Conocer Cundinamarca en bicicleta es posible

El departamento de Cundinamarca es el hogar del cóndor, la Laguna de Guatavita, la Catedral de Sal de Zipaquirá, del Parque Arqueológico de Facatativá y la ruta por excelencia para los aficionados del ciclismo.

El primer reto que deben enfrentar los amantes de este deporte es ganar resistencia en circuitos cortos para enfrentarse al primer premio de montaña, el Alto del Vino, cuyo recorrido parte de la calle 80 pasando por el Puente de Guadua y de Siberia. Allí la recompensa es disfrutar de todos los postres y colaciones del lugar, que incluyen kumis, avena artesanal, pan de yuca, sagú, achiras, café y brevas con arequipe.

Para quienes deseen un plan de naturaleza y deporte, pueden tomar la ruta hacia Tenjo, un trayecto plano y pavimentado y finalizar en el Parque Monarca, donde los ciclistas y turistas pueden observar diferentes animales de granja, aves silvestres y mariposas.

La ruta del marañón, el plan para disfrutar en Vichada

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Otra ruta de aire puro y tranquilidad, es el trayecto hacia el Sisga, en el municipio de Chocontá, donde se puede realizar un recorrido alrededor de la represa y terminar el día en las aguas termales de Volcanes el Boquerón y Nápoles.

Los aficionados al ciclismo también pueden convertirse en espectadores y alentar a los participantes de la Vuelta a Cundinamarca, una competencia de cuatro días que pasa por los municipios de Pasca, Fusagasugá, Girardot, Tocaima, Viotá, Sibaté y Soacha. La carrera, que se realiza entre mayo y junio, cuenta con cronoescaladas, montaña y circuito de calles.