Salud
Dulce daño para los ojos
La diabetes también puede afectar a nuestros ojos y maltratarlos, y traer aparejada una retinopatía, posible causante de una ceguera. Aquí, toda la información para estar prevenidos.

Por los ojos se pueden filtrar muchas cosas, dado que estos débiles órganos actúan, expuestos, como una ventana al interior del cuerpo. ¿Qué tiene que ver esto con la diabetes? Es que dicha patología –mejor llamémosla por su nombre científico, diabetes mellitas- causa niveles altos de glucosa en la sangre e hipertensión arterial, y esto afecta a cada vaso de nuestro organismo, y así, también, puede perturbar a la retina, que es la que capta las imágenes que percibimos para trasmitirlas al cerebro.
Además, la retina es la estructura más sensible del ojo y lleva consigo un eterno tormento: no se puede regenerar. Su lesión genera una pérdida de la vista.
Por todos los motivos mencionados, resulta fundamental realizar prontamente un diagnóstico, con objeto de comprobar los daños que pueden producirse en el ojo, para evitar que una persona padezca las consecuencias de una retinopatía diabética, una enfermedad de los ojos causada por la diabetes. Ésta puede ser un motivo de ceguera en los pacientes de diabetes tipo 1 y 2. de todos modos la retinopatía tal vez se presente antes y sea más severa si la diabetes no se la ha controlado debidamente.
En general, durante la primera etapa de la retinopatía no se distinguen síntomas, puesto que la visión sufre agravios recién cuando la enfermedad avanza.
Prevención
¿De qué manera podemos prevenir una retinopatía diabética? Simple: con una exploración del fondo de nuestros ojos para visualizar el estado de los vasos sanguíneos oculares. Dicha patología se puede desarrollar con distintos grados de afectación o severidad. Para aquellos casos en los que el tejido neuronal y los vasos aún no se encuentran alterados, el control semestral del fondo del ojo es clave para evitar una futura progresión de la enfermedad , ya que la alteración de los vasos retinales nos permiten reducir el estado de los demás vasos corporales, como los del riñón o el corazón.
Para estar al tanto del estado, lo ideal es, principalmente, que vigilemos los niveles de glucosa. El oftalmólogo es el que elige el tratamiento adecuado y, si hace falta, determinados exámenes adicionales.