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Colombia eleva su ritual cafetero: el auge del consumo premium
El creciente interés por cafés de origen y de especialidad impulsa un mercado interno más sofisticado y coloca al café colombiano en la cima del reconocimiento mundial.

Colombia reafirma una vez más su liderazgo mundial en café, pero esta vez desde un lugar que combina tradición y vanguardia: el consumo interno. Con un promedio de 3 a 4 tazas diarias por persona, los colombianos han mostrado un interés creciente por cafés de origen, arábigos y de especialidad, marcando un mercado que evoluciona hacia la sofisticación y la calidad. En este contexto, el lanzamiento de Casa Landino, la nueva marca de café tostado de Caravela Coffee, representa un paso trascendental para conectar al país con los estándares más altos del café de especialidad.
Ha sido reconocida con diecisiete medallas internacionales y se prepara para representar a Colombia en la final mundial de los Global Coffee Awards 2026. Su modelo de tostión bajo demanda garantiza que cada grano conserve frescura y aroma, ofreciendo a los consumidores una experiencia sensorial completa que va más allá del simple acto de beber café. Cada taza es un reflejo de la dedicación y el conocimiento acumulado en más de 25 años de trayectoria en el universo del café verde latinoamericano.

La comunicación en sus diferentes canales tiene como intención acercar al consumidor colombiano a los cafés de origen cultivados en regiones icónicas como Cauca, Huila, Nariño y Tolima. La propuesta combina innovación tecnológica con respeto absoluto por el origen y la sostenibilidad, ofreciendo ediciones limitadas desarrolladas junto a maestros caficultores y explorando nuevas expresiones sensoriales que elevan la experiencia del café a un nivel artístico.
El mercado interno de Colombia no solo crece en volumen, sino también en exigencia. Los consumidores actuales valoran la procedencia, la calidad y las prácticas sostenibles, consolidando una cultura de café que aprecia tanto la historia como la innovación.

Detrás de estos logros, se encuentra la realidad de un sector que sigue siendo un pilar de la economía nacional: más de 540.000 familias dependen del café, y el consumo interno supera los 2,2 millones de sacos anuales. Este crecimiento no solo refleja la calidad y el prestigio del café colombiano, sino también un cambio cultural: el país no solo exporta café al mundo, sino que aprende a apreciarlo en casa, reconociendo su valor y celebrando la excelencia de cada grano.




