografía, más persistente se hace su presencia allí”, anota Jason Dean, fundador y consejero de la organización británica. 

La ciencia de hoy se inclina a dejar atrás el estereotipo de que los hombres son los grandes beneficiarios de la pornografía y concluye que ellas se estimulan, al menos, tanto como ellos a través de los ojos. A los especialistas les resulta diciente la investigación realizada por McGill University, en Estados Unidos, a partir de los cambios de la temperatura genital. Cuando se les mostraron imágenes pornográficas, hombres y mujeres se excitaron en 30 segundos. Ellos, alcanzaron su máximo nivel de deseo a los 11 segundos, mientras que ellas lo alcanzaron a los 12, una diferencia estadísticamente casi nula, según los autores de la exploración. 

Mucho más intrigante resultó otro estudio de Northwestern University en el que hombres y mujeres, tanto heterosexuales como homosexuales, fueron expuestos a imágenes de sexo de todas las tendencias: mientras que los varones se estimularon más intensamente con la pornografía que mostraba su preferencia sexual, las tendencia en las mujeres fue a excitarse con todos los contenidos. 

Pero los sexos nunca serán iguales y sí existen diferencias en la experiencia de uno y otro frente a los videos o fotos X. De todos modos, “entre las mujeres subyace un sentimiento muy real de que es algo malo y sucio”, apunta Jason Dean. Uno de los más recientes libros sobre el tema publicados en Estados Unidos, Dirty Girls Come Clean, de Crystal Reanud, muestra cómo las mujeres que se vuelven habituales consumidoras de pornografía sufren de depresión, baja autoestima o culpa, debido a la molestia que les produce ver a otras siendo usadas como objetos sexuales. “La pornografía tiene un efecto inmediato en el cuerpo, la mente y la psique humanos, así se desapruebe lo que se ve”, explica el sicoterapeuta Phillip Hodson, de la British Association of Counselling and Psychotherapy, “entonces, las mujeres pueden sentir que su cuerpo les dice sí, a pesar de que su mente les esté diciendo no, y eso puede ser desagradable”. 

No obstante, los especialistas también creen que ellas son más inteligentes que los hombres en el uso de Internet y muchas han encontrado el remedio para suprimir esa culpa con sus congéneres: sean heterosexuales, lesbianas o bisexuales, las mujeres están fascinadas con la pornografía de hombres gays, como se ve en una escena de la película Los niños están bien, postulada al Óscar a Mejor Película de este año. 

A muchas, ello les permite deshacerse de la idea de que las actrices eróticas son mujeres explotadas, abusadas o prostituidas, según Ariel Levy, escritor de temas de género de la revista The New Yorker. Empero, ello es relativo, porque en el porno gay también puede haber muchos de esos vicios que ellas pretenden evadir. Levy asegura, así mismo, que las mujeres migran a este tipo de cintas o videos como reacción a lo falsa y dura que es la pornografía heterosexual. “Los actores se ven como si estuvieran disfrutando realmente del sexo”, afirma una internauta. Como le dijo Cornelius Conboy, productor de cine X gay, a The Daily Beast, a ellas también les fascina la variedad de hombres que se ve en estas producciones gay. 

Como sucede con todos los placeres, especialistas como Phillip Hodson les explican a sus pacientes que el gusto por la pornografía solo es perverso cuando interfiere con otros aspectos de sus vidas, lo que requiere buscar ayuda. “El sexo es una función muy natural y no hay niveles de deseo normales o anormales. Si una mujer se toma dos minutos para tener un orgasmo viendo porno y lo hace, digamos, diez veces al día, eso sólo representará 20 minutos al día. No hay que volverlo una catástrofe”, concluye.
 

Por qué las mujeres ven porno

• Por curiosidad. La desnudez y el acto sexual siguen siendo un tabú y las imágenes X representan un buen desfogue. 

• Para masturbarse. Ellas también son propensas a autosatisfacerse y es allí donde la pornografía cumple su gran fin. 

• Para aprender. Muchas recurren al sexo en Internet para aprender nuevas posiciones o prácticas cuando les aburre la monotonía de las relaciones con su pareja. 

• Para comparar. Las mujeres no sólo quieren ver qué tan bien o mal está su físico frente al de sus congéneres, sino que confrontan a sus hombres con los que ven en La red. 

• Para complacerse mejor. Ver la pornografía que les gusta a sus hombres, les permite conocer más de sus preferencias eróticas. 

• Por anatomía. Para muchas el pene conlleva miedo y desconocimiento. La pornografía les permite informarse de su variedad de formas, tamaños y funcionamiento. 

• Por el embarazo. Durante la dulce espera, muchas se vuelven adictas a la pornografía, al parecer por la descarga hormonal propia de su estado.