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Antidepresivos y embarazo

Luisa Ramírez, 21/2/2013

Algunos afirman que la depresión causa complicaciones durante el embarazo, otros dicen que es su tratamiento. El debate parece estar lejos de terminar.

Foto: Pantherstock - Foto:

Según una nueva revisión publicada en la revista Human Reproduction en octubre de 2012, las mujeres embarazadas que toman un tipo de antidepresivos llamado inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), podrían tener un riesgo mayor de complicaciones en su embarazo incluyendo anormalidades fetales, partos pretérmino o prematuros y abortos. Sin embargo, algunos expertos en salud mental criticaron el estudio argumentando que exagera los riesgos los ISRS y minimiza los beneficios de tratar la depresión durante el embarazo.

El doctor Amad Urato, autor del estudio y director de ginecología y obstetricia del centro MetroWest en Massachusetts, le dijo al diario Huffington Post que “debe haber mayor consciencia de la evidencia científica sobre el uso de estas drogas” y agregó que el estudio fue injustamente caracterizado como un ataque a las embarazadas que toman ISRS desde que fue publicado.
Esta revisión evaluó solo estudios sobre mujeres deprimidas que tomaban antidepresivos, estudios a menudo retrospectivos y relativamente pequeños, muchos de ellos llevados a cabo en animales y no en humanos.

Sin embargo, Urato afirmó que los datos que documentan los problemas potenciales asociados al uso de los ISRS en el embarazo “son sustanciales”. Estos problemas, según el análisis, incluyen el riesgo de aborto, defectos del nacimiento, partos pretérmino, alteraciones del comportamiento del recién nacido, hipertensión pulmonar y trastornos neurocomportamentales a largo plazo.
“Los datos son preocupantes y aumentan a medida que hacemos más estudios”, dijo Urato y agregó: “Aquí promovemos la transparencia y a que los lectores miren estos estudios”.
El análisis además emite dudas sobre el costo-beneficio del uso de los ISRS: “No hay evidencia de que con el uso de antidepresivos se mejore el resultado de un embarazo”.
En un email dirigido al HuffingtonPost, Urato dijo que “un argumento recurrente en contra de nuestro estudio es que la depresión por sí sola genera las complicaciones, por ejemplo, los abortos y los partos pretérmino, y los antidepresivos tratan la depresión mejorando los resultados. Estoy viendo los 41 estudios en mi escritorio sobre la depresión, el uso de ISRS y los partos pretérmino. Los estudios científicos en esta área son muy consistentes. El grupo con las tasas más altas de partos pretérmino es el que recibió ISRS”.
Alice Domar, Directora Ejecutiva del Centro Domar para la Salud de la Mente y el Cuerpo y una de las autoras del estudio afirmó que las mujeres con historia de depresión severa deberían considerar el uso de antidepresivos durante el embarazo, pero aquellas con depresiones leves o moderadas pueden beneficiarse de la terapia comportamental: “Me molesta que si una mujer afirma estar triste, la conducta automática es formularle medicamentos, especialmente cuando miras los estudios sobre terapia comportamental la cual ha mostrado ser buena”.

Sin embargo, la doctora Samantha Meltzer-Brody, Directora del programa de psiquiatría perinatal en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, descartó la noción de que los antidepresivos son la recomendación estándar para las mujeres embarazadas con síntomas depresivos. Agregó  también que el estudio no analiza los “múltiples riesgos” asociados a la depresión no tratada, entre ellos el de autoagresión, particularmente en aquellas mujeres con depresión severa.

En un email al HuffingtonPost la doctora Gail Robinson, Directora del Programa para la Salud Mental de las Mujeres en la Universidad Health Network en Toronto, apoyó estas críticas. Robinson afirmó que el estudio tiene defectos metodológicos y que “escoge” los estudios que apoyan la conclusión del autor.

En una carta dirigida al editor de Human Reproduction, Robinson explica que el uso de los ISRS se considera en aquellas mujeres con síntomas depresivos a severos: “La depresión prenatal no tratada puede hacer que la mujer pierda sus citas, que lleve una mala alimentación, tenga alteraciones del sueño, abuse de sustancias y aumenta el riesgo de suicidio. Al mismo tiempo, estas mujeres tienen un aumento de partos pretérmino y recién nacidos de bajo peso debido a la depresión misma”.

En 2009 el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés) y la Sociedad Americana de Psiquiatría emitieron un reporte sobre el tratamiento de la depresión en las mujeres embarazadas. En este se afirma que aquellas pacientes con síntomas leves o que estén asintomáticas por al menos seis meses pueden disminuir o suspender el uso de antidepresivos antes de concebir, pero aquellas mujeres con depresión severa deben continuar el medicamento. En general, la conclusión fue que las investigaciones disponibles sobre el uso de antidepresivos no han sido controladas adecuadamente para evaluar todos factores que pueden afectar los resultados de un embarazo.

Entre los ISRS de mayor uso en nuestro medio se encuentran la fluoxetina, la sertralina y la paroxetina. En general, las mujeres tienen un riesgo dos veces y medio mayor de tomar antidepresivos que los hombres según reportes del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

De acuerdo a los estimados citados en el reporte, entre el 14 y el 23 por ciento de las embarazadas experimentarán un episodio depresivo. Según el Instituto Nacional de Salud Mental de EE. UU. (NIMH, por sus siglas en inglés), algunos de los síntomas que pueden presentar las mujeres con depresión están los sentimientos de desesperanza, dificultad para concentrarse, alteraciones del sueño y pérdida de interés en las actividades que solían disfrutar. En este caso se debe buscar ayuda lo más pronto posible.