Con la apertura de su Atelier de Café en El Retiro, San Alberto convierte cada cosecha en una experiencia sensorial única, redefiniendo el concepto de lujo alrededor del grano más premiado de Colombia.
Bogotá suma un nuevo ícono gastronómico que transforma el acto de tomar café en una experiencia de lujo. Se trata del más reciente proyecto de Café San Alberto, que con su apertura en El Retiro redefine la forma de vivir el lujo a través de la bebida insignia del país. Aquí, tradición y creatividad se encuentran en un ambiente concebido como un taller exclusivo, donde cada preparación se convierte en una obra maestra y cada sorbo en una experiencia sensorial irrepetible.
El lugar funciona como un auténtico laboratorio de ideas, en el que los baristas y artistas del café despliegan su ingenio para resaltar la riqueza de cada grano. No se trata únicamente de preparar una bebida, sino de narrar una historia a través de sabores, texturas y aromas. Es también el espacio donde Juan Pablo Villota, maestro catador de la hacienda, revela de manera privilegiada hallazgos excepcionales, descubriendo matices que transforman lo cotidiano en extraordinario.
La propuesta se eleva aún más con el sello distintivo de San Alberto: su ensamblaje exclusivo de granos caturra y castillo. Esta mezcla, reconocida internacionalmente, aporta delicadas notas frutales y un sutil toque acaramelado que seduce al paladar más exigente. A ello se suman las célebres “bebidas fantasía”, creaciones que reinterpretan clásicos del café con un lenguaje contemporáneo, fusionando sabores inesperados que invitan a redescubrir la bebida desde una mirada sofisticada y artística.
Pero la innovación no se detiene allí. El Atelier también ofrece una propuesta de coctelería con café, diseñada para quienes buscan experiencias más audaces y cosmopolitas. Desde un elegante espresso martini hasta un coffee royal de carácter refinado, cada cóctel demuestra la versatilidad del café cuando se combina con técnicas de mixología moderna, logrando maridajes únicos que sorprenden incluso a los más conocedores.
Más que una tienda, este espacio es un verdadero santuario para los amantes del café. En él se funde la tradición cafetera de la Hacienda San Alberto con un concepto de lujo que trasciende lo gastronómico para convertirse en un viaje cultural y sensorial.