¿Funciona la terapia de pareja?

Fucsia.co, 21/1/2015

Cuando la relación pasa por una crisis, la vemos como salvación para solucionar lo que nos aqueja. Pero, ¿sobredimensionamos sus resultados?, ¿esperamos con demasiada fe un remedio que está en nuestras manos? Lee con atención, si estás pensando ir al sicólogo.

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Parecía redundante decir que una relación es de dos. Sin embargo, cuando vienen los problemas, casi siempre pensamos que la causa está en el otro y es él quien debe cambiar para que todo mejore. Lo cierto es que así como es de dos, cada cual aporta un 50 por ciento para que todo vaya bien o mal.

Si sirve o no, la respuesta está más en nuestras manos, que en las del terapeuta. La sicóloga Rocío Hernández, directora de la organización As buena vida, orientada a ofrecer apoyo terapéutico a individuos, parejas y familias, nos resuelve las dudas más frecuentes sobre el proceso de terapia de pareja:

1. El momento de pedir ayuda: es tiempo de acudir a un experto en pareja, si los recursos que tenían para solucionar sus problemas ya no funcionan. Si antes dejaban de hablarse un día después de una molestia y así todo pasaba, pero ahora transcurre el tiempo y no lo consiguen. Si antes él se quedaba callado para no darle juego a la pelea de ella, tampoco logra nada.

De igual manera, es necesario cuando la pareja atraviesa una crisis evidente, como una infidelidad, problemas sexuales o una situación que altere la cotidianidad. En este momento, son las emociones las que impulsan a tomar decisiones, y no la razón; entonces, no se puede confiar en que seamos sensatos cuando estamos llenos de rabia o angustia y es necesario escuchar la voz de un experto.

Lo ideal es que no se tarde mucho en pedir ayuda, pues los estudios dicen que a veces pasan años, aunque los problemas estén identificados claramente, y terminan acumulando emociones negativas, que luego es más difícil sanar. Así que el porcentaje de éxito puede estar alrededor del 70 por ciento, cuando la consulta es temprana.

2. ¿Creemos en los efectos de la terapia?: “El 20 por ciento de las parejas que acuden sienten que va a funcionar. El 80 por ciento es escéptico”, explica la doctora Hernández, y, asegura que ese porcentaje acude por causas externas a su decisión, como, por ejemplo, ir por complacer a la otra persona; lo que hace que acudan presionados. Otros van queriendo que el terapeuta les dé la razón, para creer que son ellos los que actúan adecuadamente y ganar esa ‘batalla’. O van porque quieren alguien que escuche de manera neutral sus emociones y sentimientos; necesitan desahogarse.

3.  Qué sí ofrece una terapia: orientación, escucha. “El terapeuta analizará las situaciones y ofrecerá una retroalimentación sobre la situación y hará sugerencias sobre cómo mejorarlo”, explica Daniel J. Tomasulo, doctor especialista en psicoterapia de grupo y psicodrama, en su columna de la web especializada Psychology Today.

4. No solo eres tú, también soy yo: todos tenemos un 50 por ciento involucrado en una relación. Por eso, hay que asumir y responsabilizarse de ese porcentaje. Si somos conscientes y empezamos a trabajar primero en cada uno de nosotros, la relación recibe un respiro y eso nos cambia frente a cómo vemos la relación. “A veces llegamos a un matrimonio sin saber quién soy yo y queremos cambiar al otro. Cuando uno se entiende, eso cambia la persona y cambia la relación”, dice la doctora Hernández.

5. Qué no ofrece la terapia de pareja: si uno de los miembros ya ha tomado la decisión de dejar la relación, llegará a una terapia que tiene mal pronóstico para juntar de nuevo a la pareja. Muchas veces llega pensando en que no quiere ser tachado de no tener voluntad, pero ya tiene claro que no va a continuar.
Este proceso tampoco  puede ayudar a hacer que “la otra persona me quiera”. Si el amor y el afecto ya no existen por cualquier circunstancia, es difícil que el otro vuelva a querer, porque es una decisión personal.

“Tampoco promete cambiar a la pareja como yo quiero que sea, para que yo no haga esfuerzo por la relación, sino que me cambien al otro para que yo esté bien. No piensa en relación sino en el hecho de tener una figura como esposo, cómo poseer”, dice la directora de As buena vida.

6. Una conexión con el terapeuta hace un buen trío: el doctor Tomasulo aconseja a las parejas continuar la terapia si se sienten compenetrados con el terapeuta, si sienten la confianza y la tranquilidad para expresar sus emociones. A veces, ante la ausencia de una conexión sienten que el proceso es ineficaz y no creen en sus resultados. “No temas herir los sentimientos del terapeuta si no quieres seguir con él. Ellos lo entienden, pues es una parte natural del proceso”.

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