Choupette, la gata más famosa del mundo, celebra los 20 años del Big Bang de Hublot con estilo felino

Choupette, la gata más célebre de Internet y heredera espiritual del universo Lagerfeld, ha dado un giro inesperado a su carrera como musa de la moda. Esta vez, su mirada azul celeste y su aura indomable protagonizan la campaña del 20.º aniversario del Big Bang de Hublot, una de las colecciones más transgresoras de la alta relojería.

La alianza puede parecer insólita a primera vista —después de todo, Choupette no puede llevar relojes ni necesita saber la hora—, pero detrás de esta elección se esconde una declaración de principios: el lujo del siglo XXI también puede (y debe) ser irreverente, icónico.

Desde su debut en 2005, el Big Bang cambió las reglas del juego. Combinó materiales impensados, se alejó de las convenciones de la relojería clásica y capturó a una nueva generación de coleccionistas que no buscaban discreción, sino presencia. Esa misma actitud es la que Choupette encarna con naturalidad: su estilo de vida excéntrico, sus viajes en jet privado y su personalidad sin filtros la han convertido en un símbolo de una elegancia poco convencional. Al unir fuerzas con ella, la marca no solo reafirma su lugar como marca polarizante, sino que reinterpreta el concepto de sofisticación desde un prisma pop y actual.

El nuevo eslogan de la campaña, “Own It”, no es una consigna vacía: es una celebración de la confianza absoluta, del derecho a destacar y del poder de apropiarse de lo que uno es, sin pedir disculpas. Por eso, en esta campaña dirigida por la fotógrafa Carlijn Jacobs, vemos a Choupette no solo como modelo, sino como personaje. Hay tomas fallidas, poses exageradas, una actitud entre diva y estrella de Internet. El resultado es una campaña que se aleja del lujo solemne y se acerca a algo más auténtico, más millennial, más real.

Pero el protagonismo no es exclusivo de la gata. La campaña continuará con dos piezas llamativas del Big Bang: el Tourbillon Automático Yellow Neon Saxem, presentado por una figura femenina en clave futurista; y el Titanium Ceramic, en la muñeca de una atleta poderosa y segura de sí misma. Las tres imágenes conforman un tríptico de modernidad y audacia que redefine los arquetipos clásicos del lujo: aquí no hay caballeros de traje, sino personajes vibrantes que celebran su diferencia.