Personajes

“Poco a poco, las mujeres nos hemos ganado un espacio en la literatura”: Pilar Quintana

Fucsia.co, 21/3/2023

Hablamos con la escritora y con la mujer. Una conversación sobre su vida, sus gustos y su pluma. Y es que su historia es digna de un libro.

Pilar Quintana, autora de "La perra" y "Los abismos", entre otras publicaciones. - Foto:

Nos encontramos en un entrenamiento de fútbol de su pequeño hijo. Pilar estaba vestida casualmente, con botas y una chaqueta envidiable para el frío. En nuestra conversación hablamos precisamente de su faceta como mamá, pero también de máscaras, y cómo la literatura se convirtió en su manera de expresarse, pero sobre todo, de ser ella misma. Y sin duda, el lugar y la ‘pinta’ argumentaron estas ideas.

Charlar con esta escritora es hacerlo con una mujer sincera, clara, que no tiene miedo de decir lo que piensa. Es imponente, pero al mismo tiempo graciosa y desparpajada. Para romper el hielo, comenzamos hablando de su infancia viviendo cerca a una carretera al mar en una zona montañosa de Cali.

“Mi niñez fue muy libre, y por ejemplo, mi hermanita y yo podíamos salir solas a caminar durante horas. Una niñez en un mundo muy natural. Eso sí, nos tocaba bajar casi todos los días a Cali, para ir al colegio”.

Pilar recuerda que la literatura llegó muy temprano a su vida gracias a sus padres, pero en especial a su papá, quien la llevó a sentir curiosidad por los libros. “Mi mamá nos leía como suelen hacer las mamás con sus hijos. Pero yo creo que la gran influencia fue mi papá (ellos vivían separados). Él tenía una biblioteca extraordinaria, muy completa. Con él empecé a leer. Además, cumplió un papel muy importante porque, cuando yo tenía preguntas, me llevaba a las enciclopedias y a los libros para que buscara yo misma las respuestas”.

Pilar Quintana.
Pilar Quintana tuvo una infancia libre y rodeada de libros. | Foto: Alexandra Ruiz

La escritora no recuerda con exactitud cuál fue el primer libro que leyó, o en realidad, los primeros que estuvieron en sus manos, pero eso sí, no borra de su mente ese texto y ese escritor que la hicieron pensar en la idea de ser literata: Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez.

“Fue el libro que me hizo desear convertirme en escritora. Me gustó tanto, que lo terminé y quise volverlo a leer de inmediato. Quedé tan obsesionada, que se me metió en la cabeza que quería contar historias de esa manera, que después obsesionaran a alguien”.

De la imaginación a la realidad

Desde que conoció los libros, Pilar no se separó de ellos, pero para poder convertirse en una escritora tenía que poner a prueba su pluma. Precisamente, en nuestra charla llegamos a ¡Oh payasito!, uno de sus primeros escritos y de que a pesar de la corta edad en que fue creado, se convirtió en un reflejo exacto de lo iba a ser la marca personal de la artista.

“Ese fue un poema que escribí cuando estaba en primero de primaria, así que yo tenía seis o siete años. Aunque ya mirado de lejos me parece más un cuento. Me sorprende que fuera un relato sobre un payaso que estaba triste por dentro, pero tenía la cara pintada con una sonrisa gigante. Yo creo que ese ha sido un gran tema de mi literatura, que tiene que ver con las máscaras que nos ponemos, cómo posamos para vivir en sociedad y la distancia que hay entre esa pose y lo que verdaderamente sentimos”.

Pilar es una mujer que habla sin rodeos, y sucede tanto en una conversación como en sus libros. La necesidad de expresarse a través de la escritura tiene su comienzo en el inconformismo. “Estaba en un mundo donde habían muchas ideas bonitas, como esa de que todos nacemos iguales, pero que en la realidad no es verdad. No es lo mismo nacer hija de un médico, en la Cali de clase media alta, que ser una niña de un pueblo en el Pacífico colombiano de padre pescador. En eso hay una gran diferencia. Esas dos niñas no van a tener las mismas oportunidades”.

Desde muy joven, Pilar sabía sobre qué quería escribir: lo que hay detrás de las máscaras humanas. Foto: Diana Rey Melo - Semana

Siendo escritora...

Por supuesto, en nuestra conversación hablamos sobre ser mujer y dedicarse a la literatura, una labor nada fácil desde la perspectiva de Pilar.

“Si la literatura o el ejercicio de escribir es un oficio marginal, siendo mujer es todavía más marginal. Creo que ahora hemos ido ganando espacios y hay un interés creciente tanto del mercado como de los lectores, que en su mayoría son lectoras. También hay un mayor interés por leer las historias de las mujeres que antes fueron silenciadas o minimizadas. Ahora se ha hecho un poco más fácil y probable para una mujer convertirse en escritora, pero sigue siendo un trabajo rudo. Y no es sencillo para nadie, tampoco para los hombres”.

Cuando se le pregunta a esta literata por su proceso a la hora de escribir, responde con toda la naturalidad que es un “gran misterio” y que cuando la cuestionan en las entrevistas por el origen de un libro, “me toca inventarme una mitología sobre qué fue lo que hice”.

“Lo que sí sé, es que tengo una tendencia a observar el mundo, a los demás y a mí misma, y después de eso, anotar en libretas ideas que me gustaría desarrollar. La mayoría de ellas se quedan en las libretas y nunca se convierten en un libro, pero de repente, alguna comienza a llamarme más, empiezo a trabajarla y ya no está en la libreta con otras ideas, sino que pasa a tener una libreta para ella sola. Algunas veces, esta se convierte en párrafos en el computador y llega a ser un libro. Algunas veces, me pasa que después de 60 o 200 páginas me doy cuenta de que no va para ningún lado y dolorosamente tengo que deshacerme de lo que llevo escribiendo bastante tiempo”.

La vida como mujer, mamá y profesional

Y charlando en medio del entrenamiento de fútbol, no podíamos pasar por alto el hecho de ser mamá en un mundo que pone a decidir a las mujeres entre ser madres o profesionales.

“Cuando era una joven autora, solía oír muy a menudo que una persona que quería ser escritora tenía que sacrificar la maternidad porque los dos oficios no eran compatibles. Yo creo que esa era una sentencia terrible, aunque en ese momento no me lo parecía porque no tenía interés en ser mamá. Luego, ya cuando era una autora con cierto reconocimiento y fui mamá, a los 42 años, no solo me di cuenta de que se podía, sino que la maternidad se convirtió en un gran tema literario. Me sirvió de alimento para escribir, y curiosamente, esos libros son los que mayor reconocimiento han tenido. Y digo esto para que ninguna mujer se desanime si quiere ser madre. ¿Qué si es difícil ser mamá y ser profesional? Sí. Pero es muy posible”.

Pero más allá de ser mamá, Pilar Quintana abrió su corazón para hablar de la mujer, esa que tiene unos pasatiempos que muchos desconocían y que se goza una salsa de principio a fin.

“Yo hice karate seis años cuando estaba en la universidad, pero ya no lo hago, ahora corro. Por ejemplo, en este momento me estoy preparando para una media maratón. Y por orden de mi deportólogo estoy dedicada a las pesas, que no me gusta, pero que me toca para fortalecerme y correr mejor. En cuanto a mis gustos musicales soy muy poco aventurera, y pues habiendo crecido en Cali, la salsa era lo que se daba en la naturaleza, casi como frutas en los árboles. Esa ha sido mi gran música. Y bueno, la salsa me ha llevado a explorar otros ritmos paralelos como el soul, el jazz, el bolero, el rock and roll. Pero eso sí, todas son músicas muy viejas”.

Y con el fin del entrenamiento, también llegó el final de nuestra conversación. Y sin duda, la vida de Pilar Quintana merece ser contada y seguro sus anécdotas pasarían de una libreta y se convertirían en libro. Una mujer para homenajear en este marzo.

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