El estilo y la sofisticación no deben ser cualidades exclusivas de las modelos o actrices. Tú también puedes lucir siempre tan glamurosa como ellas.
Definitivamente hay mujeres que con cualquier prenda de vestir lucen bien, o que hasta en días descanso -estando en ropa deportiva- jamás pierden la elegancia. Te haz preguntado por qué. Pues hay quienes consideran que la elegancia es un “don” con el que se nace y que se desarrolla con los años y el estilo de vida.
Este es el caso de importantes personalidades que desde niñas han estado vinculadas al mundo de la moda, del lujo y la sofisticación. Pero no creas que ellas lo hacen solas, la verdad es que en la mayoría de los casos tienen un completo grupo de asesores que les ayudan a mantener su imagen siempre en el punto correcto. Eso quiere decir que la elegancia también se aprende.
Camino a la transformación
Para ser una mujer elegante es necesario que hagas dos preguntas:
¿Cómo te percibes?
¿Cómo te quieres ver?
Es importante que respondas a estos interrogantes con total sinceridad pues de eso dependerá que puedas lucir realmente elegante y no bien vestida pero incómoda. Una vez tengas claro cómo te ves y cómo te quieres ver entonces pon en práctica estas recomendaciones:
Comunicación no verbal
Todo habla de ti: el maquillaje, el color de tu cabello, si lo llevas recogido o suelto, los colores que usas y hasta los accesorios con los que los combinas. Por lo anterior, debes individualmente aprender cuáles son esos puntos fuertes que debes acentuar y cuáles debes procurar no mostrar demasiado.
El estilo que escojas y las partes que decidas resaltar deben dar cuenta de tu personalidad y de tu esencia porque de lo contrario parecerás disfrazada. Párate frente al espejo y pregúntate si ese maquillaje le deja ver a tu interlocutor quién eres, si el pelo recogido te hace ver más dura y seria de lo que quieres parecer, si la ropa que llevas es realmente una prolongación de ti, si con esos zapatos te sientes tú misma…
Las buenas maneras
La elegancia no sólo está en cómo te ves sino también en cómo actúas. Por eso es indispensable que proyectes cierto aire de sofisticación especialmente cuando interactúas con otra persona. Para lograrlo cuida tus palabras, mueve suavemente las manos, exprésate bien y segura de lo que dices, respeta a los demás y sobre todo cuida mucho la manera como te sientas, caminas y comes pues éstas maneras dicen mucho de ti.
Conócete
No siempre sabemos qué es lo que mejor nos queda o estamos absolutamente convencidas de que lo que usamos es lo que definitivamente va con la forma de nuestro cuerpo. Para estar seguras de que es así vale la pena invertir en la asesoría de un experto. Por ejemplo ir a un reconocido salón de belleza para un corte de cabello que esté pensado para ti, para tus facciones, tu trabajo, tu estatura y tu color de piel.
En cuanto a las formas de la ropa hay muchos diseñadores expertos o hasta sitios en Internet que te ayudan a identificar el tipo de cuerpo que tienes y cuáles son lo colores adecuados para ti. Anímate a cambiar para lucir siempre cómoda pero elegante.