Así se ve el eco hotel más lujoso de Colombia

Maria José Marroquin, Editora Digital Fucsia, 17/12/2018

El hotel las Islas es la última revelación de la hotelería en Colombia, donde el lujo es uno solo con la naturaleza. Para los amantes de las experiencias únicas, este será su próximo templo y refugio, orgullosamente colombiano.

Fotos: Cortesía Hotel las Islas y Patricia Castellanos - Foto:

Por Maria José Marroquín, editora digital FUCSIA

Llegar al Hotel las Islas en Barú es dejar atrás al mundo y sus afanes por unos días para sumergirse en una experiencia de relajación natural y lujo nunca antes visto en Colombia. Con sus playas prístinas de aguas cristalinas y en medio del manglar, Las Islas emerge en medio del bosque tropical como una invitación a una aventura crusoesca a tan sólo cuarenta y cinco minutos de Cartagena.

Esta maravilla operada por Aviatur y que hace parte de la colección The Leading Hotels of the World, está compuesta por cincuenta y cinco bungalows de los cuales treinta y tres se encuentran en altura y veintidós al nivel del mar. Cada uno de estos refugios lleva el nombre de una isla del territorio colombiano. Así pues, Malpelo, Santa Catalina o Gorgona le dan la bienvenida al visitante con sus piscinas privadas y naturales que se funden en el horizonte con el mar y con sus jacuzzis entre las copas de los árboles según el tipo de acomodación que se escoja.

Una decoración tan orgánica como impecable habla por sí misma y confirma una vez más que el buen gusto no pelea con la sencillez y que el poder de los detalles puede transformar al cien por ciento una experiencia.

Y es que es en ese poder de los detalles en el que reside el magnetismo del hotel que fue imaginado y soñado por Jean Claude Bessudo, presidente del Grupo Aviatur, para transmitirle al visitante su amor por este pedacito de mundo. Bessudo no quería que fuera simplemente un hotel donde se pudiera disfrutar del mar, del buceo, de una gastronomía sensacional y del dolce far niente que tanto apreciamos en las latitudes caribeñas sino que además quiso involucrar activamente a la comunidad local para lograr dejar una huella positiva en la misma. El 90% de los colaboradores son oriundos de Barú y el hotel se ha encargado de generar programas par capacitarlos en diferentes áreas de la hotelería de lujo fortaleciendo sus perfiles profesionales e invirtiendo así en el capital humano de la región.

Otra de las premisas de Las Islas era generar el menor impacto posible en el ecosistema así que se desarrolló como un hotel altamente eco-responsable. Da gusto constatar que para su construcción fueron respetadas la fauna y la flora nativas y por eso no sorprende ver, por ejemplo, que una piscina fuera construída alrededor de una ceiba milenaria para preservarla o ver husmeando por ahí a algún mapache curioso. Los amantes del avistamiento de aves, aquí se encontrarán como un niño frente a una tienda de caramelos pues en sus alrededores se pueden divisar hasta ochenta y cinco especies diferentes.

Bienestar para el alma… y el cuerpo

Como si el escenario natural no fuera lo suficientemente relajante, el Hotel las Islas cuenta con un templo de bienestar que sería un crimen dejar de visitar. El spa “Niña Daniela” es un oasis dentro de un oasis con su detallada selección de tratamientos, masajes y rituales pensados para cada necesidad y para consentir de pies a cabeza al visitante. Esto sin mencionar que cuenta con una espectacular piscina de talasoterapia (que usa las propiedades marinas con fines terapéuticos) donde el cuerpo y el espíritu pierden la noción del tiempo para enfundarse en una experiencia sensorial de la que cuesta trabajo despertar.

Los masajes relajantes, de drenaje linfático, la reflexología, los rituales detox y las línea de faciales son a base de productos de la mejor calidad con una altísima concentración de principios activos que aseguran un resultado que va más allá de la simple relajación. ¿Qué tal suena un ritual inspirado en el baño japonés a base de polvo de arroz y de flor de cerezo? Casi tan bien como un masaje con piedras volcánicas calientes o un facial oxigenante que en 60 minutos cambia la polaridad de la piel dejándola como nueva. Todo lo anterior se puede disfrutar ya sea al interior de una maloka redonda pensada especialmente para mantener un balance energético o frente al mar al compás del oleaje.

Liderado por la experta fisioterapeuta y cosmetóloga Yina Cortina, que sabe que cuando de belleza se trata no se improvisa, podemos atrevernos a decir decir sin miedo a equivocarnos que se trata de uno de los mejores spas del país.

Directo al paladar

La indulgencia gastronómica no se queda atrás en el Hotel Las Islas. Sus tres restaurantes están pensados para que el huésped se lleve tres experiencias diferentes que dejen el sabor de una cocina local en perfecto maridaje con lo mejor de la cocina internacional. ¿Dónde más comulgan la arepa de huevo más famosa de la región con una selección de terrinas francesas hechas en casa? Así mismo se encuentran en “Tía Coco” a la hora del desayuno la carimañola con el queso Brie y las frutas tropicales con una tostada de salmón en pan de granos.

Para el almuerzo, la mezcla surge de las tradiciones del Caribe y del Mediterráneo en el restaurante “Choco” donde junto a un arroz con coco y los patacones que no deben faltar, se puede disfrutar de un pulpo, de un gazpacho o de delicias a bases de langosta. La limonada de coco, es la bebida por excelencia en este restaurante a borde de playa.

De finalizar el día con el corazón contento se encarga el restaurante “Guacas” y su fusión peruana con cocina de la costa colombiana. Una carta gourmet en la que el reconocido chef Miguel Dapelo se encargó de hacer muy difícil la tarea de decidirse por un sólo plato. El bisque de langosta ¿Nuestro gran recomendado? El bisque de langosta seguido del risotto en tinta de calamar con chorizo español acompañado de un ceviche de la casa y, para terminar, el volcán de chocolate. Un antes y un después asegurados.

Alma colombiana

Aunque el Hotel las Islas ofrece una experiencia aislada del frenesí comercial, esto no implica que quienes lo visiten dejen de conocer una parte esencial de la cultura colombiana. A través de su tienda de artesanías y gracias a una curaduría impecable de la cual se encarga personalmente Danielle Bessudo, se puede tener un acercamiento de primera mano con los saberes y técnicas artesanales de diferentes regiones del país. Entre canastos en werregue, mochilas wayuu y pareos pintados a mano por mujeres artesana de Barú hay de dónde escoger para seguirse enamorando del país.

Es poco decir que una visita a este paraíso cambia por completo el concepto de lujo tradicional y que el orgullo de que se trate de un proyecto colombiano a la altura de lo más selectos resorts alrededor del mundo hace que den ganas de volver una y otra vez. De volver a las siempre amables y dispuestas sonrisas, al servicio impecable sin que resulte frío, a enamorarse de la belleza de nuestro país vivida entre la perfección ya sea con los pies en el mar o la cabeza entre las nubes.

Más información:

Tel: +57 1 3442704 / +57 5 6517123

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Por Maria José Marroquín, editora digital FUCSIA

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