Moda
El arte pop del lujo: Murakami regresa a la Maison
Dos décadas después de revolucionar la moda con color y audacia, Louis Vuitton revive su icónica colaboración con Takashi Murakami en un capítulo final protagonizado por Zendaya.
En una explosión de color, alegría y nostalgia, Louis Vuitton celebra dos décadas de su histórica alianza con Takashi Murakami con el lanzamiento del tercer y último capítulo de una reedición que ha sabido capturar el espíritu juguetón del lujo contemporáneo.
Esta vez, el protagonista es el irresistible ícono de las cerezas sonrientes del artista japonés, símbolo instantáneo del pop-art oriental que marcó la estética de los 2000 y hoy vuelve con fuerza para cerrar un ciclo y abrir otro: el del coleccionismo del futuro.
La colección —que acompaña la propuesta Resort 2025 de la Maison— reúne más de 70 piezas que reimaginan el Monogram desde la fantasía visual de Murakami: bolsos clásicos como el Speedy o el Alma se tiñen de blanco y se adornan con técnicas de impresión 3D que hacen brillar las cerezas como si flotaran sobre la tela; hay sandalias con tacones en forma de fruta, pañuelos, charms, una bicicleta artística y hasta una silla de playa.
Se presentan por primera vez los tacones en 3D con forma de cereza, incluidos en dos estilos: el Cherie en rafia, adornado con un lazo Monogram con cerezas, y el Lily en denim bordado con cerezas. Además, los pañuelos de seda decorados con delicados motivos de cereza ofrecen ligereza y versatilidad como accesorio veraniego diario y elegante, mientras que los charms para bolsos aportan un toque juguetón y moderno, sirviendo múltiples funciones para complementar los bolsos.
La colección también introduce una cápsula ultra coleccionable de mezclilla azul bordada con cerezas, que aparece en piezas exclusivas como la Pochette Accessoires, el Sunset y el Keepall 45, además de regalos veraniegos como un abanico de mano y una llamativa silla de playa.
Todo esto fue realizado con la maestría artesanal de Vuitton y el descaro lúdico del universo kawaii. La cereza sobre el pastel es Zendaya, musa intergeneracional de esta era visual, que protagoniza la campaña en la Riviera como un guiño glamuroso a la libertad del verano.
Más allá de lo estético, esta reedición es una afirmación cultural. La colaboración entre Murakami y Louis Vuitton no solo rompió moldes en su momento: redefinió lo que significaba el lujo en el siglo XXI, haciéndolo más inclusivo, gráfico, coleccionable y divertido.
Dos décadas después, estas piezas no son solo accesorios de temporada, sino cápsulas de memoria convertidas en arte usable. En este capítulo final, Vuitton no mira al pasado: lo convierte en presente eterno.
