Tatiana Moreno Penagos, columnista invitada Fucsia

Elegancia sin tacones

Por Tatiana Moreno Penagos

4/5/2023

Para muchos, la elegancia es algo difícil de definir, pues aunque por lo general se relaciona con el buen vestir o ‘buen gusto’, es un poco más amplia, misteriosa e intangible que eso.
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Entonces…, ¿qué es realmente la elegancia?

La palabra elegancia viene de la raíz latina ‘elegire’ que significa elegir, palabra que habla de tener la capacidad de hacer una elección teniendo en cuenta un propósito específico. Cuando en el tema de la imagen personal hablamos de elegancia, por lo general y de inmediato, se piensa en una persona impecablemente vestida, quizá un hombre de traje a la medida o una mujer con un gran vestido y unos tacones, de esas que inspiran admiración y respeto; valores que, por supuesto, son la insignia del estilo elegante.

Esa imagen de ese hombre en traje o a esa mujer impecable con sus tacones nos lleva, entonces, a imaginarlos entrando, por ejemplo, a un evento especial o una reunión importante; donde, sin duda, estaríamos todos de acuerdo que eligieron el atuendo adecuado para la ocasión. Pero ¿qué pasaría si llegaran con ese mismo look a la línea de salida de una maratón dispuestos a correrla? ¿Te parecerían elegantes o quizá un poco fuera de lugar e incluso hasta ridículos? Yo creería que “totalmente fuera de lugar” sería la respuesta.

Y es que, si vamos a la definición de elegir que nos habla de tener la capacidad de hacer una elección teniendo en cuenta un propósito, de inmediato notaríamos que estas personas que llegaron en traje y tacones a la línea de salida de la carrera para correr, perdieron el foco de la situación y del lugar, hasta el punto de verse incómodos y postizos, características que están en completa oposición a la elegancia. Para esta ocasión, una elección elegante se parecería más a unos shorts deportivos y a unos tenis, pues estarían más coherentes para ese momento y ese lugar.

Vamos un poco más profundo

Alguna vez leí que en oriente el concepto más similar a elegancia hablaba de vestir y actuar para pertenecer desde el respeto, que lo llamaban incluso “el arte de estar presente”, pues significaba una disposición y una actitud hacia el aquí y el ahora, vividas desde la aceptación, la gratitud y la satisfacción por vivir el momento presente con toda la atención.

Esta forma de definir la elegancia fue muy reveladora para mí en su momento, pues complementó perfectamente y desde lo consciente mi trabajo con el estilo, pues encaja perfecto con esto que yo llamo estilo consciente, que al final de cuentas es la forma de proyectarnos, relacionarnos y comunicarnos con el mundo, más allá de lo meramente estético; logrando así darle forma y justificación al “no sé por qué” que se me atragantaba en la garganta cuando intentaba explicarle a alguien las dos caras de la moneda del por qué aunque dos personas vistieran de forma similar, la una se veía elegante y la otra postiza.

De las personas más elegantes que conozco diría que son sutiles y dispuestas, están ahí sin invadir disfrutando al máximo lo que hay, equilibran el dar y el recibir, pues eligen desde el respeto por ellos mismo y por los demás. Son personas enfocadas que saben lo que quieren y al elegir trabajar para lograrlo, disponen lo necesario a su alrededor para cumplir su objetivo, esto hace que se sientan exitosas sin tenérselo que gritar al mundo, pues es tan evidente que se nota por sí solo y sin esfuerzo. Quizá por eso las estéticas que normalmente conocemos como ‘elegantes’ se asocian tanto con el ‘lujo silencioso’ y el old money que por estos días andan tan de moda en TikTok e Instagram.

Llegando a este punto, mi invitación entonces es a vivir una vida elegante, a disfrutar de una elegancia sin tacones, como dice el título de esta columna, y no porque tenga algo en contra de ellos, para nada, quienes me conocen saben que soy amante y fan absoluta de los tacones, son irresistibles para mí; lo digo más como una metáfora y como una reflexión. Es la invitación a elegir vivir el momento presente de forma natural, sin forzarlo, con el agradecimiento y la satisfacción de poderlo vivir exitosamente.

En términos de imagen, diría “vestir adecuado para el momento indicado” y en términos de vida diría “aquí y ahora”, se trata de saber escoger el ‘cómo’ vivir en presencia, pues solo quien elige vivir el momento presente puede tomar todo lo que este tiene para ofrecerle y puede sentir la satisfacción de haberlo vivido completo. Recordemos que estar allí sin estar presente es pura y mera pose, y es ahí, en esa delgada línea, donde se pierde la elegancia.

Sobre mí

Soy una mujer que ama los nuevos retos, apasionada de la moda, la belleza y la estética conscientes, que cree profundamente en ellas como expresión y generadoras de bienestar cuando son coherentes. Diseñadora de vestuario de la UPB, Fashion Stylist del IED ModaLab, en Milano, con estudios en Psicología de la Imagen y certificación como Experta en Coaching de Imagen.

Actualmente y durante más de 12 años, he trabajado con distintas empresas como speaker a través de cursos y talleres o en sesiones personalizadas para sus empleados; en experiencias para clientes VIP de diferentes marcas; al igual que como stylist, personal shopper y coach de imagen para personas naturales.

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