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La rueda del consumismo: un problema de la moda con el medio ambiente

Fucsia.co, 15/9/2022

Hablamos con Toya Montoya y Claudia Bahamón sobre las mayores problemáticas que deja la moda en el medio ambiente.

Hagamos la moda no la guerra

Llevamos mucho tiempo cuestionando las prácticas de la industria de la moda, más aún si hablamos de fast fashion, que es un tipo de moda altamente contaminante y que ha tocado alguna o varias veces nuestro clóset. Su premisa es comprar más y utilizar menos.

Todo este consumo acelerado convierte a la industria textil en una de las más contaminantes del planeta. Las escalofriantes cifras del impacto humano y ecológico de una industria que a pesar de los efectos del covid-19 produjo miles de millones de dólares, siguen siendo un problema ambiental.

Sin embargo, en ese camino muchas empresas han puesto en marcha planes para aportar con menos contaminación y, de esta forma, hacerse más sostenibles. Esto constituye un claro ejemplo de cómo las grandes cadenas de moda están haciendo esfuerzos para integrar la sostenibilidad.

Hagamos la moda no la guerra

Toya Montoya es una abanderada colombiana que se ha comprometido a convertirse en mensajera de este compromiso hablando de temas sostenibles y del cuidado del medioambiente. Por su parte, Claudia Bahamón, quien trabaja en defensa de los ecosistemas, decidió hacer parte del cambio a través de la industria de la moda, específicamente en la creación de una etiqueta que las empresas textiles pueden colocar en sus prendas voluntariamente y que marcan una hoja de ruta que conduce a la concientización sobre las problemáticas que afectan al mundo.

Hablamos con las dos sobre las mayores problemáticas que encierra la moda rápida, la sostenibilidad y lo que falta por hacer en el país para avanzar hacia el camino del cambio.

Fucsia: Claudia, ¿cuándo se puede decir que hablamos de moda sostenible?

Claudia Bahamón: La moda sostenible no necesariamente es la nueva que está creada como sostenible, sino la ropa que lleva muchísimos años, la camisa de la abuela. Si tú tienes la camisa de la abuela, ya eso es sostenible.

Estamos hablando en la sostenibilidad no únicamente del producto como tal, sino de una historia, de una conciencia, la moda cuenta historias, por eso cuando hablamos de este producto es vintage que lleva tantos años en el mercado y que no se ha desechado, ya es sostenible.

Fucsia: Toya, ¿le falta a la gente entender que la moda rápida le está haciendo un daño al planeta?

Toya Montoya: La moda es la segunda industria que más contamina en el mundo, entonces no es de creer, es verlo, sobre todo el fast fashion, la moda que es rápida y la manera en cómo nos han enseñado a consumir, que es: comprar, utilizar, votar, eso también es responsabilidad nuestra como consumidores. Entonces el impacto está, el impacto se ve en nuestras aguas, en nuestros mares, en nuestros ríos, en nuestros bosques ahí está, es un hecho.

F: ¿Ya hay conciencia o esto apenas comienza?

C.B.: Hay mucha más conciencia en todo el sentido, siempre digo que hay tres entes muy importantes hacia el cambio, hacia la sostenibilidad, uno que el consumidor tome decisiones más conscientes, que se cuestione las cosas que va a comprar, que mire esa etiqueta verde. Por otro lado, las empresas que se responsabilicen realmente por traer productos que no atenten contra nuestra salud y la del planeta. Y finalmente, que el gobierno apoye realmente a las compañías para que no les frene esas ganas de cambiar.

Una vez nos juntamos, seguramente vamos a tener un planeta muchísimo más sostenible y mucho más consciente.

F: ¿Cuál es el trabajo que se debe hacer?

T.M.: es comunicar y ser conscientes que es mejor hacer prendas que sean de calidad que duren en el tiempo que sean atemporales, que tengan un costo bastante más elevado, no importa, que el consumidor empiece a aprender, que si uno empieza organizar un clóset que le permita a uno disfrutarlo durante toda la vida. Es empezar a trabajar todos de la mano, porque a la final esto es nuestro único hogar, si empezamos a trabajar por el bienestar del planeta pues evidentemente nosotros vamos a estar bien.

F: El trabajo y el cambio también lo deben hacer las compañías asociadas al estilo de vida, ¿eso realmente está sucediendo?

C.B.: Duramos mucho tiempo haciendo lobby en el congreso para que la Andi aprobara la ley de la prohibición de testeo animales en productos de cosmetología y, finalmente, se logró en Colombia. Entonces estoy a favor de no al maltrato animal, creo que no es una tendencia, es una necesidad, ya no es una opción para nosotros como consumidores si no siento yo debe ser una obligación para las marcas así como Bonacure, volcar su mirada no solamente a la sostenibilidad, sino también al no maltrato animal.

F: ¿Sobre quién debería recaer la responsabilidad?

T.M.: Hay un largo camino que recorrer y creo efectivamente que es responsabilidad de quienes crean moda realmente empezar a trabajar entendiendo que es una transición. Sé que los cambios no se pueden hacer de la noche a la mañana pero si hay que empezar a hacer esos cambios en materiales, procesos, en uso de químicos, en que la moda sea un poco más lenta, que sea más atemporal, exigirle a la industria que empiece hacer esos cambios y aquellas empresas y aquellas marcas que lo están haciendo, nosotros como consumidores realmente apoyarlos para que entiendan que ese es el camino.

C.B.: todos tenemos algo más la mente, en los ojos, que nos hace pensar antes de tomar ese tipo de decisiones y cada vez hay más información al alcance de la mano. Entonces todos los días hay algo que a mí me llama la atención y digo: “miércoles, lo estoy haciendo mal yo no sabía que este producto que compraba que me fascinaba y que lo compraba todos los días o que me lo comía siempre, era tan malo”, porque al final no nos hacíamos las preguntas; ahora nos cuestionamos tanto que todos los días contamos con algo que nos abre los ojos, la mente y que nos hace cambiar.