Los 5 objetos más sexualizados de la moda: piernas veladas

Revista FUCSIA, 15/2/2015

Hacemos un recorrido por los cinco objetos que se han vuelto fetiches, y las razones por las que el sexo se ha valido y sigue valiéndose de esas prendas clásicas de la moda para desplegar sus encantos.

Foto: Pinterest - Foto:

Desde tiempos inmemorables, hombres y mujeres recurrían a las medias para calentar sus tobillos y protegerse de las fricciones del zapato. Las de seda fueron populares entre los aristócratas, sobre todo por los hombres, que usaban unas color rosa y blanco que bautizaron breeches para reafirmar su lugar en la escala social. Luego, tras los años veinte y el revolucionario acortamiento del ruedo de las faldas femeninas, los calcetines se volvieron indispensables, aunque para entonces se amarraban con ligaduras a la altura de la rodilla, lo cual ocasionaba serios problemas de circulación. Fue en 1959 que nació la primera media pantalón, para inaugurar todo un mundo de posibilidades para las piernas femeninas, que nunca antes fueron vistas en público.

Según la historia, debido a la necesidad de una mujer embarazada de no tener que agacharse a acomodar sus medias, su marido le propuso coser estas a su ropa interior para que se sostuvieran. El invento casero, que apelaba a necesidades familiares muy puntuales, no tardó en convertirse en un éxito comercial, sobre todo, una vez que la minifalda de los años sesenta, que a duras penas alcanzaba a tapar las nalgas, empezó a ser un mandato en la moda.

Como era considerado inmoral salir a la calle con la piel de las piernas al descubierto, las medias pantalón proporcionaron las condiciones perfectas para que mujeres que marcaban el estilo, como la modelo Twiggy, hicieran de la minifalda el nuevo emblema y convirtieran las piernas en un nuevo lugar en donde el deseo masculino podía residir.

Pero al tiempo que las revistas de moda enloquecían describiendo los colores y texturas de cada temporada para las medias pantalón, el auge de la fotografía erótica las usaba como un símbolo de la intimidad femenina –por primera vez expuesta– y las volvía objeto de deseo. El tacto que generaban las medias de licra, un material sintético que después de la guerra permitió que las medias se sujetaran mejor, hizo que muchos fantasearan más con estas prendas que con las piernas desnudas de las mujeres.

En los años ochenta las medias veladas con tonos más naturales y emulando un color bronceado de playa se volvieron mandamiento entre las primeras ejecutivas que empezaban a conquistar el mercado laboral dominado siempre por hombres. La formalidad así se hizo impensable sin un buen par de medias. Con la entrada de los años noventa, sin embargo, empezó un cierto declive, una vez que se reivindicó un look más natural y menos formal en las oficinas, a la vez que las grandes estrellas de cine y televisión empezaron a renegar del brillo artificial de las medias y de que se rompieran cada mañana.

Aunque hoy las medias sobreviven como un objeto cotidiano de la moda, más entre las mujeres mayores que entre las jóvenes, son en realidad estrellas en los films con escenas íntimas y fotografías eróticas que, a diferencia de la moda, no cambiaron nunca de parecer y siguieron celebrando ese velo que a la vez que impedía el tacto directo, permitía deleitarse con el avistamiento de un buen par de piernas.

Lee los cuatro objetos sexualizados restantes de la moda:

1. Pieles desnudas

2. Guantes, la segunda piel

3. Tacones inocentes

4. Corsés